Capítulo 8

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-Ya basta me estas lastimado- dije intentando safarme de su agarre.

-sólo camina- dijo mirando al frente.

-pero me lastimas- me queje, el me soltó pero me cargo en su hombro -no seas bruto, bajame!!- me dio una nalgada

-te callas- dijo y me dio otra nalgada

-pero que te crees?- dije enojada

-tu dueño- dijo con su voy ronca

-mi dueño las pelotas- dije y comencé a golpear su espalda

-quieres que te lo demuestre?- dijo divertido

-no tienes que demostrarme, tu no eres mi dueño- que se cree el maldito

-o claro que lo soy- dijo con un tono firme

-no lo eres!- subí mi tono de voz

-sabes que lo soy, admitelo- dijo divertido, maldito no yo soy libre bueno al menos eso creo

-no, no, no y no- dije ya cabreada de esto.

Al llegar a la habitación me bajo nos quedamos mirando un corto tiempo sin expresión alguna, hasta que él en su rostro se le fue formando una sonrisa de lado.

-sabes... tu eres mia y lo serás siempre... te haría mia en este mismo momento pero no quiero forzarte... tu belleza es enorme... tu juventud me encanta... tu cuerpo- suspiró - tu cuerpo es tan hermoso y perfecto para mi... tu y yo somos muy diferentes; nuestras vidas, nuestras edades, nuestros mundos, nuestros pensamientos, nuestras forma de ser pero como dicen los polos opuestos se atraen tu eres el agua y yo el fuego, tu eres un ángel y yo un demonio.. tu mi hermosa princesa eres y serás para siempre de mi propiedad, propiedad de Alexander, tu me darás a mis herederos, mi futuro heredero será el máximo dueño de todos y los demás también heredaran mucho poder pero mi primogénito es el futuro gobernante de todo esto y mucho más, claro ahora yo soy el dueño de todo esto y por supuesto si tu aceptas ser mi mujer serás mi mujer, la mujer de Alexander, la dueña de esta casa y todas las demás propiedades que tengo y claro la dueña de mi corazón- me quedo mirando.

¿Que se supone que diga en este instante? ¿Como demonios respondo a todo lo que me dijo? En lo que me dijo tiene mucha razón somos polos opuestos, el un mafioso y yo una simple chica de mi edad.

-¿no piensas decir nada?- me miró levantando una ceja

-bueno....yo...yo no se que decir a todo eso- dije sin más

-lo único que tienes que decir que si- me miró fijamente

-Alexander... bonito nombre- intente cambiar el tema

-no me cambies el tema preciosa- con su mano me agarró de mi mentón y me hizo mirarlo a los ojos -¿que dices?- se me quedo mirando, suspire

-yo..- no se que responder - bueno yo no lo se, me toma de sorpresa todo lo que me dijiste- dije

-vamos di que si- insistió

-no puedo aceptar algo que no estoy segura si es lo correcto- mire hacia otro lado

- sólo es un si- dijo un poco cabreado

-como quieres que diga que si, si ni siquieras me has dejado llamar a mi familia- le reproche

-ya hablaste con ellos- dijo

-lo hice a escondidas porque tu ni me dejabas- lo apunte con mi dedo

-sólo habían pasado algunas hora desde que los viste por última vez-

-yo solo quería saber si estaban bien-

-¿porque?, ¿porque pensabas que les hice algo? ¿porque creías que los maté?  Vamos responde- dijo tenso

-si así es pensé que a lo mejor le hiciste algo- dije enojada

-¿porque? ¿porque pensaste eso?- preguntó

-¿no es obvio? Eres un mafioso Alexander! ¿como crees que no iba a pensar eso?- ¿acaso no es obvio? Como no penar en eso

-pequeña, pequeña que poco me conoces- 

-claro que no te conosco, si apenas nos conocemos desde esta tarde- dije, el suspiro pesadamente

-es increíble ¿no?-

-¿que?-

-ni siquiera llevamos un día juntos y nos la hemos pasado discutiendo-

-tal vez sea una señal- dije

-¿señal de que?-

-de que el destino no nos quiere juntos-

-yo no creo en esas tonterías- dijo dándose la vuelta

-deberías dejar que el doctor te vea esa herida-

-no empieces de nuevo-

-sólo quiero que te revises-

-si dejó que el doctor me revisé ¿me prometes dos cosas?-

-¿a cuáles?-

-primero, dejas de insistir con ir al doctor y lo otro me das un beso, pero de esos ricos- dijo con una sonrisa

-eso no se vale, yo sólo quiero que te revisen esa herida-

-es todo o nada-

-con tal no tengo nada que perder- me encoji de hombros, en su rostro se formó una sonrisa
-¿y entonces?-

-si no te quieres revisarte es tu problema así que mejor lo dejamos así- comencé a caminar con dirección al baño

-tu no vas a ningún lado- dijo tomándome del brazo

-necesito bañarme- lo mire

-estas perfecta así- me acarició con la otra mano mi mejilla

-yo soy la que decido- dije firme

-no me hagas enojar de nuevo- dijo ahora acariciando mis labios

-y tu déjame tener un poco de libertad-  contraataque

-yo no ando ensima tuyo- dejó de acariciar mi mejilla

-no, pero te crees mi dueño- dije recordándole

-porque lo soy- de nuevo con lo mismo

-¿vez?-

-entiende soy tu dueño- me sujetó mi cara

-no lo eres- dije comenzando a enojarme

-si lo soy- esto ya me está superando y no pienso aguantar más que diga eso, la rabia  recorrió mi cuerpo.

-NO LO ERES- me solté y camine hasta el baño cerrando la puerta con seguro detrás de mi.

Respire hondo, me mire al espejo  y vi que tengo mi polera manchada con un poco de sangre, me la saque al igual que toda mi ropa, abrí las llaves de la ducha regulando el agua, cuando estuvo a mi gusto me metí a darme una ducha para despejarme de todo por al menos unos minutos...

Al terminar me envolvi en una toalla, salí del baño para ir a buscar ropa nueva y me encontre  a Alexander en el suelo tirado y con su herida sangrando, rápidamente me acerqué a el.

-Alexander, Alexander- dije moviendo suavemente su hombro, no recibí respuesta alguna, demonios ¿que le pasa?....

Perdón por la demora he tenido algunos problemas; uno de ellos es que mi celular esta un poco malo y lo otro es que he tenido poca inspiración para escribir :(

En recompensa he escrito un capítulo un poquito más largo que el anterior

Propiedad De AlexanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora