- Pues sí, si que has acertado!

Pude encontrar una que tenía buena pinta, la puse y me metí bajo el edredón abrazada a Harry.

- ¿Sabes que no me iré, verdad?- Dijo él abrazándome un poco más fuerte y mirándome a los ojos.- Por mucho que pasen los años, por muchas desgracias que pasen o por muchos kilómetros que nos separen, estaré siempre contigo. Si estás mal cuando yo esté en la otra punta del mundo, da igual, cogeré un avión y vendré en cuestión de horas. Porque Marel, tu eres y seras una de las cosas más importantes y más grandes que tengo en la vida. Mi mejor amiga, mi hermana. Así que solo te pido que tu tampoco me eches de la tuya. No me cierres la puerta, déjame entrar en tu corazón, déjame ayudarte siempre que lo necesites y déjame ser parte de tu vida. Me rompe el corazón pensar en todas las horas que te has pasado aquí sola llorando.- Hizo una pequeña pausa ya que se le quebró la voz a la vez que una pequeña lágrima salía de sus ojos, acompañado por las decenas que ya habían salido y seguirían saliendo de las mías.- No vuelvas a hacer eso, no vuelvas a esconderte sola, porque no lo estás. Yo estoy aquí, contigo y para tí. Para siempre.

- Lo sé, Harry. Y lo siento, no sabes cuanto lo siento.- Esto último dije con la cara metída en su camiseta ya que no podía parar de llorar. Él me abrazó más fuerte.- Te quiero Harry, te quiero mucho.

- Yo también te quiero princesa, yo también te quiero.- No le hicimos ningún caso a la película, ya que Harry le había quitado el volumen antes de empezar a hablar. A los pocos minutos de aquella conversación nos quedamos los dos profundamente dormidos.

(...)

La luz que entraba por la ventana me despertó. Era una luz un poco grisácea por lo que supuse que hoy el día sería encapotado. Abrí un ojo para encontrarme a la estampa más bonita del mundo, Harry. Él aún dormía y parecía un bebé. Estábamos abrazados por lo que se despertó cuando yo me moví un poco.

- Bueno días dormilón.- Le dije acompañado con una pequeña sonrisa.

- Buenos días princesa!- Contestó con su voz ronca que por las mañanas era más exagerada. Esa frase me emocionó. Una de mís películas favoritas era "la vida es bella" y esa frase era mi favorita de toda la peli. Sonreí como una boba.- Parece que hoy estás de mejor humor.

- Es porque me he levantado con la mejor compañia del mundo.

- ¿A si? ¿Y ese quien es?

- Mi mejor amigo.- Me abrazó. Fue un abrazo largo, en el que sin palabras nos lo dijimos todo.

-Hoy irás a clase, ¿verdad?- Se separó un poco para verme la cara. Yo no estaba muy convencida de lo que quería hacer. Bueno sí, lo único que quería era irme con Zayn. A algún lugar solitario del mundo y estar con el. Pasar todos los segundos, minutos, horas, días de mi vida con él. Envejecer con él y al final, morir junto a él. Estaba a punto de volver a echarme a llorar de no ser por Harry, que siguió hablando.- Marel, viniste aquí por dos razones, estudiar y surfear. Y no has hecho ninguna de las dos! Fuiste solo un día a clase, y lo de surfear... ni siquiera te has acercado al mar.

- Lo sé. Pero no sé cuando podré ir.

- Yo hoy no puedo, pero mañana mismo te llevo. Y ahora, princesa, te levantas, te duchas, te vistes y vas directa al instituto que llegarás tarde sino.

- Gracias Harry.- Lo abracé y me levante. Estaba a punto de entrar a la ducha cuando me giré y ví que Harry seguía en la cama y a punto de dormirse. Cogí carrerilla y salte sobre él.

- Pero estás loca! Podrías haberme matado de un ataque!- dijo mientras reía.

- Es que no te levantabas!- Me excusé.

Only with youWhere stories live. Discover now