4.Gelsey I: Comienzan los preparativos

Magsimula sa umpisa
                                    

—Anda ridículo, ¿desde cuando eres tan sensible? —le preguntó Adrián.

—Estabas delante cuando a Su Alteza se le ocurrió... ¿cómo le llamó?

—Kro Pérez —respondió Maddie con una sonrisa maliciosa revoloteando en sus labios.

Adrián no pudo evitar romper a reír.

—Kro Pérez... —sollozó el Joker.

—Vamos, si hasta suena muy... especialmente artístico.

—...Kro Pérez...

—Ya, pesado, si a mí me llamó Madalena, Maddison y no sé cuántas cosas más.

—Pero tú eres una simple humana vulgar. Kra Dereth fue...

—¿No decías que su ingenuidad formaba parte de su encanto? —le interrumpió Adrián.

—Pues sí, es encantador, pero también me frustra, exaspera, exacerba, me solivianta...

—Tres meses, en tres meses tendremos nuestra venganza —sentenció Madelaine con sus grandes pupilas arrojando determinación.

Tres meses después

PALACIO DE LOS ESPEJOS. 9:45 AM.

GELSEY

Voy a ser sincero desde el principio, no me considero a mí mismo malvado, sólo alguien con mucho poder y el poder está para utilizarlo. Existen muchas maneras de usarlo y yo decidí que seguiría el camino de la venganza. Era algo muy egoísta por mi parte, pero yo nunca he pretendido ser caritativo.

Me gusta que las cosas salgan como las he planeado y cuando eso no sucede así, me enfado. Poner a prueba mi paciencia es el juego más peligroso al que alguien puede jugar. Soy capaz de todo por tal de obtener mis fines, es la única manera de salir de la mediocridad. Los principios y la compasión sobran si no quieres ver rodar tu cabeza por la alfombra.

A pesar de pensar así, cometí un error garrafal. No puedo decir que la fiesta del decimoctavo cumpleaños de la inocente Rosalie fuese la noche en que empezó todo, porque esto era mucho anterior incluso de que conociera a Madelaine, anterior a mí.

Aunque yo no creyese realmente en fuerzas superiores, debo admitir que he llegado a creer en el destino. Todos somos piezas de ajedrez en este tablero y los poderosos juegan con nosotros como quieren. Cuando fui consciente de esto, yo también quise entrar en el juego. Quería ir a contracorriente, demostrarles que nadie tenía permiso para joder mi vida. Hoy miro hacia atrás y estoy tranquilo de admitir que no cambiaría nada de lo que hice. No tengo remordimientos. A veces mis convicciones llegaron a tambalearse, me pregunté si de haber podido escoger otro camino diferente a la venganza, lo hubiese hecho.

He comprendido que al final, el curso de nuestras acciones nos coloca en donde deberíamos estar, y yo estoy exactamente en el lugar correcto. Todo gracias a una humana ingenua de cabellos enmarañados y andar despreocupado. Mi chica de los jazmines.

Madelaine era el comienzo del fin y el final de mi ceguera. Su locura me ayudó a librarme de la venda que cubría mis ojos. Si no hubiese sido por ella, yo no habría tenido la certeza de que merecía la pena luchar en contra del destino. Ella representaba todos los obstáculos que me impedían ser feliz, pues a pesar de que aquella noche entrara en la cámara de la Reliquia completamente desprotegida, a pesar de lo cerca que la tuve, era la única a la que realmente no podía tener y todos anhelamos poseer lo inalcanzable. Madelaine se convirtió en mi quimera.  

Antes de conocerla yo era un silfo más. El poder siempre me había interesado. Cuando tienes ante ti la oportunidad de tener el Mundo a tu alcance, de poder realizar cuanto se te antoja, quedas irremediablemente seducido por él. Al principio piensas que atravesar el corazón de alguien con una raíz que tú mismo has hecho brotar es ser invencible. Después descubres que existe gente que puede invocar una serpiente gigante que acata todas tus órdenes y ansías aprender más. Te tiras de lleno a beber a la fuente pero la sed, las ansias de poder, nunca queda saciada.

Léiriú I: La rebeliónTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon