Capítulo 6.

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Maratón 1/3♥

Uno de los compañeros de fútbol de Dylan se interpuso entre Ayden y yo.

—¿Y tú quién mierda eres?—Escupió molesto Ayden.

—Eso a tí no te incumbe. Ahora déjala en paz de una puta vez.

Ayden lo fulmino con la mirada y tenso tan fuertemente su mandíbula que creí que sus dientes iban a romperse.

—Ya basta. No pasa nada ¿Sí?-Dije tratado de calmar el ambiente—Luego hablaremos Ayden.

Ojalá ese 'luego' no llegué jamás.
Aunque en el fondo era lo que más ansiaba. Era una desquiciada masoquista. Empuje el pecho de Ayden y luego de dedicarme una intensa mirada que me paralizó se marchó. El que Ayden se haya marchado hizo que murmullos comenzaran a hacerse presentes. Ni un día en el Instituto y ya era el centro de atención.  Bien, por lo menos no era invisible como antes.

—¿Es qué te has vuelto loco, Aaron?—Dijo Max levantándose de su asiento.

—Cierra la maldita boca, Max.—dijo enojado.

¿Aaron?

—Te agradezco que hayas intentado defenderme pero no era necesario..

—¿Quién dijo que te estaba defendiedo?—Dijo y se marchó.

Wow, creo que eso que va allí es mi orgullo mal herido.

—No te quiero ver cerca de el, Mia.—Dijo mi hermano apuntandome con su dedo acusadormante.

—Yo puedo estar con quién se me de la gana.—dije fruciendo el ceño.

—No te conviene. No él, Mia.—Dijo Max haciendo una mueca.

—Tiene razón Max, Mia. Se que la fachada de chico malo puede llegar a atraerte pero el no es solo un chico malo. Él es peor de lo que puedas imaginar.—Dijo Newt.

—¿Con qué argumentos dices eso?—Pregunté enfadada.

—Él era el mejor amigo de Aaron..

—Cierra la boca, Edward. Eso le corresponde a Aaron.

La campana volvía a hacerme una mala pasada. Ellos aprovecharon ese momento para escabullirse sin que los notara. Tomé la bandeja y la tiré frustrada. No conozco a este chico pero tengo que admitir que la fuerza de atracción física es grande. Además él es como un enigma. Un completo misterio. Nadie sabe nada de él, pero tienen sospechas de que no es  bueno.

Necesitaba hablar con Aaron y aclarar mis dudas, pero dudo que el me conceda eso.  Salí del comedor y no había ni un alma en los corredores.
Me dirigí a mi casillero y saqué mis libros de historia.

Luego fui directo a los baños. Lave mi cara y respire ondo. Un día intenso sin dudas. Me quede pensando un poco pero luego recorde que el tiempo no esperaba a nadie. Salí apurada, estaba llegando tarde a historia y por lo que sabía el profesor era uno de los más estrictos de todos.

Me acerque al salón y abrí apenas la puerta.

—¿Puedo pasar?—Pregunté tímida y avergonzada.

—Sólo por esta vez...—dijo dejando las palabras en el aire.

—Mia.—dije—Mia Morris.

Él asintió desintetesado y siguió con su clase.

Pasé y me sente en el único asiento libre al lado de una chica de cabello corto pelirrojo.

Saqué el cuaderno de apuntes y los lápices. Amaba historia, me atrapada completamente pero ahora no podía.

—Oye, Mojigata.—Dijo la pelirroja susurrando.

—¿Me hablas a mí?—Fruncí el ceño.

—Eres la única mojigata, mojigata.

—¿Qué quieres?—Pregunté enfadada.

—Sólo una cosa; Alejate de Ayden.

—Estoy cansada de que repitan eso. Ayden y yo recién nos conocemos, nisiquiera eso.

—Mantente alejada, él es mío.

—Deberías cuidarlo mejor. Y yo no me acerco a él. Él se acerca a mí.—Bueno.eso era una verdad a medias.

—Señoritas... ¿Hay algo que quieran compartir con el resto de la clase?

—Sí. —Dijo la pelirroja.

—¿Sí, señorita Megan?

—¡No! No es nada. —Dije antes de que ella pueda pronunciar alguna palabra.

La ví sonreír por el rabillo del ojo y mi rostro ardió de verguneza y furia.

—Sí no les interesa mi clase pueden retirarse, pero eso influirá notoriamente en sus notas. Así que si siguen hablando yo mismo las sacare afuera e infuire en sus notas.

El profesor nos siguió regañando y nos mando a que después de clases vayamos a detención. Papá va a matarme si se entera.
El timbre sonó dando por finalizada la clase. Odiaba a él maldito profesor y a Megan por esto. Ojalá sea solo por hoy. Está más que claro que me mantendré en perfil bajo.

Salí a toda prisa al baño a llamar a Dylan para contarle lo sucedido y que no le contará nada a papá.  Qué le inventara alguna excusa.

—¡Dylan!

¿Sí?

—Necesito que le inventes alguna excusa a papá porque me madaron a detención.

¿A detención?  ¿Qué hiciste? Me sorprende de tí hermanita.

—Sólo hazlo, luego lo recompensaré— dije rodando los ojos para luego darme cuenta de que él no podía verme.

Es un trato, hermanis.

Colgué y salí del baño dispusta a ir hacía detención. Comence a caminar por diez minutos. Quince, veinte, media hora. Demonios estaba perdida. Quería preguntar a alguien pero esta parte de las instalaciones estaban vacías. Olían a moho,  humedad y polvo.

Me reprochaba mentalmente. Maldita sea la hora en la que me dieron detención culpa de la perra de Megan.
Creo que mi odio hacía ella incrementó. Estaba casada, sólo quería ir a casa y dormir. Pero ya no sabía como mierda volver.
Estaba por doblar por el corredor pero escuche unas voces que hicieron que me detuviera. Me arrincone y agudize el oído lo más que pude.

—Acatriel, es peligroso. Sabes que él se enojara.

—Que se vaya a dar por culo. Yo hago lo que me de la gana.

¿Esa era la voz de Ayden?

Asomé un poco la cabeza para ver y contuve la respiración.  Ayden y un hombre estaban hablando. Era alto, fornido. Vestía una capucha de negro que cubría casi todo su rostro  y sus ojos iban delineados de negro.
¿Quién era él?

—Vete Abyssus, no estamos solos.

Maldición. Mi cuerpo entero se tenso al oírlo. No pueden haberme descubierto. Estaba preparada para echarme a correr pero una mano tapo mi boca y paralizó completamente mi cuerpo.

—Shhh... no grites, no te haré daño. Debemos salir de aquí.

Sé que es muy corto pero es una maratón(?

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