Capitulo 4: Problema

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Emily

Ese mismo día estuve dando vueltas por el instituto pensando la manera de acercarme a ellos y arreglar las cosas. No sabia como hacerlo, y cada vez que lo intentaba era como que una parte de mi me frenaba y me decía que no tenia que ser yo la que arreglara las cosas. Eran ellos los que la habían fastidiado conmigo. Eran ellos los que me habían hecho daño a mi, por lo que eran ellos los que debían arreglarlo.

Llegué a casa algo cansada y me senté en una silla de la cocina dejando mi mochila en el suelo. Mis padres estaban en la cocina haciendo, no se muy bien que, no me fijé.  

-Cariño, ¿estas bien? -Pregunto mi madre.

Levante la cabeza mirándola, y mentí. -Si. -Sonreí.

Fue realmente inútil mentirles. Ellos me oían a las noches llorar, ellos sabían lo mal que lo estaba pasando, ellos sabían que me sentía sola y traicionada. Ellos eran mis padres y me conocen desde que nací. Era como si estuviera lloviendo mientras paseas, alguien te preguntase si estas mojado y dijeras que no. Mentirles les daba otro motivo para saber que no estaba bien.

-Hemos pensado que si quieres... puedes ir al psicólogo. -Comento mi padre.

-Nos han hablado de una psicóloga muy buena y puedes ir una vez y si te gusta volver y sino pues nada. -Añadió mama.

-Es mejor que sueltes todo. -Murmuro papa.

-Claro, estaría bien. -Respondí no muy convencida.

Aun así cogí mi mochila y subí a mi habitación donde me senté en mi cama a pensar quedandome asi dormida.

Al día siguiente me desperté un poco mas pronto de lo normal y me fui rápidamente diciendo a mis padres que tenia un examen importante. Una vez fuera de casa envíe un mensaje a Adrian diciendo que estaba mala y que no iría a clase. Hoy necesitaba estar sola. No sabia como mis padres se habían tragado lo del examen, si no había estado estudiando ningún día. Sera que cuando eres adulto están tan distraído con todo que apenas notas las cosas sin sentido que pasan frente a ti. Fui a un parque donde me senté en un banco a pensar. Me puse a jugar a un juego de mi móvil y entonces empecé a oír sirenas de policía y mire hacia el parque donde vi a dos chavales que empezaron a correr cada uno hacia un lado, los dos con sudaderas oscusas, uno negra y otro granate, y con la capucha. Supuse que iban a por ellos.

Me fui de allí yo también y me di cuenta de que había pasado mas tiempo del que me había dado cuenta.

Fui a un centro comercial donde estuve mirando tiendas ya que me aburría y no sabía que hacer. Llevaba mi mochila vacía completamente. Estuve dando vueltas por el centro comercial y finalmente me fui.

Eran las dos del mediodía cuando me entró el hambre y me di cuenta de que no había cogido nada para comer. Pero al menos tenía dinero. Me dirigí hacia un supermercado cercano y entré. Estuve dando vueltas por los pasillos sin saber que comprar. Mi tripa rugía de hambre.

Termine cogiendo un sándwich y entonces empezaron a sonar las alarmas de la puerta, alguien había intentado robar y los de la tienda le gritaban groserías corriendo tras esa persona.

A la tarde me fui a casa cuando se suponia que las clases habían terminado y subí directamente a mi habitación. Rato después mi madre tocó a mi puerta para acompañarme al psicólogo. Salimos de casa y caminamos unos cuantos minutos hasta llegar a una consulta donde nos hicieron esperar unos minutos fuera, en la sala de espera. Habia mas gente, dos adolescentes mas.

Las paredes y el suelo eran de un color gris neutro que hacia del lugar un sitio cálido pero con aspecto de clínica. Habían revistas y plantas repartidos por el lugar. Y en las paredes colgados varios cuadros con frases motivadoras. Me llamaron y entonces me levante y entré al despacho. Era un sitio espacioso, nada a como me lo imaginaba o a como lo enseñaban en las películas. Al fondo de la habitación había un escritorio y tras él una chica joven mirándome a través de sus gafas de pasta negra. Me indico que entrara y tomara asiento en el sofá blanco que había frente a ella, a unos metros de distancia. A mi izquierda había un ventanal que ocupaba toda la pared, de arriba abajo, con unas buenas vistas de la ciudad.

No me enamores demasiado #ESP2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora