"Tu lo dijiste, antes."

1K 88 16
                                    

Capitulo 1

"Tu lo dijiste, antes."

Me despierto una vez más en aquella habitación blanca, con un fuerte olor a cloroformo.

Me siento en la cama y observo las blancas paredes que queman mi vista, me acerco al borde y con la punta de los pies toco los fríos azulejos haciendo que mi cuerpo se estremezca. 

Apoyo del todo los pies y me acerco a la puerta colocando la mano en el pomo de esta.

—Hoy no se puede salir. —dice una voz detrás de mí.

— ¿Quien dijo?

—La enfermera y yo.

—Claro y ¿debo creerte?

—Cuando te digo algo se cumple.

—No siempre.

—Puedes tomarlo o dejarlo.

El pomo de la puerta se gira y la enfermera entra en mi habitación.

—Harry, vuelve a acostarte en tu cama.

—Quiero salir.

—Te lo dije. — dice Louis.

—Cállate inútil.

—Sr. Styles no me diga así.

—Se lo dije a Louis.

—Aquí no hay nadie.

No voy a girarme se que de todas formas Louis seguirá allí, como siempre.

—Ya vivimos esto, así que recuéstate para que luego venga el doctor.

—Desde luego.

Vuelvo  a respirar profundamente y me acuesto en mi cama, despeinando mi cabello, me vuelvo a tapar con las gruesas sabanas blancas y me hago un ovillo.

—Descansa Hazz. — dice Louis.

—Déjame solo. — me doy vuelta y la enfermera seguía allí.

—Le diré al doctor que venga. — sonríe y se va.

Cierra la puerta suavemente y me tapo la cabeza con la sabana.

—Vamos, no me dejes hablando solo.

—No estás aquí, no estás aquí. —repito como si eso hiciera que el desaparezca. 

—Aun te escucho.

—No, no lo haces. 

—Si lo hago, como tú a mí.

Me doy vuelta y a través de la sabana veo su sombra. ¿Cómo es posible?

— ¿Porque no quieres hablar conmigo?

—Porque no eres real.

—Antes te encantaba.

—Tu mismo lo dijiste, antes. 

—Ahora.... ¿no?

—Uhm.

— ¿Que se supone que signifique "uhm"?

—Uhm, simplemente eso. 

—Por algo lo dijiste. 

—Solo hice ese ruido.

—Vamos, te conozco.

—Fue un ruido.

—Por algo....

—Haz lo que quieras.

—No tengo nada que hacer.

—Puedes dejarme e irte. 

—Sabes muy bien que no puedo hacer eso.

—Quiero estar solo, conmigo mismo, ¿no entiendes acaso?

—Me parece que estuviste bastante tiempo solo.

—Por tu culpa. —digo mientras me destapo, el sol pega detrás de él, lo veo sonreír y no puedo evitar perderme en sus ojos. 

—Quería ver esa linda carita. —acerca su mano a mi rostro pero no llega a tocarlo.

—Sr. Styles. —Dice el Doctor al mismo tiempo que entra en la habitación. —Me dijo la doctora que me necesitaba, ¿podemos hablar?

— ¿Para qué?—me siento en la cama y peino mi cabello. 

—Es que estuvo faltando por tres semanas a sus sesiones de terapia y eso no es bueno. 

—No pueden decir que es bueno o malo para mí.

—Soy su doctor y esa es mi responsabilidad.

—Pero yo no se lo pedí. 

—Pero debo cuidarte.

—No, solo lo hace porque le pagan, no le interesan sus pacientes. 

—Claro que sí. —el doctor sonríe, aunque no creo que lo haga de verdad, es mas forzada.

—Puede ser sincero conmigo, no le diré a nadie…bah en realidad no tengo a quien decirle. —me encojo de hombros y bajo de la cama para colocarme mi jean.

—Soy sincero, me intereso por usted. — cierra la puerta con más firmeza y se acerca a la pequeña mesa que esta contra la ventana junto al pequeño sillón blanco, donde mayormente se sienta Louis durante las noches.

Busco mis zapatillas debajo de la cama, pero en realidad fijo mi mirada en el doctor, como disfruta sentarse allí donde se sentaba él.

—Así que si no le molesta, y no tendría porque…

—Pensaba cambiarme.

—Iba a decir que podríamos tener la sesión aquí.

—Claro que no, estoy demasiado tiempo encerrado aquí dentro.

—Uh veo que ya quiere salir ¿No es así?

—Desde que me trajeron aquí quiero salir. —antes encuentro mis zapatillas, mis calcetines están dentro así que me los coloco y luego mis converse blancas.

—No se apresure, ya lo hará. —se acomoda en el sillón y apoya su codo derecho sobre el apoya brazos, con su mano izquierda se prepara para escribir en su anotador. — ¿Has hablado con Louis?

—No le importa. — me saco la remera que tengo puesta y me la cambio por una que esta doblada debajo de mi almohada.

—Vamos, solo dime sí o no.

—Prefiero ir al consultorio. —bajo la mirada y veo unas zapatillas azules muy peculiares apuntando hacia las mías.

—Entonces, vamos. — Escucho al doctor levantarse de su lugar y caminar hasta la puerta. —Pasa tú. — las zapatillas de color azul se hacen a un lado y salgo de mi habitación para comenzar a caminar por el angosto pasillo.

Perdiendome. {pausada indefinadamente}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora