LA CONTABILIDAD DEL KHARMA

ROMPIENDO LAS REGLAS

El principio de la vida de Dani como alma blanca le trajo un poco de confusión. Primero se puso a explorar el universo, pero es tan inmenso y tan parecido entre sí, que sino sabes hacia donde te dirijes, por mucho que tu movimiento sea a una velocidad infinita, no llegas a ningún destino fijo, todo es oscuridad salpicada por estrellas.

Así que redujo sus espectativas, y suplió la idea de explorar el universo por la idea de explorar su propio planeta, la Tierra. Visitó todos aquellos lugares que siempre quiso ver y nunca pudo: la Muralla China,  las pirámides de Egipto de cabo a rabo con todos sus secretos, el monumental de Nuñez en un River - Boca... todos sus deseos en vida que no tenían que ver con la interacción con los demás, los fue cumpliendo con éxito, a la vez que su conocimiento se iba completando hasta alcanzar el amor platónico de la sabiduría absoluta, imposible de completar en vida, pero al alcance de un alma blanca, desprovista ya de materialidad.

Intentó tomarse en serio su trabajo, el de fabricar almas blancas. Pero era bastante más conplicado de lo que pensaba, requiere un seguimiento durante años a personas, sin saber muy bien cuando van a morir, y aún así nadie te asegura que salga bien. Si la persona en cuestión mantiene su contador de buenas y malas acciones en un número distinto de 0 durante 10 segundos, y se da la casualidad que muere en ese momento, todo el tiempo y todo el seguimiento hecho durante años se van al traste sin conseguir nada. Pero aparte de lo complejo y lo sacrificado, Dani nunca acabó creyendo en esa causa, lo demás eran excusas.

Así que se aburrió enseguida de aquello, a la vez que se quedó sin motivaciones de sueños incumplidos en vida, pues hizo cuanto deseaba y ya no deseaba nada.

El siguiente paso fue ponerse a contemplar la vida de sus amigos, de Julia, de Pablo... pero sin incidir en ellos, pues cada vez que lo hacía le dolía en el alma manejar la vida de sus amigos, y prefería verlos libres, en los buenos y en los malos momentos. No afectar a sus vidas, para bien y para mal, era la mejor manera de velar por ellos.

La vida como alma blanca comenzó a ofrecer los sinsabores de la falta de deseos, pasaron semanas o años, no se sabe muy bien. Y aquel estado definido como la libertad absoluta por algunos, acabó convirtiéndose en el purgatorio definido por otros, la tibia neutralidad o el pozo sin fondo en medio de las 2 tierras... era lo mismo, definido con distintos estados de ánimo.

Comenzó su búsqueda por el universo, queriendo encontrar la sala de la lucha de las fuerzas, para romper las reglas y acabar con todo. Normalmente le bastaba con desear ir a algún sitio para transportarse de forma automática hacia allí, pero cuando no sabes donde está lo que quieres, y la imagen mental que tienes del destino es bastante vaga, acabas en ninguna parte. Así que necesitó de varios intentos fallidos, hasta que intentó concentrarse en el momento de su muerte, y ese recuerdo le llevó exactamente al balcón del universo desde donde contempló la lucha de fuerzas. Tenía intenciones manifiestas de destruir la máquina de la vida, o morir en ella.