-7

5.2K 607 65
                                    


Llamenle destino, quizá casualidad, pero a veces pareciera que todo el universo se pone a favor de las personas para que las mismas obtengan sus momentos felices, como si supieran el futuro y en este caso hablamos de dos que están destinadas a encontrarse.

Seokjin y Namjoon no fueron la excepción.

Sus labios inconscientemente se movían en sincronía, era un beso lento y tierno, estaba lejos de llegar a ser uno apasionado.

"El alcohol, es eso."

Justificaron sus acciones, era cierto que estaban un poco ebrios, pero si dicen que los borrachos dicen la verdad, ¿Por qué no deberían hacer cosas que ya llevan pensando desde hace tiempo?

Sus labios fueron tocados por los contrarios algunos minutos más, que al parecer de ambos fueron segundos y si hubieran tenido el poder en sus manos hubiesen detenido el tiempo para seguir con aquella acción llevada a cabo por los dos y sin objetar; sin embargo eso no era posible así que el encargado de cortar ese vaivén de sensaciones fue Namjoon, sin saber qué decir al abrir sus ojos y encontrarse con el rostro confuso de su mayor.

ㅡPerdón.

ㅡNo importa ㅡContestó el castaño en susurro, relamió sus labios y luego observó como pudo que el más joven de ambos se recostaba dando la vuelta quedando a sus espaldas.

Hizo lo mismo, ambos de frente a diferentes direcciones. Sin percatarse que los dos estaban haciendo exactamente igual en esos momentos, ambos tocaban sus labios mientras cerraban los ojos.

"¿Qué carajo acaba de pasar?"

Aquella pregunta recorría los pensamientos del rubio cada dos milisegundos, mientras que Seokjin por su parte estaba confuso, inundado en sus pensamientos y recordando lo que se había sentido tocar los suaves belfos contrarios contra los propios.

El mayor dejó pasar unos cuantos minutos en silencio, aclaró un poco su garganta y en susurró comenzó a hablar.

ㅡNamjoon ㅡEstaba nervioso, se le notaba incluso en su manera de pronunciar las cosas, tomó aire ㅡ¿Te confieso algo?

El rubio se movió en su lugar, dando la vuelta en dirección al de mayor edad, Seokjin sonrió ㅡMe gustó ese beso.

Se dió la vuelta para mirar a su adverso y entonces ahí estaba él, profundamente dormido a pesar de todo lo que había pasado.

ㅡImbécil ㅡSusurró ㅡ¿Cómo puedes besarme y luego dormirte como si nada? ㅡLe dió un leve golpe en su hombro y luego comenzó a reír en voz baja. ㅡEres tierno.

.
.
.

ㅡAdiós Nam ㅡSe despidió Seokjin, pues habían llegado al edificio en donde yacía el apartamento del rubio.

ㅡAdiós, hyung ㅡLe dedicó una sonrisa amable, mientras miraba a su mayor alejarse y al notar que estaba lo bastante lejos de adentró al lugar en dirección al elevador para presionar el botón hacia el tercer piso.

Pasó media hora y Seokjin ya se encontraba en casa, dejando sus zapatos en la entrada.

Pero, ¿Cómo habían salido del lugar donde estaban la noche anterior?

[...]

Namjoon hubiera seguido durmiendo si no hubiera sido por la luz que comenzaba a molestar en sus ojos aunque estos estuvieran cerrados, los abrió lentamente para no lastimar su vista, miró a su al rededor con toda la curiosidad del mundo por saber en dónde estaba.

Era una bodega, bastante limpia y donde estaba recostado afortunadamente era un colchón aún más limpio, las paredes estaban pintadas en un tono blanco bastante pálido y tipo hospital. Miró a sus lados y se percató del castaño, durmiendo plácidamente con el semblante relajado sobre su lado derecho, una sonrisa se dibujó sobre sus labios.

ㅡDuermes mucho, qué envidia ㅡRió con volumen bajo para no despertarle, estiró su cuerpo y bostezo lo más bajo que pudo, después volviendo su mirada nuevamente al mayor de los dos. ㅡAh, ¿Por qué te ves tan frágil?

Inconscientemente se acercó, como si una voz en su subconsciente le rogara porque lo hiciera. Una vez estuvo a distancia considerable miró de manera detallada sus facciones. Pasó primero por sus cejas, perfectamente delineadas y bajó hacia sus ojos, mirando las pestañas gruesas y oscuras de los mismos. Su vista fue en descenso hasta llegar a sus labios y ahí se detuvo, recordando lo sucedido la noche anterior.

Seokjin comenzó a sentir entre sueños que alguien le miraba, poco a poco abrió sus ojos y descubrió el rostro de Namjoon muy cerca, mientras sus ojos miraban directamente hacia sus propios labios, por inercia se hizo hacia atrás en sobresalto sin tardar mucho para que el rubor se apoderara sin piedad de su rostro sintiendo el mismo arder.

ㅡ¡Qué bueno que despiertas! ㅡInició el rubio con un intento desesperado en cambiar el tema ㅡAhí hay una salida ㅡSeñaló con su mentón a una puerta color negro que estaba a unos pasos del lugar donde estaban.

Después de unos segundos decidieron salir, para su fortuna aquella puerta estaba abierta, esta conducía hacia las escaleras que los llevaban hacia el mismo lugar donde se habían escondido con los demás y después de eso pudieron salir sanos y salvos.

Desayunaron juntos, la verdad morían de hambre; Namjoon se ofreció a pagar la comida ingerida por ambos y platicaron todo el camino a casa, ninguno mencionando lo sucedido anteriormente como si no hubiera pasado pero vaya que lo recordaban muy bien.

.
.
.

El rubio se dejó caer en el sofá más largo de la sala, sin saber que su mayor hacia lo mismo pero sobre la cama de su habitación propia, en su casa.

Ambos suspiraron, como si después de aquel beso sus almas y cuerpos se sincronizaran, cada uno detalló la noche anterior desde su punto de vista ganándose más dudas de las que ya rondaban por su mente.

"ㅡ¿Verdad o reto?

ㅡTú."

Namjoon volvió a suspirar ㅡ¿Qué trataste de decir con eso...?

"ㅡ¿Alguna vez pensaste en besar a alguien de tu mismo sexo?"

Seokjin tomó una almohada y la puso sobre su rostro: ㅡ¿Por qué, Namjoon?, ¿Por qué?

Ambos estaban confundidos, tratando de encontrar respuestas a sus dudas, las cuales estaban prácticamente frente a ellos y muy obvias, pero sólo necesitaban buscar mejor entre cada palabra, cada expresión, tono de voz o acción que hiciera su adverso y sólo así, prestando mucha atención podrían encontrarlas, de otra forma no.

Estaban exhaustos, vagando en su propia avalancha de pensamientos.

Después se encargarían de llamar a los demás.

Hold Me Tight Where stories live. Discover now