Capítulo 41 2/3 Todo inesperado.

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James.

Después de haberme declarado a Alex no dijo nada, se quedó callada mientras sujetaba sus manos a las mías que estaban en su cadera.
Prefería eso, a que me hubiese dicho que ella no sentía lo mismo por mi.
Pero que idiota soy, se lo dije en el momento menos preciso y sobre todo con las palabras inadecuadas. No se que me pasó, o como sucedió pero de una cosa si estoy seguro, me nacía desde el fondo del cocoro (corazón) decírselo.
Se que soy un imbécil, pero es lo que siento y por más que me duela ella no siente lo mismo por mi.
El amor es IDIOTA y lindo.

- James, ¿sigues ahí? - me pregunta Alex sacándome de mis estupiditos pensamientos.
- Hmm - le digo aún sacado de mis -- pocas pero efectivas -- neuronas.
- ¿Te sucede algo? - me pregunta preocupada acercándose al sillón donde estoy sentado.
No, sólo te dije te amo y me ignoraste por completo. Pero no te preocupes, no me pasa nada sólo es que el amor hoy no está de mi lado.
- Estoy perfecto - le digo con una sonrisa tan notoriamente falsa.
- Bien - dice para alejarse de mi y sentarse en el otro sillón.

- Hablemos sobre otra cosa - le digo sentándome mejor en el sillón y quedando frente a frente pero de lejos.
- ¿Sobre qué? - me pregunta intrigada.
- Sobre donde nos quedaremos hoy y mañana - le digo obvio. Yo no pienso quedarme en el departamento un maldito sábado por la noche o tal vez si, por ella lo haría.

- Bien, ¿qué te parece en la casa de la playa? - dice con cierto tono de emoción.
- Muy bien, sólo hay un pequeño problema - le digo enojado. Maldito, no nos puede dejar en paz.
- El moustro - le digo cruzándome de brazos enojado.
- Oh, hay que traerlo con nosotros - también dice emocionada.
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, QUE ME CORTEN LA CABEZA.
- No, me niego a traerlo conmigo por una noche - la digo levantándome del sillón enfadado.
- Supongo que le mencionaste a su madre que lo cuidarías, ahora te aguantas - dice para también levantarse del sillón enojada.
- No lo haré y es mi última palabra - digo poniendo un alto a la desdicha que pasará si ese niño de nuevo convive conmigo y sobre todo en la misma casa, noche y auto.
                           ...

- Vive en una piña debajo del mar - maldito hijo de ... Su mamá.
Alex -- no me refiero a la persona que no me contesto nada cuando le declara mi amor -- está cantando en la parte de atrás de mi auto o más bien dicho está gritando como una foca y la verdad no se si las focas gritan sólo se que lo hace y me está matando los oídos.
- Alex, cariño ¿te podría callar? - le dice Alex con una voz tan dulce que hasta yo me sorprendí.
- Si - dice sonriente para callarse.
GRACIAS, DIOS MIO y Alex.
Suspiro de la emoción. De verdad, cuidar a está niño de los Ángeles del cielo es muy cansado.
Se oye un silencio muy encantador en el auto y yo por primera vez en mi vida agradezco que haga un tráfico enorme para llegar a un super mercado, así me dará tiempo de hablar con Alex de lo sucedido en el jacuzzi.

- Ale... - empiezo a decir pero me callo.
- Vive en una piña... - dice el maldito del moustro cuando empiezo a hablar pero se calla al instante que yo lo hago.
Auto control James, auto control.
Respiro hondo para tomar valor (otra vez)
- Alex te quería decir ... - Me vuelvo a detener por su horrible canto.
- Debajo del mar, Bob Sponga - se vuelve a callar al momento que yo me callo.
Ohhh, contrólate. Un niño de 9 años no me puede sacar de mis casillas.

