Capítulo 32

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Llevaban un buen rato riendo y dándose besos breves pero intensos, interrumpidos de vez en cuando al captar el brillo de las alianzas. Entonces se quedaban un rato mirándose, sin saber muy bien qué decir o qué hacer.

Era como si todavía no fueran conscientes de lo que había pasado: Tanto las buenas noticias de los últimos cinco minutos, como las malas del último mes. Que todavía no terminaban de creer que la pesadilla había acabado al fin.

Por eso actuaban con indecisión, casi timidez... Después de haber pensado que no volverían a verse, y siendo las últimas ocasiones en las que habían estado juntos, unas no muy optimistas que digamos: gritándose el uno al otro, criticándose los errores, y haciéndose daño literalmente; volver a actuar como si no hubiera ocurrido nada, era un tanto complicado.

Pero en un momento dado, Derek se dijo que ya estaba bien. Y que si antes no había podido estar con Stiles y hacer con él lo que realmente quería por culpa de una mujer que hizo todo lo posible por arruinar su vida; no iba a dejar de hacerlo ahora que no había nadie entre medias. Ahora que por fin todo, absolutamente todo, dependía de ellos.

Stiles estaba sonriendo de ese modo que lograba que a Derek le latiera el corazón más deprisa de lo normal. Pero entonces la sonrisa se tornó en un gesto más serio. Porque Derek estaba también serio, y le miraba muy fijamente. Como si fuera la primera vez que le estuviera viendo de verdad.

El chico iba a preguntarle si ocurría algo, cuando Derek acercó su rostro al suyo.

Lo hizo muy lentamente, casi a cámara lenta. Y sus ojos estaban fijos en sus labios, exactamente del mismo modo que hizo aquella primera vez en que el hombre se atrevió a iniciar aquel primer beso, y donde todo eran nervios y ganas de hacerlo bien.

Y como aquella primera vez, Derek Hale lo hizo de maravilla.

Apenas pegó sus labios a los de Stiles, los apretó con la fuerza perfecta, dejando que de momento fueran sólo los labios los que participaran. Y mientras los segundos pasaban y el hombre los besaba como si fuera lo más hermoso y perfecto del mundo, colocó una mano tras la nuca del chico para juguetear con su pelo.

Como sabía que ocurriría, apenas rozó con los dedos el cuero cabelludo de Stiles, el chico soltó un gemido de placer. Y Derek aprovechó el momento para introducir muy lentamente la lengua en la boca de Stiles, logrando que la temperatura ambiente subiera a marchas forzadas.

Fue sentir la lengua dentro de su boca, y Stiles se pegó más al cuerpo de Derek, deseando que el hombre siguiera con sus atenciones ahora que los nervios y risas del primer momento habían pasado a un segundo plano.

Pero entonces Derek se apartó de él, y sonrió ante el evidente puchero que soltó Stiles, nada contento con el cambio de planes.

- Estaremos más cómodos en la cama.

Sin esperar a que Stiles respondiera, se puso en pie y le cogió de la mano, obligándole a ponerse de pie. Pero una vez le tuvo donde quería, pasó las dos manos por detrás de los glúteos del chico y le levantó en volandas, colocándole a horcajadas a la altura de su cintura, como si no pesara nada.

Aprovechó la posición para colocar la cara en el hueco del cuello de Stiles, e inspiró profundamente durante unos segundos.

- Ya no huelo a ella, ¿verdad? – preguntó con cierto toque de preocupación, pasando las manos por detrás del cuello de Derek.

Y esa leve preocupación fue la que hizo que Derek se apartara lo justo para mirarle a los ojos. Le besó de nuevo en los labios, uno mucho más corto esta vez, antes de hablar.

Of Alphas and MatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora