Capítulo 12.

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D a p h n e

No sé exactamente cuantos minutos me quedé fuera de la casa de Jared sonriendo como boba, pero luego de reaccionar miré al cielo, definitivamente esas estrellas eran más hermosas que yo. Nadie me había comparado con la naturaleza antes...

Entré a casa aún con dicha sonrisa boba en mi rostro, la cual no duró por mucho tiempo, porque los gritos de Alice volvieron a oírse y mi corazón se encogió de tan sólo pensar como se sentiría Jared con lo que su madre gritaba. Quizás pueda mostrarse serio o fuerte, pero al abrazarlo se mostró tan indefenso, parecía que sólo mis brazos lo protegían.

No entendí gran parte de la discusión, más bien parecía un monólogo, porque no se escuchaba palabra alguna por parte de Jared.

Mamá aún no llegaba del trabajo lo cual se me hacía algo extraño, pero mi mente sólo estaba en él. No se por qué...

Al cabo de unos minutos, escuché un fuerte portazo, al parecer fue Jared. Miré cuidadosamente entre las persianas casi cerradas de mi ventana y lo vi. Lo vi llorar esta vez mientras escribía con furia y dolor en su cuaderno, de vez en cuando limpiaba las lágrimas de sus ojos y seguía escribiendo. No entiendo por qué su madre quería saber sobre su contenido, es más que obvio saber sobre qué escribe.

Estuve a punto de levantar las persianas y tratar de hablar con él, pero también debía darle su espacio... Él es especial según su familia, pero hay algo extraño en él. En su comportamiento, lo cual me hace dudar sobre ciertas cosas.

Me recosté en mi cama, no pasaron ni 10 segundos y mi celular sonó, era mamá.

¿Mamá, que pasó? —miré la pantalla del celular, las 9:23 pm.

Nada, cariño, sólo tuve problemas con el auto, te llamaba para avisarte que estoy en camino a casa y que todo está bien —sonreí, todo estaba bien.

Te dije que no tomaras prestado ese auto, mamá... Y bueno, te espero, ¡no olvides traerme comida a mí también! —reí.

Sí, cariño, ¡no tardo! —rió.

Esta bien, ¡adiós! —esperé y colgó.

Giré un poco en la cama para dejar mi celular en la mesita de noche, luego de hacerlo noté que la luz de la habitación de Jared estaba apagada. Quizás ya estaba dormido.

Me recosté en mi cama a seguir esperando a mamá, pronto el sueño empezó a apoderarse de mí. Pestañeé un poco hasta quedarme dormida.

••

«Daphne, ven. Por favor».

Desperté lentamente y sentí frío. Las persianas estaban levantadas y visualicé a alguien apoyado en el marco de la ventana de a lado, tuve un poco de miedo, no pude identificarlo de inmediato. ¿Jared? Sí, era él. Su cabello, sus ojos iluminados por la luna, pero fijos en mí.

Me levanté de la cama y me acerqué hacia la ventana casi temblando, ¿por qué de pronto hacía frío aquí?, ¿cómo las persianas estaban abiertas?

—¿Tú... Me llamaste? —pregunté algo asustada por la forma en la que me miraba, como si no me reconociera, como si no supiera quien soy y por qué rayos le hablo a esta hora, bueno, no sé que hora es.

Jared dejó de verme y luego de unos segundos asintió.

—¿Gritaste o algo? —miré hacia atrás por si mamá venía, quizás ella también lo había escuchado.

Él negó con la cabeza y me miró otra vez.

—¿Entonces? —insistí.

—Nadie más escuchó, Daphne —me sorprendí al oír su voz, sonó muy grave además de hablar algo lento—, sólo tú, en tus sueños.

Fruncí el ceño confundida, ¿de qué hablaba?

—No entiendo, ¿me hablaste en mis...

—De alguna forma te necesitaba —dijo interrumpiéndome—, y yo nunca he necesitado a nadie. Por eso te llamé —sonreí sin darme cuenta y él trató de evitar hacerlo—, es raro en mí.

—Estoy aquí —di un pequeño bostezo y sonrió haciendo que un par de hoyuelos se le formaran en el rostro—, para ti —le sonreí también—. ¿Qué puedo hacer por ti, Jared? —peiné mi cabello dándome cuenta que estaba realmente alborotado, qué vergüenza.

—Lo único que quiero ahora es que me prometas algo —asentí soñolienta—. Venir a verme mañana por la tarde —lo miré algo confundida, ¿por qué quería eso? ¿Por qué de pronto lo decía?—. Tampoco lo sé, Daphne —lo miré sorprendida, ¿acaso respondió a algo que me pregunté mentalmente?

—E-esta bien, lo prometo —sonreí no muy convencida de lo dicho.

—Gracias, y disculpa por lo de las persianas... —¿fue él?— Buenas noches, Daphne. Te espero mañana.

—S-sí, buenas noches —dije asustada y luego de que él bajara su persianas, hice lo mismo.

Sin poder entender lo sucedido, me puse mis pantuflas y bajé para comprobar que mamá estuviera en casa, pero todo estaba oscuro, ¿qué hora sería? Regresé a mi habitación para revisar la hora en mi celular, ya era más de media noche, mamá debería estar dormida, así que decidí seguir durmiendo...

¿Por qué Jared me necesitaba? Nadie me había dicho eso antes,  ¿qué hay de especial en mí? ¡Soy un desastre hasta para decidir un color de cabello!

¡Voten! ❤️
🙈🙊

Naranja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora