Capítulo 16.

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D a p h n e

—Por favor Daphne —suplicó su hermana—, mamá no está y Jared siempre quiso salir desde hace mucho.

—¿Por qué ya no lo hace? —pregunté nerviosa.

—Creo que él debería decírtelo, sólo ve con él, ya no puedo decirle que no —dijo triste, alzó la mirada e hizo como si estuviera perfectamente bien—. Jared, lindo suéter —sonrío y giré para verlo, quizás también debí traer uno, pero al menos tenía puesta una camiseta de mangas largas. No me esperaba tener una salida ahora.

Jared tenía el ceño fruncido con dirección a su hermana, luego me miró y sonrió, poco a poco su expresión de fastidio se borró de su rostro.

—Hola —sonreí y él me devolvió el saludo con la mano, bajó el último escalón y se acercó a mí para darme un beso en la mejilla, lo cual de seguro me ruborizó... No sé por qué.

«¿Vamos?», dijo sin mover los labios, ¿lo hizo de nuevo? O estoy muy despistada para no notar que esas palabras salieron de su boca.

Asentí y él sonrió tirando hacia abajo las mangas de su suéter negro.

—¡Nos vemos, chicos! —dijo luego de que cruzamos la calle, volteé a verla y moviendo los labios me dijo: "suerte".

No lo entendí, tampoco me detuve a pensarlo.

—Y... ¿Cómo estás, Jared? —dije preocupada por su comportamiento, trataba de mostrarse seguro, pero no dejaba de ver a su al rededor todo el tiempo, a penas notaba que alguien llamada Daphne estaba junto a él.

—Estoy... Bien —dijo luego de unos segundos y me miró a los ojos como si quisiera pedir algo—, pero...

—¿Qué sucede? —sonreí nerviosa.

—Yo... Yo no hago esto muy a menudo —se detuvo en medio de una calle un poco vacía—, y bueno, no sé si esté bien, pero crees que puedo tomar tu mano?

Alcé las cejas levemente, no sabía qué decir.

—No quiero que pienses que quiero aprovecharme de la confianza, yo sólo...

—Descuida —sonreí y tomé su mano, la cual estaba muy fría, «todo estará bien», pensé mientras lo miraba a los ojos.

—Sí, gracias —sonrió y pude notar que estaba mucho más calmado.

Continuamos nuestro camino hacia un parque que me había parecido muy bonito la otra vez que venía de regreso con mamá de su veterinaria. No faltaba mucho, pero no podía con mi curiosidad...

—Jared —estaba distraído mirando las tiendas a nuestro al rededor, pero en cuanto lo llamé, me miró de inmediato— ¿hace mucho que no sales?

—Sí —dijo rápidamente—, mucho, ni si quiera sabía que habría turistas en invierno.

—¿Le temes a lo que nos rodea? Te vi un poco nervioso o asustado —apretó mi mano ligeramente.

—Sólo no quiero que te dañen —dijo serio— y a mí tampoco, ya no —acarició mi mano con su pulgar.

Me limité a asentir, creí que muchas preguntas le molestarían.

—Allí —señalé una banca vacía en el parque, ya habíamos llegado.

Nos sentamos y vi cómo Jared contemplaba todo, las personas, la naturaleza pálida por el frío y el día nublado. ¿Hace cuánto no habrá visto a nadie más que a su familia?

—¿Cuál es tu animal favorito, Jared? —sonrío.

—Los gatos, siempre quise uno —su sonrisa desapareció poco a poco—. A mamá no le gusta los animales.

—Entiendo... Pero si tuvieras uno, ¿lo echaría de casa?

—No lo sé, Daphne, pero realmente me gustaría decir que no —se encogió de hombros—. Hey, —se fijó en mis manos algo pálidas— ¿no tienes frío? —frunció el ceño preocupado.

—Oh, no, no te preocupes —pero ya era tarde, terminé usando su suéter negro. El aroma impregnado en el, era bastante agradable.

—¿Mucho mejor? —asentí y murmuré un "gracias".

