# Start Game #

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Aidan miró el reloj de su ordenador.

- Las 2:34 a.m., genial... - se frotó los ojos, enrojecidos debido a las numerosas horas que había pasado frente al monitor - Mañana no tengo examen... que más da ya...

Dejó su posición estática y movió el ratón hacia el buscador de Google y tecleó, sin muchas ganas, su búsqueda. Parecía que de un momento a otro se quedaría dormido sobre el teclado, sus ojos se mantenían abiertos de milagro.

Entró en la página principal de "MagicalWorld" y buscó donde abrir su cuenta. Una vez abierta la sesión, sus ojos fueron a dar con el buzón de mensajes. El corazón de Aidan dio un vuelco cuando vio de quién era el mensaje que tenía.

- Así que hoy también, no? - comenzó a leer el mensaje y un fugaz brillo atravesó sus apagados ojos - Nunca te rindes eh? - frotó las manos con impaciencia y en su rostro se dibujó una media sonrisa - Acepto el reto.

Aidan cerró el mensaje, buscó la arena de batalla mencionada y, cuando vio frente a él a su oponente, se puso los auriculares, activó el modulador de voz del micrófono y aceptó la invitación de duelo.

- Vamos allá.

Pulsó en Start Game.

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- Oouah!! - estaba que se caía del sueño - Quizás no haya sido tan buena idea quedarse hasta tan tarde...

Se encontraba en la parada del autobús, junto al "Cuatro Caminos". Aidan se estiró y frotó los ojos para alejar el sueño que tanto insistía en bajar sus párpados, pero parecía una tarea inútil. Cuando separó las manos del rostro pudo ver el auto acercándose y estacionando en frente suya. Con desgana subió lentamente los escalones y, una vez arriba de todo...

- Auch! - una bola de papel de considerables dimensiones, envuelta en numerosas capas de cinta adhesiva impactó en su frente - Pero qué...?

- Buenos días nena! - gritó alguien desde atrás.

Aidan frotó el lugar en el que le habían golpeado y se dirigió a un sitio libre, lo más alejado posible de la pandilla del fondo. Se puso los auriculares para escuchar música, mas, al poco rato alguien se los arrancó de un tirón.

- No sabes que es de mala educación no saludar a la gente?

Se dio la vuelta, quedando de frente con el intruso. Era Izan, el chico malo del instituto, aquel por el que toda chica se volvía loca. Miró a los ojos del chico, los cuales lo observaban con burla, mientras una sonrisa retorcida y malévola se formaba en su rostro.

- Me devuelves los auriculares? - extendió la mano para que se los diese.

- Veo que no me has escuchado. Aún me debes un "Buenos días Izan", por el fantástico recibimiento que te hemos dado.

- Verás Izan, lo único que voy a decir en estos momentos es repetir que me des los audífonos. Como comprenderás, si es que puedes llegar a entender algo con tu prodigiosa cabecita, no puedo escuchar la música sin ellos.

- Y si no quiero devolvértelos? - dijo retándolo.

La mirada de Izan desprendía ira y desprecio, mas Aidan no se inmutó, por buena o mala suerte ya estaba acostumbrado.

- Si no me los das, me queda más remedio... - Izan cambió su expresión por una de satisfacción, pensando que había conseguido su objetivo, pero nada menos acertado. En un rápido movimiento Aidan le arrebató los auriculares de la mano. - Tendré que cogerlos yo mismo.

Izan no se esperaba esa reacción del muchacho que tenía delante, por lo que no supo que hacer en un primer momento. Cuando volvió a la realidad agarró fuertemente a Aidan por el cabello y lo obligó a alzarse del asiento, acercando ambos rostros.

- Crío del demonio! Esta me la vas a pagar, nadie me lleva la contraria y mucho menos una nenaza como tú!

Dejó libre al chico y se dispuso a volver al fondo del autobús. Aidan cayó en el asiento, golpeándose la cabeza con el cristal de la ventana.

- Imbécil... - maldijo para sí frotándose el lugar del golpe.

- Qué has dicho?! - al parecer lo había escuchado.

Izan se dispuso a volver junto a Aidan para propinarle una paliza allí mismo. Cuando estaba casi a su lado, con el brazo ya levantado para asestar el primer puñetazo, gritaron desde el frente del auto.

- Estaos quietos ahí atrás por una vez! - era el conductor - Como no dejéis de tocar las narices del personal aquí presente, me aseguraré de dar parte de todo esto y más al director del instituto! Y va especialmente por ti, Izan. - añadió, remarcando el nombre del muchacho al final.

Izan obsequió al conductor con un gesto obsceno, aunque éste no lo pudiese ver al estar de espaldas, y se dirigió a su asiento, no sin antes dirigirse a Aidan.

- Te has librado... por ahora. Tu suerte no es eterna, por mucho que lo desees. - la sonrisa que tanto perturbaba a Aidan apareció de nuevo en su rostro - Me las pagarás, y con cada día que pase, tu castigo irá en aumento... sabrás lo que es temer realmente a alguien... acabarás suplicándome tú mismo que acabe con esa tortura.

Aidan vio cómo se sentaba en el fondo, rodeado de sus amigos, que lo victoreaban y aplaudían con énfasis. Desde allí, vio como le lanzaba una última mirada asesina, para después centrarse en la chica que se sentó en su regazo, la cual parecía ser más interesante que él.

Una vez que lo habían dejado (temporalmente) en paz; Aidan se colocó los auriculares. Cuando comenzó la primera canción, "You are not alone", se recostó en el asiento y suspiró.

- Habría valido la pena quedarme hasta las seis de la madrugada, tal vez si enfermo no tenga que aguantar esto todos los días... - cerró los ojos e intentó no pensar en nada, relajarse e irse lo más lejos que pudiese de ese maldito autobús.

GAME OVER (yaoi/BL)Where stories live. Discover now