- Bueno Alex, como te decía ... - me callo, esto ya es el colmo.
- Su cuerpo absorbe sin estallar ... - se vuelve a callar.
- Con una mierda, YA CÁLLATE - le gritó enojado golpeando el volante con mis manos de la maldita frustración.
- No le grites - me regaña Alex.
¿Qué? Me regaño por ese maldito.
- ¿Me regañas por eso? - digo señalando con la cabeza al causante de mis pesadillas despiertas.
- Es que, no tienes que gritarle - me dice enojada.
- ¿COMO QUIERES QUE NO LE GRITE? TODO EL MALDITO CAMINO ME HA ESTADO JODIENDO LA VIDA - le digo de lo más enojado que puede estar con ella alguna vez.

- A mí no me grites, imbécil - me dice enojada cruzándose de brazos. Aaaa, ahora yo tengo la culpa.
Sigo discutiendo con Alex. El moustro empieza a llorar en la parte de atrás del auto y los carros empiezan a presionar sus claxon's por que la maldita fila de 30 minutos aún no avanza.
Maldito tráfico de los Ángeles.
   
Alexia.

Llegamos al super mercado y todos nos bajamos enojados azotando la puerta del coche de Marshall, después de más de 1 hora de tráfico llegamos al establecimiento.
Llegamos a la puerta y James tomo una carrito para echar las cosas.
Debo de admitir que me encanta que se enoje. Dirán Que raro Alexia pero me gusta cuando se le saltan las venas del cuello y eso pasa por que lo causó yo, causó algo en el. Es enojo pero es algo ¿o no?

- No quiero estar enojado contigo - dice Jame tomándome por la cintura.
- Ah, el amor - dice el pequeño Alex con asco para adelantarse y caminar de pasillo en pasillo hasta llegar al de los juguetes.
- No nos volvamos a gritar - le digo. No quiero pelearme. Y si me peleo con el por primera vez en mi vida me sentiría insultar a una persona a la cual quiero mucho.

Admito que me tomo por sorpresa las palabras que dijo en el jacuzzi.
Me ama y lo mejor de todo es amor mutuo.

- Señora deme mi carrito - dice enojado James peleándose con una anciana. El lo sostiene de un extremo y la viejita de otro.
- Jovencito mal educado, yo lo tome - le anciana dan un estirón del carrito hacia ella.
- Yo lo agarré primero - dice James dando ahora una estirón hacia el.
Alto, esa es la anciana que nos rosio de agua hoy.
- No se lo des James, ella fue la que nos mojó - le digo como la madura que soy. No es justo que se lo quite.
James me sonríe y sin esperarmelo le arrebata el carrito a la anciana y se echa a correr en mi dirección para tomarme la mano y corre junto con el carrito.
Corremos por todo el super hasta llegar al pasillo de la juguetería con la viejita tras nosotros.

James en un ágil movimiento me da el carrito y carga más rápido que no se que a Alex y lo sube para tomar de nuevo el control del carrito.
Corremos entre los pasillos hasta que nos detuvimos agotados.
                          ...

Estamos pagando las cosas en cajas y la cajera pasa cada producto por no se que sea esa luz roja que marca el precio.
- Qué lindo su hijo - dice la cajera mirando con ternura a Alex.
- Es adoptado - le dice James apuntó de reírse.
- Oh, se nota ya saben por lo rubio - dice la cajera. ¿Qué? Nos quiso decir negros. No tengo nada contra la gente de color pero obviamente no lo somos.  Ok, yo malentiendo un poco las cosas.
- Estoy a favor de la adopción - dice la cajera terminando de pasar todo lo que habíamos comprado.
- Yo también, lamentablemente mi esposa no puede tener hijos - dice James en un tono deprimido. ¿Qué no puedo tener hijos? Alguien me hubiera avisado. Es broma pero en la casa esposito mio, me la pagarás.
- Yo estoy conforme con mi mami - dice Alex en un tono dulce de voz y abrazandome por las piernas.
La cajera pronuncia un aww y nos termina de cobrar los productos.
James paga y como si lo hubiesen planteado, James carga a Alex en brazos y se van muy feliz de la vida como padre e hijo.
Malditos locos.
Soy señora de Marshall. Qué bien se oye eso.
😜😝😜😜😜😜😜😜😜😜😜😜
El cappppp aqui ta
Les gusta.

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