capítulo 1.

177 20 6
                                    

Pequeñas gotitas caían sobre el cristal de mi ventana.
Aquélla tarde del sábado fue cuando mi papá me dio la peor noticia de mi vida. Nos mudaríamos.

El cielo estaba nublado, y me gustaría creer que es por mi partida. Estaba empacando todas mis cosas, mi ropa, mis libros, mis recuerdos.
Odiaba a papá por esto. Nisiquiera me quiso decir la razón por la cual nos mudaríamos, aunque tengo mis sospechas. Y pensar que yo creía que estas iban a ser las mejores vacaciones de mi vida.
No quiero dejar a mis amigos, mi colegio, mi ciudad. No iba a dejar la ciduad por un horrible y asqueroso pueblo.Tengo dieciséis años ¡Por Dios! Necesito un centro comercial y a mis amigas. No un pueblo lleno de ancianos vejestorios con tres mil habitantes. Pero papá no parece darse cuenta de las necesidades de una adolescente.
Terminé la última valija y me acosté en mi cama, que pronto dejaría de ser mía. Parecía que ya había acabado de llover cuando los truenos y relámpagos se apoderaron del cielo.
La luz se corto.
Prendí mi móvil y chequeé la hora. Las ocho y media de la noche. Papá todavía no ha vuelto de trabajar mi hermano sigue de fiesta y dudo que mis amigos puedan venir con esta tormenta. Estire la mano hacía la cómoda y tomé mis auriculares. Un poco de música deprimente no me vendría mal.

Hello de Adele fue la primera que sonó a todo volumen, le siguió A drop in the océan y por último Say something. Me sumí en un profundo sueño. Un trueno estruendoso me sobresalto. La música había parado y la luz como había vuelto se había ido. Escuché la entrada abrirse.

-¿Mia?-gritaron.

Era Dylan, mi hermano gemelo, y aunque era mi gemelo no se parecía en nada a mí.

-¡Arriba!-Grité en respuesta.

Sentí como subían los escalones, y mi puerta se abrió.

-¿Y papá?-preguntó entrando a mi habitación.

-No lo sé. ¿trabajando?-lo miré, estaba todo mojado,-¿De dónde vienes?

-De.. vengo de..-se rasco la nuca,-no te incumbe.

-Eso es cierto.-asentí levemente.

Dylan era alto, esbelto de cabello castaño oscuro y ojos azules grisáceos.

-¿Ya empacaste?-Preguntó sentándose en mi cama.

-Sí. ¿Ya comiste?

-No. ¿Vamos abajo a cocinar?-se levantó.

-Sep, muero de hambre.-dije y a los segundos mi barriga gruñó.

De un salto me levante, dejando a vista mi pijama rosa con puntitos azules, me dio pereza buscar las pantuflas por lo qué baje en calcetines. Lo que no me esperaba era la maldita gotera.

-¡No!-Grité furiosa.-¡Son calcetines blancos! ¡B-l-a-n-c-o-s!

Mi hermano largo una carcajada.

-¡Deja de reirte estúpitonto, y cargame!

-Ew, no soy hulk, y estas bastante pesadita.

-Maldición dejaré de comer tanto.-dije haciendo una nota mental.

-Es lo que dices siempre.-rodó los ojos.

Caminé en puntitas maldiciendo y me senté en el taburete.

-Haz de comer para tu hermanita más hermosa.

-Eres mi única hermana.

-Cállate y obedece.

-Tienes que aprender a cocinar.-estaba por contestar cuando se adelantó-No hace falta que lo repitas me sé el discurso de memoria.-levanté una ceja.-"Mis manos de princesa son demasiado delicadas para hacer eso, además cuando me vaya a vivir al reino tendre chefs que me cocinen, y también mi pandicornio real con él que pasearé, y tú serás mi esclavo."

Hidden.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