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Azúl, capítulo seis

Tal vez los miedos existen por algo, si la mayoría son creados por experiencias vívidas, es decir, un día un chico te rompe el corazón y luego tienes miedo que esto vuelva a suceder. Pero no podemos evitarlo, el miedo es parte de la vida y siempre va estar ahí, lo creamos o no, puede cerganos y gracias a eso renunciamos a la felicidad.

Pero no puedes odiar todas las rosas porque una te pincho.

Lo mejor del miedo es superarlo y arriesgarte. ¿Quién dijo que no puedes pararte frente al público y actuar?, ¿Qué no puedes mirar bajo la cama y descubrir que no hay nada? Puedes, claro que puedes darte una oportunidad más hasta que lo logres.

Porque si tu sueño es viajar ir conocer, no debes permitir que tus miedos o límites se interponga, primero está tú felicidad y después podrás pensar si lo que hiciste estuvo bien.

Cuando se trata de algo que quieres no debes darte por vencido.

No importa si está oscuro y las sombras te consumen, siempre hay un poco de luz al final del túnel.

Pero lo importante es creer que está hay.

—¿Estás nerviosa?

Negó, presionando la mano que la había hecho ver la luz entre las tinieblas. No tenía miedo porque tenía esperanza, y tenía a su alrededor a las personas que amaba apoyándola, pasará lo que pasará, lo aceptaría.

—Estoy bien—aseguró—. Falta un día, parece que estás más nervioso tú.

—Estoy ansioso, porque sé que lo vas a lograr y no veo el momento de mostrarte todo lo que no conoces.

Sonrió y sintió un fuerte ardor en la mejillas, además de el drenaje de emociones que sólo cierto chico podría provocar. Alan se volvió una persona importante muy rápido y eso era lo que más le preocupaba, porque desconocía eso que él le hace sentir, pero fue afortunada de darse cuenta pronto.

No. Las historias reales no tienen finales felices, cada quien es feliz como puede y siempre va existir algo que arruine la felicidad. Es cierto que nada es para siempre y que probablemente ellos no funcionarían como pareja como funcionaron de amigos, pero no tiene ningún sentido pensar en eso.

La vida siempre busca como hacerte infeliz y tú eres quién decide si hacerlo más pronto que tarde.

—Lo lograré—murmuró con seguridad—. Y así podré descubrir qué tan lindo es el cielo.

[…]

El día llegó y los nervios junto a el, quería ser positiva pero las emociones ganaban y parte de su confianza tomo una maleta y voló lejos.

Para terminar su mala suerte, Alan había tenido que ir a presentar un examen y luego iría al hospital.

Estaba nerviosa, emocionada y tenía miedo.

Pero aún sobre todo, no quiso rendirse y entró al quirófano con la esperanza de salir viendo. Cuando le inyectaron la anestesia todos esos pensamientos negativos se fugaron y no quedó nada además de las oscuridad acostumbrada.

Poco a poco sintió los ojos cerrarse y tensión física también desapareció, dejándola en manos de los doctores.

Más tarde, él joven término su examen y entonces pudo ir al único lugar donde quería estar. Junto a Nicole. Antes de ir al hospital, paso por su casa y recogió algunas cosas que quería darle cuando despertaran, globos de helio y un enorme peluche que ganó en la feria el día que su cita fue estropeada, además de flores y chocolates dentro del paquete, porque él tenía la seguridad de que ella lo vería.

Cuando llegó, la operación ya estaba en proceso, los padres de Nicole le dieron una mirada rara por todas las cosas que llevaba encima pero no preguntaron nada, la sala de espera estaba en una tensión que podía ser cortada con un cuchillo.

Fueron cinco horas de espera.

[N/a la verdad no cuánto duren y como en internet no aparece nada, lo invente].

Fue entonces que un doctor salió de la habitación.

—La operación fue un éxito—sonrió victorioso—. Ahora queda esperar hasta que le retiremos las gasas y saber si puede ver.

Anunció que la trasladarían a un cuarto dentro de dos horas y se retiró,

Our History |JerrieWhere stories live. Discover now