—De nada —sonrío.

Miré detenidamente sus brazos, uno muy marcado con tinta negra en diferentes formas creando bonitos dibujos en su piel.

—¿Te gustan? —alcé la mirada y me topé con su mirada curiosa y una sonrisa muy bonita.

—Sí, ¿cada uno tiene un significado para ti? —rió bajito.

—No necesariamente, pero recuerdo el motivo que me llevó a tatuármelos —lo miré confundida pensando que es casi lo mismo—. No es lo mismo, Naranja —vi como su expresión cambió y su nerviosismo aumentó.

—¿Naranja? —sonreí curiosa— Aún recuerdo que aquel día en el que me abrazaste luego de cruzar las vayas de tu jardín también me llamaste así, ¿por qué, Jared?

—Emh... —sonrío jugando con sus dedos— Por tu cabello, me gusta —bajó la mirada.

—¿En serio? —asintió levemente— Eres el primero.

Suspiré luego de saber que Jared no preguntaría nada sobre el color de mi cabello.

—¿Te molestaría contarme por qué no sales hace mucho? —dije luego de unos minutos de silencio.

—No, pero si te lo digo quisiera que sólo tú, además de Emily lo sepan.

—Sí, no hay problema —sonreí para animarlo.

Soltó un largo suspiro y me miró a los ojos: —Los chicos de mi edad en aquellos días, solían molestarme esté con quien esté, solían ponerme apodos, lanzaban insultos sin temor alguno, algunas veces me golpearon con sus propias manos o con cosas que la verdad no quiero mencionarte y la mayoría de veces la persona con la que iba o me defendía y ellos se alejaban o salía herida de algún modo, física o psicológicamente... Yo ya no tenía ánimos de defenderme después de tanto, Daphne —miró al suelo y yo sostuve su mano izquierda—. Así que, dejé de salir.

—Lo siento, Jared —dije triste—, ¿sabes por qué te hacían eso? —me miró dudoso, casi podía oírlo debatir en su interior si debía contarme o no—. Vamos, confía en mí —sonreí—. Yo no soy como ellos.

—Creían que yo... No, no lo sé, Daphne —soltó mi mano—. No sé si deba...

—Sé que puedes —sonreí.

—No, Daphne —mi sonrisa decayó, iba a decir que no había ningún problema si no me contaba, pero siguió hablando—. No soy Autista...

J a r e d

No me atrevía a mirarla a los ojos, de seguro pensaría que mentí o que estoy aún más enfermo al negarlo.

—Jared...

—Mi madre, y hace poco también mi hermana se encargaron de decirle a todos que sufro de Autismo, incluyéndote, Daphne... Y tú lo creíste, no te culpo —dije serio al recordar cómo esa tan simple e inofensiva palabra había arruinado gran parte de mi vida.

—¿Por qué lo hicieron? —preguntó con miedo y me atreví a mirarla, estaba muy preocupada, con tantas dudas en mente que no me animé a escuchar.

—Por ellos, los doctores, los psicólogos, por las pruebas que tuve que pasar y por la estupida coincidencia de que yo era más o menos la definición de un niño Autista —me sentía triste otra vez.

—Oh, Jared... ¿Cargas con esto desde niño? —asentí— ¿Por qué creen que tienes Autismo?

—No me concentro fácilmente —dije luego de unos segundos. Fruncí el ceño y la miré luego de darme cuenta de cuantas palabras le había dicho sin equivocarme en nada, todo lo que dije tenía sentido. A diferencia de mi hermana, a Daphne le había hablado mucho más—, no tengo nada en contra del autismo, pero no soporto ser llamado enfermo cuando no es así, con autismo o no, créeme que no necesito pasar por lo que he pasado anteriormente, pero creo que... Tú eres la excepción, Daphne. Contigo es distinto —sonreí levemente y ella me imitó, tomé su mano y la apreté suavemente.

«Tenías que ser tú, Naranja».


¡🙈❤️!

Naranja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora