Llegué a casa enojada, con Daniel, con los que me tiraron el asqueroso y viscoso líquido verde y sobretodo, conmigo.
¿por qué lloraba? Por Daniel, porque lo amaba en el fondo, si, lo amaba, y esto me había dolido. Ya habían pasado unos días desde el baile. Por suerte eran vacaciones, la gente me dejaría de llamar "inocente" y Daniel se iría del instituto y yo podría seguir con mi vida.
Suspiré y me di una ducha caliente. Salí a la media hora y me puse mi pijama de cuerpo entero de pingüino.
Me tiré en mi cama con una pizza precalentada en el horno por 10 minutos y me puse a ver My Mad Fat Diary.
Me estaba acabando la primera temporada temporada por cuarta vez. Y sí, a pesar de haberla visto ya otras tres veces anteriormente sigo llorando cada vez que Tix fallece.
Tras unas horas viendo la serie sentí un golpe en mi ventana. Decidí ignorarlo hasta que siento que esta se abre lentamente. Me levanto rápido de la cama y agarro mi bate. Solo la televisión iluminaba mi cuarto, y muy débilmente.
- Te he echado de menos, inocente.
