Capítulo 1

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Australia.

Oh, la ironía de la vida.

Regresar a tú cuidad y país natal, cada quién se aleja de las cosas que le hacen daño, de las cosas que los lastiman, se alejan del dolor.

Decidí de alejarme todo lo que ya conocía, emprender un nuevo viaje y conocer un mundo nuevo por mi cuenta.

En Australia comenzó todo.

Ahí conocí a la mujer que arruino mi vida.

Mi nombre es Ellea Élise Luthor O'Donell, y hoy quiero contarte mi historia, toma asiento, estoy segura de que la disfrutarás.

Varios años antes...

—¿Athena? ¿En donde estás?, no estuviste en el evento y papá esta enojado.

—Y-yo ya v-voy... a la casa. No tardó. -el alcohol se notaba en su voz.

—¿Donde esta Athena, Élise? -Alí pregunto entrado a mi cuarto.

—N-no se, en un minuto le llamo -conteste mientras el salia– ¡No tardes! -colgué.

.

Eran las 12:30 de la mañana cuando la puerta principal se escucho abrir, salí corriendo de mi cuarto y baje las escaleras lo mas rápido y silenciosamente posible.

Ella estaba ahí, con el notorio efecto del alcohol en su cuerpo, una sonrisa estúpida en su rostro y recargada en el jarrón de la abuela Cate.

—¿Donde estuviste toda la noche Athena? -pregunte acercándome a ella– ¿Que bebiste? huele horrible.

—So-solo fue un-un pequeño trago de vodka, no me regañes. -camino hacia mi, pero el jarrón cayo en su intento de no caer de las enormes zapatillas.

—Estamos muertas -me agache para poder recoger los pedazos del hermoso jarrón Holandés– ¡Díos! Élise, van a matarnos.

—No exageres Elle, papá puede comprar otro y mejor, ahora ven, vamos a beber un poco de champaña.

—¡No! Athena... ninguna va a beber alcohol, no vas a romper más reglas -le quite la botella de sus manos– Y tu hermana, Rompiste todas las reglas el día de hoy.

—No-no es para tanto Elise, tu siempre tan educada y responsable -contesto tomandome de los hombros– y aun así la favorita soy yo, debiste de conocerme en Inglaterra -rió– muchachos y fiestas y muchachos y fiestas, y termine graduada con honores de la universidad.

—Cierra la boca. -Comenzaba enfadarme.

—Y tú, tú no puedes seguir tu sueño de ser actriz por que papá no lo aceptará -me miro cínicamente– pobre y tierna Ellea, siempre vivirás encerrada en la burbuja social, siempre siendo comparada con todos nosotros, siempre cumpliendo lo que los demás ordenan.

—Callate -musite enojada– me iré a dormir, quiero ver que vas a hacer mañana con este desastre. -señale él jarrón roto en él suelo– Y no hagas ruido que mi padre se va a levantar, no creó que quieras una reprimenda.

La dejé con la palabra en la boca, subí a mi habitación y cerré la puerta detrás de mi, entre a mi cama y cerré los ojos con una sonrisa, ahora si la perfecta Athena estaba en problemas.

Oh eso parecía, a la mañana siguiente al bajar al comedor para desayunar, el jarrón estaba intacto sobre su repisa, Athena tenia una sonrisa radiante como siempre sin ningún rastro de resaca y la única con cara de tonta ante la situación era yo.

—¿Vas a tomar el desayuno o quieres seguir viendo a Athena? -pregunto mi padre.

No dije nada y me senté frente a ella en espera de mi desayuno. 

Just MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora