Los cuatro chicos que ella había visto la tarde anterior, se habían juntado en una especie de reunión privada en la esquina de su mesa y parecían estar hablando de algo muy divertido, ya que no paraban de reírse.

—Me pregunto cual será la siguiente víctima de Potter. —Marcus también estaba observando la mesa de Gryffindor. Mantenía la mirada firme en un chico de anteojos, flacucho y con el pelo crespo y negro que hacía morisquetas y movimientos raros con la varita que sostenía en la mano.
Este no tardó en notar que lo estaban observando, así que le devolvió a Marcus y Sam una sonrisa burlona.

Los otros tres chicos que estaban junto a el soltaron una estridente carcajada al ver la expresión de Marcus.

—¿Víctima?

Hayden y Samantha preguntaron a la vez mirando a Marcus.
¿A que se refería con víctima?, parecía un chico travieso y algo molesto, pero ¿Al punto de tener una víctima?

—Se hace tarde —interrumpió Gregory. —Ese tal profesor Binners nos debe estar esperando.

Hayden puso los ojos en blanco.

—Tal vez quisiste decir... ¿Binns? —Soltó Samantha.

—¿Y yo que dije?. —Respondió Gregory, sin darle importancia y desviando rápidamente la mirada mientras tomaba sus cosas.

—Hoy está especialmente odioso —Susurró Marcus divertido mientras miraba a Gregory que caminaba de mala gana.

El Gran Comedor se fue vaciando y Samantha, Hayden y Marcus siguieron a Gregory por las escaleras hasta la torre donde se encontraría Binns.

Rubeus Hagrid tenía razón sobre las escaleras y los recuadros.
Mientras subían por ellas, estas comenzaban a moverse o a rotar cambiando de caminos. Lo que le produjo a Hayden un ataque de histeria  ya que no quería llegar tarde a su primera clase.

A Marcus tampoco se le hacía muy divertido. Se le mezclaban las contraseñas y estuvo a punto de insultar al pequeño caballero del recuadro que daba hacia la tercera torre.

—¡Callaos vasallos!, oh me veré obligado a atravesaros con mi poderosa lanza ...

—pasteles de rana... a-alargalenguas, traga...tragababosas... ¿¡¡ranas saltarínas!!?

—No os humilléis humilde bellaco, veo que no tenéis el poder sobre ciertas palabras. ¡Andaos corsel!

El caballerito se había subido a su caballo y apuntaba con su lanza al marco del cuadro. A Samantha se le cruzó por la mente que no podría ir a ningún lado, pero de un segundo para otro el hombrecito desapareció dejando en su lugar a una mujer regordeta.

—¿Dulces de limón?—probó Sam, y la señora asintió dándoles paso hacia la siguiente torre.

Marcus, boquiabierto miró a Samanta con el pergamino lleno de contraseñas en la mano.

—Andando—dijo Gregory.

Los cuatro subieron por la torre, doblaron a la derecha  y siguieron caminando hasta encontrarse con el aula del señor Binns.!
Reconocieron al profesor de inmediato.

Los cuatro buscaron una mesa y se sentaron para luego sacar sus pergaminos, dispuestos a anotar lo que el profesor dijese, ya que  después de todo, era historia.

La clase del profesor Binns no tardó en volverse densa y aburrida.
Relataba todo muy despacio y confundía los nombres de los personajes importantes además de las fechas de los sucesos.

—¿Que nos toca ahora? Hayden le preguntó a Samantha que salía como una flecha del salón y se dirigía hacia Defensa Contra las Artes Oscuras.

—Defensa contra las Artes Oscuras —Dijo entregándole el pergamino.

La clase de Defensa contra las Artes Oscuras fue como Samantha se lo esperaba.

El profesor les enseñó distintos tipos de hechizos que se podían realizar para prevenir ataques provenientes de bestias extrañas parecidas a algún tipo de animal marino, pero con la capacidad de caminar por tierra.

A Samantha se le había pasado por la cabeza preguntarle al profesor sobre su sueño, si es que tenía algo que ver con artes oscuras. Pero pensó que debía sonar muy tonto preguntarle a un profesor sobre un sueño, así que se cayó la boca y  esperó a que terminara la clase para bajar nuevamente al Gran Comedor. Esta vez, intentando no perderse.

—Tu hermano tenía razón —bufó Hayden .—El profesor Binns es algo...denso. Al menos  Ahora nos toca Herbología con Sp...

Antes de que terminara la frase, todo el Gran Comedor fijó la vista a cuatro chicos que reían mientras realizando un movimiento con su varita. El chico de lentes sostenía a otro chico en... ¿El aire?

Samantha Whornwood y los merodeadores |Hogwarts primera generación|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora