Donde menos esperas.

Capitulo 37 La verdad detrás de la peluca de papelo y amenazas

Cuando por fin las clases terminaron no tuve más remedio que dirigirme hasta los vestuarios, estaba asustado claramente no sabía que pasaría ese día ni menos que había condenado mi existencia al entrar al lugar que sería mi perdición, Espere, Espere y Espere cuando pensé que todo había sido una broma de aquel chico mi corazón se calmó, sentí un gran alivio, dispuesto a irme del lugar algo me detuvo, era aquel chico estaba parado en el umbral de la puerta mientras sostenía una bolsa de papel entre los brazos



-Pequeño ¿ A Dónde crees que vas? Aun ni si quiera hablamos sobre lo que va a pasar contigo - Metí a michi dentro de los vestidores nuevamente hasta que quedo sentado en una de las bancas -Primero que nada, debemos establecer las reglas -



-Yo, es que no entiendo que estamos haciendo aquí, ni porque estas portándote así conmigo, yo no he hecho nada malo- susurre con desesperación intentado calmar mis nervios, mis manos temblaban y mi cuerpo se tensaba a medida que él se acercaba más a mí

-No te preocupes no has hecho nada malo, todo lo contrario hiciste las cosas muy bien- ¿Estaba mal por sentirme tan bien al verlo así de asustado? ¿Ahora que seguía?- Primero que nada quiero que te desvistas y te pongas esta ropa - Extendí mis manos con la bolsa que llevaba en ellas - Esto será un pequeño secreto entre nosotros- mientras sostenía la bolsa entre sus manos me encargue de acariciar su mejilla.

- En los vestidores-

No puedo ponerme estas cosas, todo esto son cosas de chica ¿Por qué? Es una falda, una blusa de un estampado muy lindo con un lazo en la cintura de un color azul claro, una peluca rosa que si no estoy equivocado, es tan larga que llega más allá de mi cintura.

Con aun aire desanimado comencé a despojarme de mis prendas, lo hacía lento y con una enorme vergüenza pues Nathaniel el chico de amable sonrisa que me había topado no hace más de una horas, estaba capturando ese momento con un vídeo, no paraba de alagar y decirme que me miraba hermosa, linda, exquisita con esa ropa... pero, soy un chico ¿Qué hice para que esto pasara? ¿Por qué tenía que ser yo? Mis pensamientos vagaban y me repetía a mí mismo que debía salir corriendo de ese lugar que me alejara, pero mi mente se mezclaba con su palabras y por un momento llegue a sentirme bien con lo que me decía ¿realmente lucia hermosa?, mis trasformación siguió un par de horas, hasta que por fin estaba listo... más bien lista.