012

1.9K 116 1
                                    

Media semana escondiéndome de Daniel. Pero hoy no podría. Hoy era mi graduación.
Estaba nerviosa, siempre he querido que llegara este momento pero a la vez no, no me gustaba arreglarme mucho.
Llegé al instituto y tras unas horas ya era libre. Vi a Daniel mirándome triste y solo aparté la mirada. En cuestión de segundos siento sus brazos rodeándome.
- No te vayas.-dijo con un hilito de voz. Lo sabía...
- N-No puedo hacer otra cosa, Daniel...
- Tienes 18.-dijo mirándome.
- Lo se, pero no tengo el suficiente dinero como para poder pagarme un apartamento o mantener una vida estable.
- No te vayas.- vi lágrimas acumularse en sus ojos y me abracé a él lo más fuerte que pude. Los dos llorábamos.
- Te amo, siempre lo he hecho Daniel, estos años sin ti han sido una auténtica mierda.
- Princesa, por favor no llores más... te amo y siempre lo hice, al igual que tu me he sentido igual, pero no podía meterte en la popularidad, se que lo odiabas, siempre lo has hecho.
- Ahora me da igual todo.-dije sollozando.- me iré con mi padre a Canadá mañana.
- Déjame disfrutar de este último día contigo...
- Claro.-dije forzando una sonrisa.
- ¿A que hora te irás?
- 18:30, podemos pasar la mañana y lo que me quedaría de tarde juntos.
- Me parece perfecto.-dijo sonriendo tristemente y uniendo nuestros labios en un beso que decía todo el dolor y el amor que sentíamos en ese momento.

[...]

Desperte recostada en el pecho de Daniel y sonreí al recordar la noche de ayer.
Me había llevado al edificio más alto de la ciudad y al subir a la azotea se veía la hermosa ciudad iluminada por la contaminación lumínica.
El suelo estaba lleno de pétalos y había una mesita con dos sillas. Habíamos cenado canelones de atún. Era mi comida favorita cuando era pequeña. Antes de separarnos íbamos todos los viernes a un italiano de la ciudad a comerlos.
Hoy iríamos a el paseo marítimo y luego me llevaría al aeropuerto.
Ojalá congelar el tiempo.
Sentí que la respiración de Daniel se hacía menos apaciguada y lo miré. Estaba despierto.
- Buenos días.-dijo besando mis labios.- preciosa... tengo que irme, no puedo quedarme, lo siento.
- P-Pero... íbamos a pasar...
- Lo se.-dijo interrumpiéndome.- pero tengo que hacer algo muy importante.- dijo levantándose y vistiéndose.
- Esta... esta bien... - dije triste.
- Nunca olvides que te amo.- sonrió antes de irse por la puerta de mi habitación.

Me levanté, me di una ducha y me vestí. Hice mi maleta y recogí todas mis cosas. Esto era una mierda. Cuando todo estaba llendo bien pasa esto. ¿Que a caso nunca podré ser feliz?
Bueno, que más da lamentarse, me iré y dejaré todo atrás... incluso a Daniel...
- Tambien te amo, no lo olvides.- susurré mirando por la ventana y rompí a llorar.

**********

que larguito me quedó OwO

innocent; daniel sharmanWhere stories live. Discover now