VII

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14 de Julio de 2012

Llego a mi casa y tengo miedo de que pueda encontrar. Tengo miedo de que mis padres hallan hablado al policía, aunque sí lo hicieron fue culpa mía.

Abro la puerta con mucho cuidado y observo que no hay nadie, pero puedo ver claramente que en la puerta que lleva hacia el comedor esta puesto un cartel que dice "Feliz cumpleaños, Brey" a los lados hay globos como en otras partes de la sala, en los sillones se encuentran confetis1 y algunas otras cosas que no logro reconocer. Pero una cosa llama mi atención y hace que me sienta de la mierda, ahí en la pequeña mesa del centro se encuentra un pastel de chocolate con los números uno y ocho y tiene escrito "Te amamos, Brey" -Tus padres.

Siento como mis lágrimas comienzan a formarse en mis ojos y es ahí en ese momento donde me doy cuenta que no solo he arruinado mi vida sino también la de mis padres. Ellos que me han dado toda su vida y yo le he pagado con esto. Siento como mi visión se vuelve cada vez más borrosa y la falta de aire se hace presente.

Subo con cuidado las escaleras y al llegar a mi habitación me doy cuenta que mamá esta recostada en el sofá que está a un lado de la ventana, tiene un cobertor, al menos no paso frio.

Me acerco a paso lento y me hinco frente a ella, acaricio su cabello con delicadeza y dudo en despertarla pero lo que tengo que decir no puede esperar más.

"Mamá..." murmuro sobre su oído, ella se levanta asustada pero al ver que soy yo su cara se relaja "Lo siento tanto, no hay palabras para decirte lo muy arrepentida que estoy de todo..."

"Cariño, está bien"

"No, no está bien. No solo he arruinado parte de mi vida, sin querer he arruinado sus vidas" solo es entonces que permito que esas lagrimas que estaban haciendo mi visión borrosa caigan "He arruinado la estabilidad y comunicación que tenía nuestra familia"

Ella toma mis manos y susurra: "Levántate" hago lo que me pide y me sienta sobre sus piernas, como cuando era una bebé, escondo mi cara en su cuello y la siento suspirar "Nosotros nunca podremos culparte de algo, eres nuestra hija y estamos para enseñarte y educarte. Quizás tú lo ves de esa manera, pero nosotros lo vemos de una forma diferente, cariño" explica "No puedo negarte que al principio estaba muy asustada a tal cambio, mi niña estaba conociendo lo que en verdad era la vida pero no de una buena forma, ella quería escapar de ese dolor tan grande y no busco la forma correcta"

>Lo que quiero decir, es que yo sabía todo lo que hacías y sin embargo no lo pare, ¿Por qué? Esa de seguro es tu pregunta, soy tu madre pero también fui joven y yo no te mentiré diciéndote que pase por eso, porque nunca lo pase, pero una vez mi madre me dijo: algún día tendrás una hija que tendrás que apoyar pase lo que pase, y tendrá que aprender a hacerte la idea de que ella crecerá y cometerá errores tan grandes que pensaras que ella nunca podrá, pero por eso se llaman errores: Aprendes de ellos y los superas. Entonces fue ahí donde comprendí que ya era hora de dejar que enmendaras tus errores, porque yo no soy eterna.

"Pero, pero" busco las palabras correctas "Yo... tu... ¿Por qué no me detuviste antes?"

"Brey, ya te lo dije, yo no iba a meterme en tus asuntos, hubo un día que yo te dije que podías hablar conmigo y me ignoraste" dice sonriendo "Y entonces fue el día que todo comenzó a cambiar y me di cuenta"

"Entonces, ¿no estas enojada conmigo?"

"Claro que no, mi niña, y sé que hoy empiezas a ser la misma niña que se ponía a tejer"

Sonrió y asiento "Si sabes todo lo que hice ¿Por qué no me reprendiste por drogarme?" Digo y ella frunce el ceño.

"¿Drogas?" pregunta y veo confusión en su mirada. Trago en seco y maldigo en mi mente "Aubrey Leanna Evans ¿Te drogabas?" pregunta.

Again |z.m a.u|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora