Capitulo 5: Piedad

234 20 7
                                    

Ya había pasado una semana desde que tanto los Lestrange como los Malfoy fueron torturados sin piedad. Tuvieron suerte y Narcisa no fue torturada. Sin embargo, poco le falto para perder el niño, del susto.
Narcisa, le ayudó unos días a comer e ir al baño; pero en cuanto pudo tenerse en pie, se tubo que apañar solita. Pese a haber sido la que más torturo el señor tenebroso, era la que mejor se encontraba, ya que momentos antes no había sido torturada.

Aquel día, se encontraba mejor y decidió llamar al señor tenebroso para pedirles disculpas. Sin embargo, se tomo su tiempo. Se dio una buena ducha y se aplico las mejores pociones para arreglar su cabello. Quería estar perfecta para poder conseguir algo más. Sabia que, tratar de hacer algo así con él, podía ser lo mas peligroso a lo que jamás se enfrentaría. Pero debía hacerlo, no aguantaba más. Su cuerpo temblaba, cada vez que pensaba en ello, un escalofrío recorría su espalda. Si alguien más se enterase de eso...

Cuando termino, su larga melena le caía elegantemente por la espalda. Se había hecho el mismo recogido en el pelo de siempre. Así él no lo notaria tan rápido. Normalmente no le importaba si uno o dos mechones no estaban en su lugar, pero no dejo ni uno fuera. Se puso su mejor vestido, negro con corpiño ajustado desdé pecho hasta la cintura, cuyo escote dejaba entrever parte de sus senos. Se había puesto un maquillaje muy tenue, pero que resaltaba sus ojos y sus labios. En el salón le llamo, ahí no habría ningún problema si pasaba algo extraño. Además estarían solos. Dejó su capa cerca, por si a él le apetecía ir a algún lugar especial, y se sentó a esperar.

Había pasado más de una hora en venir. Sabía que si estaba enfadado se haría de rogar, así que espero pacientemente. Cuando llego, su rostro no expresaba ninguna emoción, pero era algo normal.

-¿Que demonios quieres?-

Sin pensarlo dos veces se tiro a sus pies, suplicando piedad. Rezando porque hubiera tenido un buen día, porque estuviera de buen humor y la perdonase de una vez por todas.

-Perdón, mi señor. Le he llamado para suplicarle piedad. Hace una semana, le falle, llegue tarde y le falle. Por favor deme otra oportunidad, no le fallare. Mándeme a la misión más difícil y peligrosa, la cumpliré. Mejor y más rápido que cualquier persona. Por favor, señor.

Para su mala suerte, él, no estaba de humor. Nunca lo estaba y desde que se hizo la profecía menos. Había optado por tratar de que uno de sus mortifagos espiara al viejo. Snape, había entrado como profesor de pociones en Howgarts, sin muchos resultados.

-¡Crucio!-

De nuevo el dolor, de nuevo el miedo, de nuevo las preguntas. Esta vez por suerte no había sido ni tan largo ni tan doloroso. "No vuelvas a molestarme por tonterías." La frase resonó en su cabeza incluso mucho después de que se fuera.

Bellamort:La historia de mi nacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora