El Objeto

Secretos públicos

-Eres consciente de que esta no es una "herramienta para objetos resistentes", ¿No?

-Lo sé, pero creo que servirá.

Por un momento sentí miedo. El rayo chocó con el objeto pero no ocurrió nada, la máquina empezó a sobrecalentarse y a emitir un sonido extraño. Estaba a punto de rendirme hasta que una luz llamó mi atención.

-Mierda Evan, anota esto.

Entre el objeto y el rayo se empezó a visualizar una barrera semitransparente con una forma de pentágonos unidos y de un tono violeta. En la zona de impactó apareció humo seguido de un sonido metálico. En un abrir y cerrar de ojos el objeto se partió a la mitad, cayendo encima de una reja y tirándola abajo.

-¿Qué ha sido eso?- Estaba empezando a creer que era algún tipo de artefacto alienígena.

Cuando me quise dar cuenta Evan ya estaba encima del objeto.

-Esto es increíble.

-Déjame ver.

Era realmente increíble. Seguía teniendo la misma textura que la parte exterior, pero tenía líneas de un color violeta oscuro recorriendo la superficie con curvas de 90°. Luces de un violeta mucho más claro recorrían las líneas.

Eran venas.

-Dios...

-¿Crees que sea un sistema orgánico?- le pregunté sin apartar la vista del objeto.

-No lo creo, pero puedo apostar mi casa a que esto es un artefacto alienígena.

No respondí, me quedé observando como la "sangre" recorría esos extraños conductos.

-Llevemos el objeto a los laboratorios, nos hemos sacado la lotería- dijo Evan con un tono entusiasmado.

Tuvimos que usar una grúa, pero logramos colocarlo en el camión y nos dirigimos a los laboratorios.

Estaba bastante nervioso, sabía que llevaba algo importante pero teníamos una seguridad excesiva. Habría unos ocho jeeps camuflados acompañándonos

-¿No sientes lo mismo que yo?

-¿Entusiasmo?

-Nervios, siento que tenemos demasiada seguridad, como si el gobierno estuviese paranoico.

-¿Prefieres ir sin seguridad?

-No, yo sólo-

-Tranquilo, el paranoico aquí eres tú. No es la primera vez que nos involucramos con militares, sabes cómo son.

-Espero que tengas razón.

-Siempre tengo razón.

¿Por qué tanta seguridad? ¿Acaso alguien más conocía la existencia del objeto? Hasta donde sabía habían hecho todo para ocultarlo ¿Lo querrían robar? ¿Qué sabían los militares que nosotros no?

Iba haciéndome todas esas preguntas cuando sentí como las ruedas del camión se pinchaban y nos obligaban a detenernos, por la ventana presencié como otros cinco coches pasaban por la banda de clavos.

-¿Qué ocurre?

Del lado derecho del camino de tierra salió un grupo de personas que usaban un traje de cuero completamente negro y pegado a su cuerpo. Eran muy rápidos, llevaban una M16 en sus brazos y una pistola en su cintura, además de lo que parecían ser granadas.

Dispararon a algunos militares antes de que pudieran reaccionar y los demás se pusieron a cubierto tras los coches.

-¡¿Qué mierda está pasando?!- gritó Evan mientras miraba eufóricamente hacia las dos direcciones.