—No quiero bailar —Refunfuño.

—Oh, vamos ¿por mí? —Mi estúpido corazón da un vuelco bajo su mirada de cachorro herido y es decepcionante descubrir que mi intento de olvidarlo ha sido en vano. Aún sigue siendo mi amor platónico, ¿cuán patética me hace eso?

—¿Estás bien? — Me pregunta Cade, empiezo a negar con la cabeza con unas repentinas ganas de mandar todo a la mierda.

Ni siquiera quiero estar aquí.

— Esta bien no estarlo. Él te engañó...

Sí, me engañó y lo perdoné, una y otra vez hasta que comprendí que nada cambiaría.

Rompimos. Hace cuatro meses.

—Maldito, Wendell— Habla, Cade, diciendo su nombre mal a propósito y sin esperar por una respuesta, me rodea con sus brazos atrayéndome a un cálido abrazo.

— ¿Qué deberíamos hacer? ¿consigo un muñeco vudú y lo torturamos? ¿O prefieres ir por lo clásico? yo lo sostengo y tú lo golpeas fuera de clase ― Finge pensar por unos segundos ― Me gusta más la última opción ― Sin poder contenerme, me echo a reír.

—La próxima vez que lo vea, voy a pegar un moco a su parabrisas—Declara.

—Eso es desagradable— Dejo salir, a pesar de que mi garganta se siente tan seca como la de alguien abandonado a su suerte en medio del desierto.

Su aliento sopla mi cabello y desentierro mi rostro para poder observarlo. Esa mirada que tanto me atrae viaja a mi boca. Sus labios lucen suaves y ligeramente húmedos. Trago saliva cuando inclina la cabeza más cerca. Sus ojos permanecen fijos en los míos, esperando que me aparte, pero no lo hago. El corazón me late rápidamente y se siente surreal pensar que, si me muevo lo suficiente, nuestros bocas se tocaran.

La tensión crece haciéndose palpable.

Nuestras narices se rozan.

Percibo su aliento sobre mis labios entreabiertos.

Entonces, sus siguientes palabras me golpean con fuerza.

—Te amo —Suelta de la nada, lo suficientemente fuerte para que pueda oírle sobre la música.

Mi mente se detiene y sin saber que decir, doy un par de pasos hacia atrás, terminándome mi cerveza de golpe. Con brusquedad, dejo caer el envase contra la madera ¿él qué? Dios, esto no está pasando. Justo ahora, todas las emociones atrapadas dentro de mí corren de un lado a otro como en la película "Intensamente".

Esas cinco letras anclan mi corazón al piso.

—¿Qué has dicho?

—Te amo. Mucho —Murmura, luciendo avergonzado y luego da un paso al frente, colocando una mano sobre mi hombro. El calor que irradia su palma hace que mis mejillas se calienten y mis oídos palpiten.

Abro la boca como un pez boqueando por aire, incapaz de respirar normalmente por la nariz. Jesucristo, el chico que me gusta desde siempre me ha pedido matrimonio —bueno no, pero casi— y yo no logro ni parpadear.

Mis manos comienzan a sudar y creo que voy a vomitar.

—Lo sabes ¿no? Eres todo lo que necesito. Tu y yo.

—Y-yo...—Por una vez neuronas, sólo no me fallen, por una vez —Yo... en realidad, iba a decírtelo desde antes, estoy tan en... —enamorada de ti.

La risa de Cade me detiene. Esa mirada divertida que me da, trasforma mi corazón en un témpano de hielo. ¿Qué demonios está pasando?

—Excelente. Gracias, Ava. Esa es justo la reacción que espero obtener de Kim— Celebra.

Lo que pasó esa nocheWhere stories live. Discover now