Capitulo Uno.

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El golpe en mi pie me hizo salir de mi trance o mejor aun aburrimiento, estaba metida en una cena familiar, poco familiar, Denise mi nueva mama hablaba de alguna cosa rara y mi padre la escuchaba con atención. Le devolví el golpe al causante de mi dolor.

Mi nuevo querido hermano y molestoso Derek, tiene diecinueve y se porta como un bebe de cinco año, en cambio yo con dieciséis soy toda una mujer madura, y no es por presumir. Volví la vista a mi comida, ¿que joven come brócoli en este tiempo? 

Aun no entiendo porque estoy aquí, mi medio hermano esta dormido en la mesa, y Denise y me padre siguen hablando entre ellos muy animadamente, hasta el tema que llamo mi atención y tal vez la de mi medio hermano dormido. 

— ¿Y cuando nos mudaremos Juntos? — Pregunto mi misteriosa madrastra. Llevaba el cabello corto negro, era una mujer alta, y siempre iba con mucho maquillaje, pero era una buena persona, no me quejaba. mi padre ha elegido bien esta vez.

— ¿De que estamos hablando? ¿mudarnos juntos? osea, ¿todos en una casa? — El desorientado hablo.

— Eso es imposible. — Murmure.

— Pensamos mudarnos la próxima semana, hemos estado buscando una nueva casa para todos, y al fin encontramos una, era el motivo de esta cena. ¿Que les parece la idea? — Dijo mi padre.

— Horrible, totalmente, ¡tu hija esta loca! — abrí los ojos como plato.

— ¡Derek! — grito Denise parándose de la mesa. — ¡No puedo con esto! — Ella se fue enojada entrando a su cocina, mi padre la siguió.

— ¡Eres un Imbécil! — Exclame.

— Como si tu quisieras mudarte. — Gruño. y se recostó en la silla cruzando los brazos sobre su pecho. Derek llevaba el cabello castaño, sus ojos eran azules, y tenia una pequeña boca totalmente besable. ¿Pero que mierdas estas pensando Lia?

— ¡Eres tan cínico! ¡Ellos se aman! ¡tu solo haces arruinar la vida de los demás! Haría cualquier cosa porque mi padre estuviera feliz y si lo hace feliz mudarse con tu madre, esta bien, así se hará. 

Me pare de la mesa, tirando mi servilleta a algún lugar, aveces me comportaba mas madura de lo normal, pero me gusta tomar el control, me gusta saber que tengo la razón, y que todos tienen que hacerlo a mi manera, mi propia paz interior. 

No sabia a donde ir así que me mantuve encerrada en el baño, lave mis manos y me mire en el espejo, era una pequeña chica de cabello rojo, llevaba el cabello largo casi hasta mi cintura, tenia los ojos color miel, y dos pequeños hoyuelos cuando sonreía. 

Pasaron varios minutos y yo aun seguía encerrada aquí, sentada en el piso imaginando cualquier cosa que este pasando abajo, hasta que la puerta del baño se abrió de repente estaba muy segura que le había colocado el seguro. 

Mi medio hermano entro y me cargo en sus hombro, grite al instante y patalee para soltarme, el ni se inmutaba, bajo la escalera conmigo en brazo, y mordí su hombro, el palmeo mi trasero, y chille. 

— ¡Bájame Idiota! — Grite. — Denise, Aaron, ¡Ayuda! ¡Papá! 

— ¡Cállate! ¡Ya se fueron!

— ¿Que se fueron? ¿Donde? — Pataleé mas. estaba mas histérica.

— Solo salieron, querían paz. Eso fue lo que dijeron antes de irse.

— Debiste dejarme encerrada en el baño. ¿A donde me llevas? 

Me bajo ya en la cocina, y se fue a sentar en el taburete, y luego me miro frunciendo el ceño. levante una ceja y cruce los brazos alrededor de mi pecho. 

— Vas a hacer algo mejor, que la tonta cena de brócolis, puedes empezar. 

— No soy tu sirviente, idiota.

— Lia, hacemos esto a las buenas o las malas.

—No voy a cocinarte nada

— Genial, tu lo pediste. 

Volvió a cargarme en su hombro otra vez, lo cual gruñí, camino hasta la piscina, donde se paro en el borde de ella, abrí los ojos como plato, ¿Pensaba tirarme en ella? con este frió de noviembre, si se atreve voy a matarlo.

— ¿Vas a prepararme algo de comer? — Pregunto, pose mi vista en la piscina, donde se podía notar el frió saliendo de ella, trague saliva, ¿morir de frió o prepárarle de comer al idiota? era una gran decisión. 

— Te haré de comer, ¡ahora bájame idiota! — Grité.

— Bien pensando. 

Me llevo hasta la cocina, donde me bajo, gruñí, y saque lo necesario para hacer algo bueno de comer, yo también moría de hambre, así que aprovechare esto. Hice espaguetis, no era buena en la cocina, pero habían que admitir que estaba buenos.

El teléfono de Derek empezó a sonar, dejo el tenedor a un lado y saco el teléfono de su bolsillo derecho, contesto y lo coloco en su oído, solo escuche cuando dijo un simple "Ok" y colgó, volvió el teléfono a su pantalón y me miro. 

— Nos quedaremos solos, no volverán hoy. 

— ¿Que? ¿como que no volverán hoy? — Arrugue los ojos.

— Lo que escuchaste tonta. vas a dormir aquí, en mi habitación. — Sonrió. 

— Ni en tu mejores sueño, dereksito. 

— No me llames así, zorra. 

— Imbécil. 

Me pare del taburete enojada por todo, mi papá, Derek, la vida. ¿Porque tuvieron que poner este chico en mi camino? por que no un lindo, amable y cariño chico, no el imbécil malhumorado de Derek. ¿Porque Denise no tuvo un mejor hijo? 

Subí las escaleras, y abrí la primera puerta que vi, había tenido demasiado ese día, había caminado todo el centro comercial en busca de un lindo vestido, y un regalo para Denise, según mi padre siempre había que llevar algún presente en una cena, y mas si es a tu futura esposa. 

Me tire en la cama, sin fijarme de nada, estaba tan cansada y mis párpados pesados, baje el cierre de mi apretado vestido, y al fin pude respirar un poco, me metí bajo las sabanas y cerré los ojos sin recordar mas nada luego. 



Mi vida con DerekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora