30. No Deberías Estar Aquí

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CAPITULO 30 "No Deberías Estar Aquí"
Kyla

¿Cuanto tiempo podía tardar Jason y Derek en ir por algo de comer? ¿Cuanto tiempo podía tardar Nico en conseguir una fruta? Los hombres son tan lentos.

Como ninguno de ellos llegaba al punto en donde acordarnos vernos yo no me iba a quedar sentada esperando que los hombres vinieran, así que robe de una lavandería ropa de gimnasio y me puse a correr.

¿Por qué? Porque estaba acostumbrada a hacer siempre ejercicio en el campamento con los entrenamientos y estos días me estaba descuidando de mi rutina actual de ejercicio. A parte me estaba aburriendo de estar sentada en una banca como tonta porque de cualquier ejercicio que podría hacer odiaba correr.

Seguí corriendo pero entonces la rodilla donde me habían mordido aquel perro del infierno me fallo ocasionando que me callera.

-¡Maldita sea!- aparte de que la rodilla me dolía me había hecho algunos raspones en las manos.

Ese dolor de rodilla me recordaba que me podía morir en cualquier instante, era un recordatorio de lo frágil que era mi vida y odiaba sentirme debil. En eso vi que se acercaba Jason, Derek y su gemelo David. (¿Que hacia él aquí?)

Jason me extendió la mano para ayudarme a levantarme pero como odiaba sentirme una debilucha y era una orgullosa lo rechace poniéndome de pie como pude ocasionando otra casi caída. Porque mi rodilla seguía fallando.

-Si te hubieras caído seria bien merecido por orgullosa- me molesto como siempre mi querido hermano Derek.

-Oye déjala tal vez estos sean sus últimos momentos de vida y tu molestandola- me defendió mi hermano David.

David era todo lo contrario a Derek en su personalidad como ya lo había mencionado pero su intento de defenderme solo hizo que me sintiera mejor.

-Y si no hablamos de muertes en lo que resta del año, eso me gustaría- sonreí o al menos intente sonreír.

-¿Cómo te sientes?- me pregunto Jason mirándome a los ojos preocupado.

Me perdí un poco en sus ojos azul tormenta pero una punzada de dolor en la rodilla me saco de mis bobos pensamientos.

-Bien, no fue nada- camine hacia una banca intentando no cojear me senté de inmediato.

-¿Por eso pareces a punto de vomitar?-se burlo Derek de mi.

-Estoy a punto de vomitar porque vi tu cara-

-Luego me dices a mi que soy el infantil-

-¿Algo que necesites?- me pregunto David atentamente.

-De hecho se me antojo un raspado de coco con lechera- lo mire inocentemente.

-Derek traele un raspado de coco con lechera a nuestra hermana- ordeno David.

-¿Porque yo? Tu fuiste el que le dijo si quería algo-

-Porque tu cara la hace vomitar y la mía no-

Eso ocasionó una carcajada de mi parte.

-Pero somos iguales- se quejo Derek.

David le lanzo una mirada asesina y Derek fue a comprarme un raspado aunque se fue diciendo maldiciones sobre los hermanos y lo insufribles que siempre solían ser.

-¿Qué haces aquí?- le pregunte a David.

-Me contaron tu situación quería estar contigo para apoyarte y vigilar que Derek no se pasara de la raya molestándote-

¿Gané? (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora