Prólogo

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Prólogo

- General, la elegida ha vencido de nuevo sin sufrir ni una sola baja. – informó el soldado entrando en el despacho del general Barrow.  

El soldado temblaba de pies a cabeza solo por tener que entrar en aquel temido despacho y aportando noticias de las cuales desconocía como se las tomaría su general. Sabía que si no le gustaba lo que decía, era muy probable que no saliera de aquel despacho nunca.

- ¡Excelente soldado! Son muy buenas noticias para mis futuros planes. – dijo Barrow consiguiendo calmar los nervios del soldado.

El general Barrow era un hombre de unos treinta y cinco años, al menos así los aparentaba, corpulento aunque en unas condiciones físicas excelentes. Era el líder de la milicia, un grupo anti-protectores que luchaban por nuevas formas de vida.

La milicia empezó como grupo pacifista, protectores que habían nacido para acabar con los subterráneos, pero que en realidad odiaban su destino. Aunque de esos inicios, ya no quedaba nada.

Hacía tan solo veinte años, un nuevo activista apareció en la milicia con grandes aspiraciones, pues no solo odiaba matar a los subterráneos, sino que en cierta parte, los amaba, pues el don que posé le hace interactuar mucho con ellos. Él decía que los subterráneos formaban parte de la naturaleza, al igual que ellos y al igual que los humanos. Pero fue con su famosa frase con lo que llegó al poder: “Tan solo estamos obligados a proteger la vida”.

La frase decía mucho más de lo que mucha gente creyó en su momento, pues todos pensaron que era un activista por los derechos de los subterráneos, y le votaron para gobernar la milicia. No tardaron en salir de su error, pues lo que Barrow quiso decir con esa frase, fue que había que proteger la vida, incluida la vida subterránea, por lo que si había alguien que mataba a un ser vivo sin haber sido atacado antes, este merecía morir.

Cuando Barrow empezó su cruzada contra los protectores, los miembros originales de la milicia intentaron impedírselo, sin más éxito que su propia muerte, pues Barrow aplicó su ley diciendo que los activistas amenazaban contra su vida.  

A partir de ese momento, la antigua milicia pasó a llamarse La Milicia de Barrow, cuyo escudo era una gran B roja sobre un fondo negro.

Pero no pasó mucho tiempo hasta que los protectores, los cuales hasta aquel momento actuaban en grupos dispersos por todo el mundo, se unieron por primera vez en toda su historia para luchar contra los milicianos.

El grupo cayó tras una lucha que duró una semana entera, aunque nunca pudieron encontrar a Barrow. 

Pero de todo eso hacía ya muchos años, ahora la milicia de Barrow era un mal recuerdo de una época en la que ambos bandos tomaron malas decisiones. Desde la caída de la milicia, todo aquel protector que no desee su destino, tan solo tendrá que cumplir una única norma para todos, no hacer notar sus poderes o su longevidad a los humanos.

- Entonces mi señor, ¿cuál es el siguiente movimiento? – preguntó el soldado ahora más tranquilo.

- Volver a crear la milicia. – contestó Barrow con una mirada que tan solo podía venir del mismísimo diablo. 

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Ya ya... ya sé que no os enteráis de mucho, pero ya lo haréis :D

Como ya es tradición, dedico el primer capítulo a Shadow1996, pues ella me dio la inspiración para crear Soledad 1 y no puedo solo agradecérselo de esta forma. Gracias guapa....!! :D

Y ya saben... si les gustó, pulsen la estrellita y comenten. Graciasss!! :D :D

Soledad 2: La oscuridad del renacer [ Pausada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora