Soledad, profunda soledad

34 1 0
                                    

Año 2525
Estoy sentado en mi sillón, comiendo palomitas de maíz. Estoy realmente aburrido, y ya no tengo nada que hacer, hace unos tres meses me llegó la noticia que Dianela había muerto. Eso, sinceramente me decepcionó un poco, y me hizo sentir algo triste. Tampoco seré el hombre más deprimido del planeta porque nunca llegué a tener lo más mínimo con ella, seguro ni me conocía. Podría decirse entonces, que ella fue mi amor platónico.
Hace ya dos años que John se fue de la casa. Y, como ya dije, he estado muy aburrido. Solo. La casa está muy silenciosa, y el eco de mis pasos sólo me recuerda que estoy solo. Respecto al Dr. Jhones, no lo he visto desde ese día que lo visité junto con John, no tengo ni la menor idea de cómo estará. Tampoco sé nada de Wendy, quise contactarme con ella para intentar conseguir algo de información acerca de John, que si ella tenía la mínima idea de a dónde demonios pudo ir ese topo, pero, por desgracia (mía, obviamente) no le entraban las llamadas a Wendy. No sé si fue porque haya cambiado de móvil; o porque simplemente John sí que le avisó a ella, se olió que yo podía marcarle a Wendy para obtener información y John le pidió que me bloquease (No era tan subnormal después de todo ese topo).
Me levanto de mi sillón y empiezo a merondear por mi casa, cuando de repente lo siento; vuelvo a sentir esa extraña sensación (que valga la redundancia, por favor) que me agita. Me entran unas ganas grandes, tremendas, enormes, colosales, bíblicas, catastróficas de tirar y destruir todo. ¿Por qué? No lo sé, seguro ya estoy poniéndome mal de la cabeza. Pero, simplemente me dejo llevar. Tomo el cubo de basura de la cocina y, poniéndolo encima de mi cabeza, empiezo a correr como loco gritando en un intento de cantar "Soy un cacahuate", sí el éxito de Bob Esponja.
-¡Soy un cacahuate! Chin chin chin chiiin.

Así sigo corriendo por toda la casa, menos la habitación de John. No he entrado ahí hace meses. Y no pienso hacerlo con un cubo de basura encima mío cantando cacahuate y un pedazo de bolsa de pan en mi cabeza.

Una botella de vidrio me cae en la cabeza y eso hace que me caiga. Duele mucho. 

Siento como vuelvo a tener control de mí mismo, y es horrible. Quisiera no tener que limpiar todo. Pero tengo que hacerlo, sino después llegan las molestas larvas. Voy hacia el patio y tomo los utensilios necesarios para recoger lo tirado.
Una vez ya limpia mi casa, me encuentro con el pan de cada día. Ya no sé qué hacer. Me aburro. No encuentro algo que me inspire y tampoco algo que me entretenga. No tengo nada.
Estoy solo, y la soledad no siempre es buena, tal vez necesite encontrarme a mí mismo. Tal vez sería bueno enfocarme, aprovechar esta soledad, para conocerme a mí mismo. Tal vez.
Ahora mismo estoy muy cansado, así que tomo una ducha, me pongo la ropa para dormir, me dirijo a la cama con toda intención de dormir. Estoy acostado, pero no dormido. Estoy satisfecho, mas no feliz. Estoy en casa, sin embargo estoy solo. Cierro los ojos.
1...2...3...
Escucho un ruido extraño, muy aturdido sigo yo. Poco a poco ese sonido se va aclarando más y más hasta que termina formándose un sonido hueco, alguien está tocando la puerta.

2525Donde viven las historias. Descúbrelo ahora