Supe que mis padres no me querían y que mi vida iba a ir mal desde el principio de mi miserable vida.
Han pasado varias horas y sigo sola en esta jodida habitación.
Emtonces se abre la puerta y aparece Amy... ¡¿Amy?!
-¡hola¡-susurra alegre.
-hola, ¿qué haces aqui?
-vine a visitarte tan pronto me enteré, no sabía donde putas madres vivías o tu maldito número-comenta riendo.
-lo saben todo
-oh, lo siento de verdad, yo espero que mis padres no se enteren nunca de mis jodidos problemas
-¿tienes un cigarro?-pido y busca en su bolso.
-¿segura? no se puede fumar aquí
-¿qué le hiciste? regresame a Amy y dame un puto cigarro-digo y suelta una carcajada.
-aqui
-abre esa ventana-pido y la abre. Enciende mi cigarrillo y agradezco sentir ese humo en mi boca. 🚬💜
-mil gracias-digo soltando el humo al hablar.
-para eso somos las putas amigas, ¿no?-comenta y reímos.
-¡no es posible!-mi madre entra a la habitación.
-¡tú!-le grita a Amy. -¡¿cómo puedes aparecerte aqui?! ¡seguro tú la inducías a los vicios!
-fue por mi cuenta, madre-interrumpo.
-¡callate! ¡y tú, estúpida! ¡tus padres van a saberlo todo ya verás! ¡ahora largate!-grita roja de furia y Amy sale de ahí casi corriendo, no sin antes despedirse de mi con un abrazo, mi madre se molesta más.
-ya basta-pido molesta pero seria.
-no tienes vergüenza, Corde...
-¡no! ¡quien no tiene vergüenza ni derecho a nada eres tú! ¡y mi padre igual! ¡creen que con su maldito dinero lo solucionan todo!-nunca te has quejado, no creo que en Las Vegas pase por tu mente
-¿no lovhas pensado? He vivido 3 de 16 años con ustedes, toda mi jodida vida he estado sola en colegios e institutos
-era la única forma de que tuvieras una buena educación, pero creo que nos equivocamos-interrumpe mi padre entrando en la habitación. Sus ojos están rojos, sé que ha llorado.
-una adicta al sexo, anoréxica, bulímica, drogadicta y ebria, eres una desgracia, Cordelia, maldita sea la hora en la...
-¡yo no pedí ser así! ¡yo no lo elegí!-grito con los ojos llenos de lágrimas.
-no mereces ser nuestra hija-dice mi padre.
-quiero irme a mi casa-digo cruzando los brazos y bajando la mirada. No puedo soportarlos un segundo más.
-oh no, querida, olvidate de tu casa, del instituto o de cualquier otro lugar
-¿qué?-pregunto temiendo lo peor, ¡¿viviré con ellos?!
-te vas a rehabilitación
-no, no pueden hacer...
-te vas esta misma noche, tú te lo buscaste
-eso es mentira, todo esto no es mi culpa, ¡es su puta culpa y de nadie más!-estallo y a cambio recibo un fuerte golpe de parte de mi madre. Otro.
Mi padre la toma en brazos y salen sin decir una palabra.
Quédate tramquila, dijiste sólo la verda y nada más que eso, linda.
Esa fue mi yo interior. Así que rehabilitación, ¿eh?
Debo escapar, no van a cambiarme aunque lo intenten.