Capítulo 4: "Soledad"

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BRAD

Se supone que el paso del tiempo debe dejar cada segundo atrás, debe fortalecer y dar paso a cosas nuevas; sin embargo, no puedo enfocar mi mente en el futuro. Con el avanzar de los días, estos se vuelven más duros en mi interior... Esa fecha se estaba acercando. Hace siete años podría decir que eran los mejores días de todo un año, una felicidad que colmaba mi alma. Ahora esos dos días tienen otro significado: Soledad.

¿Cómo podría rehacer mi vida si ya no recuerdo lo que era tener una? Todo lo malo se impregna en mis recuerdos llegando a neutralizar cada momento bueno de mi vida.

Privo mucho mis pensamientos, tal vez porque lo que quiero transmitir es distinto... O porque en realidad sí quiero vivir.

Susan ya comenzó su nuevo camino, quedábamos Madison y yo. Mañana empezaría a trabajar para intentar progresar. No sería la primera vez, ya que con Michael teníamos que llevar dinero a nuestra casa en Cleveland, un sabor diferente al actual; todo era diferente al estar acompañados de golpes, gritos y un vacío en el alma. 

Rose había salido a pasear con alguien (al cual no quiso mencionar), quedando Madison y yo con la tarea de cuidar la casa. Estábamos sentados en el sofá, en uno de los silencios más incómodos y aburridos en los que estuve presente.

–¿A qué hora vendrá Lizzie? –Dijo Madison para romper el hielo.

Esas palabras sirvieron para interrumpir los pensamientos que me consumían lentamente.

–En diez minutos, posiblemente en más. No sé.

–¿Esto es por Susan? –Mencionó inoportunamente.

Me levanté y me dirigí a la cocina, ella me siguió e insistió:

–¿Qué te pasa? Estás así desde ayer, desde que ella se fue...

Estallé. Dejé salir mi verdad.

–¡Es por nosotros! –La interrumpí–. Estamos solos en este mundo: sin familia, sin dinero, sin un hogar... Rose nos está ayudando por ahora, ¿cuánto tiempo crees que durará esto?

–Pero Rose dijo que nos seguiría ayudando, nosotros somos una familia.

–No es lo mismo, Madison. Yo trabajaré, pero ese empleo no nos ayudará a seguir adelante... Debes entender que no tenemos nada.

–No serás el único en contribuir, también buscaré algún trabajo, intentaré...

–Madison... –volví a interrumpirla–. ¿Alguna vez pensaste en cómo hubiera sido tu vida si tuvieras a tus padres?

Ella se quedó muda por unos segundos, pensando y formulando una respuesta:

–Sí, una sola vez –agachó la cabeza–. Creo que hubiera sido fantástico tener buenos padres, pero el destino no quiso que así sea y nada puedo hacer al respecto.

–Claro que sí puedes. Yo vi morir a mis padres y a mi hermano, yo sí estoy solo, pero tú no. Leí todo lo que había dentro de ese sobre, vi las fotos... Sé que estás haciendo algo, no te atreves a terminarlo. ¿Por qué?

Abrió los ojos enfurecida y se acercó a mí:

–¡¿Por qué lo hiciste?!

–¿Por qué no quieres buscar a tu madre? ¿A qué le temes? –Ignoré su enojo, mi intención no era mala.

Sus ojos se tornaban cada vez más brillosos a medida que se contenía por contestar, momento en que supe que había tocado un terreno muy delicado; caí en un campo minado.

Maldición de las pesadillasحيث تعيش القصص. اكتشف الآن