Capitulo 27: Sorpresa desagradable

9.1K 240 9
                                    

****

Hola hola!!! AYER NO SUBI CAPITULOS POR QUE WATTPAD NO ME DEJO

Dicho esto, aquí viene un nuevo capi que nadie se espera, en parte si y en parte no. Supongo que después todos querreís matar a cierto personaje que vuelve a aparecer =)

¡¡VOTAR!! ¡¡COMENTAR!!

Intentaré subir el jueves... ¿De acuerdo?. Estoy ocupada estos dias pero e tardado en subir para intentar tener al menos medio capitulo escrito de la historia. Quería haber tenido más, peeeeeeeeeero no ha podido ser.

Ahora sí, os dejo con capi. Espero que os guste.

****

P.O.V Gabriel

De camino a casa estoy furioso; Las cosas que me ha dicho han sido crueles. Solo me estaba preocupando por ella ¡Maldita sea! Odio que la hagan daño y no pienso permitir que nadie le ponga un dedo encima.

Tengo ganas de pegar a alguien, te pasarme horas golpeando algo. Pero no puedo. No tengo ni idea de donde está mi enemigo. Miro hacia delante y vaya, que sorpresa.

Me acuerdo perfectamente de la chica que supuestamente Alba no quería ver, y me acuerdo perfectamente del panoli que iba a su lado. Los mismo que tengo en frente ahora mismo.

Sonrió con maldad, alguien va a volver calentito a su casa y no voy a ser yo.

-Hombre... ¿Permiten salir a los violadores a pasear?.- Pregunto frente a él.

-¿Perdona?.- Dice pálido.

-Si.. pregunto que si está permitido que los violadores andéis por la calle.- Repito.

-Mira niñato, no sabes con quien estás hablando. Te aconsejo que mantengas tu boca cerrada si no quieres tener problemas.

-Y yo te aconsejo, por tu bien, que no vuelvas a acercarte a Alba.- Digo muy serio.- Ya no está sola.

-Vaya, así que la putita se nos buscó compañía.- Dice y no le da tiempo a decir nada más, le asestó un puñetazo que lo tira al suelo.

-Vuelve a insultarla y te juro que te mando al hospital.- Digo furioso.

-¡Pero qué haces animal!.- Grita la chica.

-Hago lo que alguien debió hacer hace mucho tiempo.- Digo riéndome.

-No sabes a quien acabas de pegar.- Dice y se lanza a por mí.

Me da un par de puñetazos, pero yo a él también lo doy unos cuentos. Pobre infeliz, no sabe que se defensa personal y que dentro de poco sacaré toda la artillería pesada y suplicará que le suelte.

Tras tirarle al suelo y que me arrastré con él, aprovechando que está encima de mí, de un impulso, le tengo tirado en el suelo y le retuerzo el brazo en la espalda.

Dame tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora