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—Maestro JongWoon, ¿Esta listo?

—Supongo que si.

Este acomodó su sacó mientras revisaba una y otra vez los papeles que tenia en aquella carpeta negra, era el día de graduación para la generación en la que KyuHyun estaba, y por suerte o no sabia, el seria el encargado de darles las palabras de despedida.

Según por lo que le había dicho, muchos estudiantes habían solicitado que el profesor Kim JongWoon fuera quien los despidiera, pues en el tiempo que este había entrado, se había ganado el corazón de todos los estudiantes que lo respetaban y valoraban, entre ahí; algunos admiradores en secreto que casi se sabían su vida entera, sin embargo no podían avanzar más allá de la curiosidad, pues sabían que detrás del azabache: se hallaba un castaño dispuesto a saltar cuando la atención era fija en JongWoon, preferían mantener distancia.

Su mirada se perdió en el auditorio donde cada estudiante y familiares tomaban asientos, no lograba ver a KyuHyun por ninguna parte, quería ir y decirle un felicidades, o un logrado, la semana pasada se habían vuelto tan unidos que hasta el mismo estaba mas confundido de lo normal, era mentira lo que físicos decían, el agua y el aceite si se podían mezclar, no juntas pero siempre una sobre otra, queriendo tomar la responsabilidad y el poder.

Una vez que se juntaban, se contaminaban, no se volvía a tener la misma consistencia de antes, así eran KyuHyun y YeSung.

—Maestro Kim, le pido que. .

—Ya se director, seré discreto con el joven Cho durante la ceremonia.—Giró a verle con una sonrisa minuciosa provocando la satisfacción del director quien ablando su mirada.—Mi vida privada a la laboral esta totalmente fuera de si, director.—

—No me sorprendo porque el Joven Cho lo eligió como esposo. Yo. . .—Su semblante se había vuelto travieso, llevando su diestra a su boca para cubrir las pequeñas risillas.—Yo le iba a decir que no tartamudeara en el discurso.—

El rostro de Yesung se había vuelto completamente rojo al haber hablado antes de dejar terminar una oración, ahora se sentía estúpido y avergonzado, que no tuvo mas opción que hacer una ligera reverancia para pedir una disculpa.

El director solo negó un poco y palmeó su hombro en modo de apoyo. Y era lo que sentía que necesitaba, incluso tenia muchas cosas que hablar con RyeoWook ahora que lo recordaba.

—Iré por unas cosas, ya vengo.

Informo al director antes de darse la vuelta para salir del auditorio donde surgía mucho ruido, y aunque hubiese sido una mentira, las perdonas de vez en cuando necesitaban respirar.

Por esa razón, cuando salio al pasillo vacío de estudiantes, se sintió mas relajado que nunca, dejando recargar su espalda en unos casilleros, respirando una y otra vez para calmar sus nervios. Eso no le hizo darse cuenta de la nueva presencia que se había parado enfrente suyo, mirándole expectante de arriba a abajo, sonriendo un poco por esa costumbre que Yesung al parecer nunca de quitaría para nada.

—Hyung, ¿De que estas nervioso?

Abrió los ojos un poco asustado al ya haber estado concentrado, pero no fue el susto de que lo interrumpieran, si no de quien era originario esa voz. Voz que era del mismo SiWon quien lo seguía mirando y con las manos metidas en los bolsillos de su saco negro.

Una vista rara para Yesung. Quien se imaginó a ambos en época de estudiantes, así, vestidos informalmente, sus recuerdos lo agobiaban, pero desvío la mirada y en su mente se vino el rostro de KyuHyun sonriendo, no por fingir, si no, sonriendo cuando le decía te quiero, porque cuando uno se confesaba con una sonrisa, estaba claro que los sentimientos de la otra persona se iban a revolver unas a otras.

• Dear teacher •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora