Capítulo 1: Comienza el viaje.

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POV Lauren

Mire el reloj de mi muñeca con frustración mientras tiraba de la maleta con la mano que me quedaba libre. No es que fuera a perder el tren, pero siempre tenía que llegar antes de tiempo por si había algún imprevisto. ¿Y si me encontraba con una cartera y la tenía que llevar a comisaría, o había un accidente y tenía que ayudar? Siempre hay que ir con tiempo a los sitios.

Mi tren salía a las 10:00 a.m. y podíamos embarcar a las 9:30 a.m. asique me tenía que asegurar de que estaba allí exactamente a las 9:15 a.m. para poder escoger el mejor sitio y no comerme los retrasos de la gente que se presenta cinco minutos antes de las diez. El viaje iba a durar 8 horas por lo que mejor ir preparada y no empezar el viaje con mal pie. Al fin llegué a mi destino, tardé unos cinco minutos más de lo que esperaba, pero igualmente la estación se veía solitaria por lo que iba a disfrutar de un viaje relajado y con el asiento que yo quisiera.

Me senté en un banco cerca de las vías para levantarme rápido si el tren venía y había mucha gente. De repente una figura se sentó a mi lado dejándose caer bruscamente en el banco y resoplando, parecía haber corrido. Me giré para ver mejor a la persona y tragué en seco. Una preciosa morena de grácil figura y perfectos rasgos se había sentado a mi lado, sus carnosos labios y sus ojos chocolate hicieron que mis manos empezaran a sudar ¿Desde cuándo yo, Lauren Jauregui, pensaba así de un desconocido? La cosa no mejoró cuando la morena me miró y sonrió cálida y ampliamente, me miró de arriba abajo y se mordió los labios para acabar clavando su mirada en la mía. Me quedé parada unos segundos sin saber qué hacer, mi cuerpo respondió como pudo y traté de sonreír, pero, por su cara, supe que debí hacer una mueca extraña que parecía ser un falso intento de sonrisa.

Recapitulemos, una preciosa mujer ha llegado tan pronto como yo -lo que denota que es bastante puntual- ha decidido sentarse a mi lado -cosa que me ha puesto ya de los nervios de lo perfecta que es- y para colmo me sonríe ¿Y lo único que puedo hacer es parecer una completa idiota? Brava Jauregui.

- No sueles sonreír mucho ¿no? - dijo con un tono juguetón mientras cogía el móvil y buscaba algo. No era muy partidaria de mirar el móvil cuando se hablaba con alguien ¿Porqué estar conectado cuando tienes gente real alrededor?, a pesar de eso me quedé callada intentando encontrar algo coherente que decir y cuando fui a abrir la boca... - Creo que deberías mirar esta página. Te puede ayudar - Miré la página que tenía puesta en el móvil e instantáneamente me sonrojé de vergüenza.

La pantalla tenía una página que titulaba: 5 pasos para sonreír. Empecé a leer el artículo y era una página totalmente estúpida e inventada "¿Es usted el alma del cementerio por su sonrisa? ¡No lo tolere más! Sea el alma de la fiesta en estos sencillos pasos"

Miré a la chica con incredulidad ¿Me estaba tomando el pelo? Ella solo sonreía como antes. Tras varios segundos retiró el móvil y leyó la página web de su teléfono.

- Vaya... creí que no podía haber una página más.... - ¿Estúpida? Me estaba leyendo la mente - ¡Genial! Tal vez no aprendas muy bien como sonreír con esto, es para gente avanzada en eso de las bromas - se rio nuevamente por algo de su teléfono - Piensa que estás salvada porque al menos tienes una cara linda, no te hace falta sonreír - me guiñó el ojo y tuve que cogerme la tela del pantalón para no parecer una completa tonta y nerviosa colegiala, aunque no era muy madura mi actitud en este momento...

Bueno... mis expectativas de que fuera alguien serio como yo se habían esfumado, pero al menos había llegado a tiempo y tenía todo en orden. Era una persona responsable. Tal vez solo la gustaba bromear. Debo reconocer que su sonrisa y su risa eran la octava maravilla del mundo.

- Soy Camila Cabello, por cierto - se levantó e hizo una reverencia. Miré a los lados y pude ver como la poca gente que ya iba viniendo a la estación nos estaba mirando. Mis mejillas ardieron y decidí pararla. ¿A quién se la ocurría hacer semejante tontería? ¿Acaso no tenía cordura esta mujer? Aunque lo que si tenía era un tremendo culo... - Ahora es el momento en el que me dices tu nombre en vez de mirarme al culo Señora desconocida ojos serpiente - Espera... ¿Qué? Se había dado cuenta de que la estaba mirando ese asombroso, gran, jugoso... ¡No! ¡No! Tengo que parar de pensar en como se sentiría su gigante culo entre mis manos. Sin duda la mente de Camila funcionaba diferente, tal vez era de cabecita especial.

