Dios mío, Dios mío, pensó Eunhyuk, es simplemente atroz.

A pesar de su presencia, el joven paciente seguía empujando las pequeñas y coloridas cuentas, con su cabeza metida entre sus hombros.

No me atrevo a imaginar el montón de deterioro que me presentará en su rostro cuando levante su cabeza, si lo hace algún día.

Eunhyuk ya se imaginaba montones de puntos rojos trazados sobre una expresión grasosa, ojos bizcos, una nariz desproporcionada y un pesado labio inferior temblando, con saliva difícilmente de tragar. Tomando coraje, se aproximó cerca de tres centímetros, aclarando su garganta.

—"Ejem."

El joven paciente parecía no haber notado nada, se mantenía concentrado en su juego, encerrado en su mundo.

—"Hola, soy Eunhyuk. Me dijeron que tu nombre es Donghae."

Todavía sin obtener una respuesta, reprimió su primer impulso, que hubiera sido sujetarlo del cuello de su remera sucia para gritarle: Oye, mírame cuando te hablo, y en vez de eso se dejó caer a su lado mientras sacaba su iPod. Se había colocado los auriculares sobre sus oídos y trataba de sentarse cómodamente sobre la pared para hacer una pequeña siesta y no desperdiciar tiempo innecesariamente, cuando notó que el objeto había llamado la atención del joven paciente. Este último había apartado su ojo derecho del ábaco y estaba observando el delgado reproductor mp3 y sus auriculares, desde donde provenía el sonido, como si nunca hubiese visto uno.

—"¿Qué, nunca has visto algo como esto en este compartimiento de locos? Es usado para escuchar música, ¿Sabes lo que es la música?"

Como no estaba respondiendo y todavía le miraba con un aire aturdido, Eunhyuk empujó sus caderas hacia la izquierda para acercarse a él sin tener que levantarse, y colocó un auricular en su oído, pensando que una demostración sería mejor que una explicación.
El joven paciente inmediatamente lo arrebató mientras gritaba con histeria como si el sonido, demasiado alto para él, hubiese retorcido su cerebro, y comenzó a hacer algunos completos y desordenados gestos, derribando la mesa donde se encontraba su ábaco y haciendo que todas las enfermeras se precipitaran en la habitación. Dos o tres de ellas tuvieron que trabajar en conjunto para bloquear sus extremidades e inmovilizarlo, pero continuaba forcejeando como un demente sin ver nada a su alrededor y gritando.

—"¿Qué ocurrió, qué fue lo que pasó?"—preguntó una enfermera a Eunhyuk, quien había logrado sujetar su iPod dificultosamente.

—"No lo sé. Le hice escuchar música y se volvió loco."

—"¿Le hiciste escuchar música? ¡Estás loco!"

—"Oh, no sé qué es lo que está mal, ¿Todos aman la música no?"

—"Pero oye, nunca deberías haber..."

Pero ya se había deshecho de ella con un repentino movimiento de manos, y caminaba firmemente hacia el chico que todavía luchaba con todas sus fuerzas para poner el objeto justo en frente de su cara.

—"Oye tu, Donghae, cuando el sonido esté demasiado alto, no chilles como un cerdo, solo gira la ruedecilla para disminuir el volumen, idiota."

—"Disculpe joven, pero le pediré inmediatamente que se aleje del paciente, puede ser muy peligroso en su condición."—le ordenó un enfermero musculoso quien obstruía los movimientos del alocado chico.

—"Como si estuviera asustado de ese mocoso, ¡Puedo noquear cinco tipos de una vez por mi mismo! Ahora vamos, Donghae deja de gimotear y escucha esto amablemente. Ya verás que no te comerá, bobo."

Y con esto, puso los auriculares de nuevo sobre sus oídos, bajo la sorprendida e impotente mirada de las enfermeras que usaban todas sus fuerzas para sostener al paciente, sin haberles importado la disminución del volumen. Nuevamente, el joven luchó al escuchar el sonido deslizarse tan cerca de sus oídos, pero ya había agotado sus fuerzas y Eunhyuk mantuvo sus manos firmes sobre su sien para que los auriculares no se moviesen, mirándole directo a los ojos con un equilibrio inquebrantable. Gradualmente se calmó, y al tener sus extremidades menos rígidas, dejó de llorar. Sintiéndose exhausto, Eunhyuk presionó sus hombros hasta que estuvo sentado en el piso, sin soltarle hasta que estuvo completamente calmado, luego lo liberó bajo la estupefacta expresión de las enfermeras quienes no se atrevían a moverse, y le dijo con una sonrisa:

—"Sabía que te gustaría Epik High, es mi grupo favorito."

El joven casi terminaba de sollozar y otra vez estaba interesándose en el misterioso objeto desde donde la música provenía. Con aprensión, Eunhyuk le dejo tomarlo con sus manos.

Viendo al paciente nuevamente inmerso en su propio mundo, las enfermeras se alejaron lentamente mientras le lanzaban miradas cautelosas, listas para actuar al más mínimo movimiento que podría hacer, pusieron la mesa en su sitio y posicionaron el ábaco sobre ella antes de dejarlos para cuidar de otros pacientes a los cuales la reciente escena los había agitado.

—"Mira, debes presionar aquí para pausar, y si quieres elegir otra canción, lo haces de este modo..."

La enfermera a la que había empujado abruptamente observaba pensativa a Eunhyuk quien explicaba cómo funcionaba su iPod. Él no podía darse cuenta de ello, pero lo que acababa de ocurrir era realmente excepcional ya que usualmente, la histeria de los pacientes de este servicio podría durar horas e incluso días, y aún así se las había arreglado para calmar al joven en unos pocos minutos. Cerca de una hora más tarde, mientras lo acompañaba al elevador, le preguntó:

—"¿Cómo tuviste la idea de calmarlo al hacerlo escuchar música de nuevo?"

—"Bueno, solo quería mostrarle que no había nada de lo que asustarse. Y al parecer, la música es usada para calmar a caballos e incluso vacas, entonces, por qué no él..."

—"En cualquier caso, te pido que cuides bien de él, parece que eres bueno en ello, Señor..."

—"Ah, mi nombre es Eunhyuk."

—"Gusto en conocerte. Mi nombre es Kaehyun, no lo dudes, si necesitas consejos o te sientes desanimado ven a verme la semana próxima."—concluyó mientras las puertas del elevador se cerraban.

El Azul del Cielo en Días LluviososWhere stories live. Discover now