- Soy Lauren, Lauren Jauregui - le tendí la mano y ella solo se quedó mirándola extrañada. Resopló y cuando creí haber vencido a su locura transitoria, cogió mi mano y tiró de ella haciendo que me pusiera de pie y dándome un abrazo. Pronto mi cuerpo empezó a arder notando nuestros dos cuerpos juntos y su aliento pegado a mi oreja. ¿Qué te pasa Jauregui? No es como si nunca hubiera estado así con alguien... pero desde luego ese alguien no era Camila Cabello.

- ¿Feliz de que vamos a estar juntas 8 horas de tren Ojos Serpiente? - ¿Ojos serpiente de nuevo? Habían comparado mis ojos con muchas cosas, pero nunca con una serpiente... además, ¿No es que las serpientes tienen los ojos amarillos o algo así? Encima de loca también era daltónica. Pobre niña... Pobre chica buenorra qu- ¡Basta Jauregui!

Me soltó lo justo para mirarme directamente a los ojos. Quien diga que los ojos marrones son corrientes miente, esos ojos eran cautivadores y sencillamente un pecado.

- A veces comparo a la gente con Augustus Gloop - Dijo mientras seguíamos manteniendo contacto visual. ¿Que? Quien coño era ese Augustus Gloop... me sonaba realmente a... - Ya sabes... por eso de que la gente cae sin remedio tentado por la piscina de chocolate que tienen delante, es decir, mis ojos - Decidme que no... que no acaba de usar una de las peores frases para ligar de la vida que encima implicaba un enorme ego y una estupidez al cuadrado. "Pero te gusta, Jauregui" me dijo una vocecita a la que callé inmediatamente. Algo seguía diciéndome: Al menos es tan puntual como tú.

Me alejé de su agarre con cuidado lamentando no haber aprovechado esa cercanía. Pronto su cara cambió y alejándose de mí se giró rápidamente hacia su maleta - Debo ir al baño, nos vemos luego Ojos Serpiente - se fue corriendo y yo por instinto miré el reloj, 9:29, el tren estaba a punto de llegar - ¡No tardes o llegaras tarde! - grité inconscientemente ganándome miradas extrañas de las demás personas. Perfecto, en 10 escasos minutos Camila había conseguido avergonzarme 2 o 3 veces.

El tren por fin llegó e instintivamente miré a todos los lados. Ni rastro de Camila. ¿Le habría pasado algo? Una persona que llega tan pronto solo debe llegar tarde por algo ¿No? Me auto convencí de que la belleza de ojos chocolate no era de mi incumbencia y según abrieron las puertas del tren fui la primera en subirme y elegir asiento. Elegí un asiento de cuatro con una pequeña mesa alrededor, coloqué mi maleta al lado y me situé estratégicamente donde sabía que mucha gente no se pondría puesto que había dejado libre el asiento que iba hacia atrás y que nadie quería estar sentada cara a cara 8 horas con una desconocida.

Miré mi reloj de nuevo 9:56. ¿Dónde demonios estaba? Seguro que la había ocurrido algo. Mi cordura me dijo que me quedara sentada puesto que ella no era mi asunto, y eso hice, hacerle caso a mi cordura. A las 9:59 oí una voz conocida, muchos golpes y gente quejándose. "Lo siento. Paso, disculpe. Voy ardiendo. Señor déjeme pasar mi mujer está de parto. Si quiere salvar la vida de la roca gigante huya señora, pero de mi camino. Realmente usted no quiere meterse en problemas, soy del FBI, déjeme su asiento" Oh no... esa voz...

- ¡Ojitos serpiente! - miró a los lados - Creo que el destino ha predicho que me sentara hoy junto a ti - se posicionó en los asientos que tenía en frente, en los que predije que nadie se iba a sentar - ¡Menos mal! Casi pierdo otro tren - suspiró con alivio. Esperen ¿Otro tren? - Es que me dormí y no cogí el de antes, pero al menos conseguí hacer un favorcito para que pudiera meterme en este tren - ¿Un favorcito...? Olvídalo Jauregui, concentrate en otras cosas y no en tus celos.

Por lo que veía, todo pensamiento lógico respecto a esta chica no iba a funcionar. Había perdido lo único que la hacía cuerda, estaba completamente guiada por sus deseos impulsivos y momentáneos parecía ser.

- ¿Preparada para 8 horas de diversión? - dijo con una gran sonrisa mientras sacaba una banana de su mochila - Es un plátano - dijo sin venir a cuento. Yo sabía que era una banana... pero plátano también valía.


Cordura contra Deseo |Camren|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora