Capítulo 23 -"Arriesgarse"

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- Oh cielos, Lauren! Por favor - Camila gimió, inclinándose hacia delante, ofreciéndome más de su cuerpo.

No dije nada, sólo seguí mi trabajo. Deslizando la lengua por su piel suave, succionando su pecho, mientras la otra mano masajeaba el otro con cierta agresividad que hizo que la morena se retorciera. Estaba hambrienta, hambrienta de su cuerpo que por tanto tiempo se escondía de mí. Deje los rojizos y extremadamente sensibles pechos de Camila, para bajar a su suave abdomen, distribuyendo besos y mordiscos en el.

- Eres tan maravillosa señorita. Cabello. No voy a ser capaz de detenerme. - Dije entre besos.

La mujer se retorcía casi en suplica por los besos que fueran hacia abajo, donde su placer sería más intenso. Pero que todavía no era el momento adecuado. Seguí con el mismo ritmo, no quería que ese momento fuera puro sexo. Por alguna razón desconocida, sentí que sería algo importante.

Lleve mis labios desde su vientre hasta alcanzar su húmedo centro. Camila tenía un buen olor, tan femenina. Cielos! Me perdería mil veces en el cuerpo de esta mujer. Lentamente bese la parte interior de los muslos, deslizando mi lengua por su ingle. Camila se sentó sobre sus codos, mirándome casi enojada por dicho retraso. Sonreí bajo su mirada, saboreando divinamente su delicioso sabor.

- Oh! Dios .. - dijo la morena cuando de un solo golpe saboree su húmedo centro.

- Clama a Dios Camila, sólo te dejare ir cuando esté agotada.

La succione con toda la voluntad que me poseía. Camila se retorcía de una manera agradable, convirtiéndome de una manera extraordinaria. Sus uñas se clavaron por encima mi hombro hasta que encontró el cuero cabelludo el cual halo, causando un dolor agradable que simplemente me empujó a seguir. Me mantuve firme en sus muslos, dejando una mujer completamente abierta a mí, para luego tomar su clítoris entre mis labios. Camila arqueó su cuerpo, mirándome con una expresión de placer que me tenía loca. Deslicé mi lengua sobre su manojo de nervios y de manera constante. Sintiendo el buen olor que emana esa mujer.

- Usted es deliciosa, señorita Cabello.

- Oh Lauren! Eso...- gimió.

Dejé ir uno de sus muslos, y deslice mis manos por su abdomen para llegar a uno de sus pechos, que cómodamente tome un pezón entre los dedos. La mujer gimió instantáneamente con mucho deseo, por lo que me sentí débil, que me podría correr con sólo escuchar sus gemidos tan sufridos, y a la vez tan agradable. Jesus, este era mi fin.

- Nece... sito... más... Por favor! - Dijo la morena en agonía. Sus manos, tarde o temprano se apretaron a la piel de mis hombros.

Con las yemas de mis dedos, separe los pequeños pliegues de su mojado centro. Lamiendo una vez, dos veces, tres veces su sexo lentamente, dando al mismo tiempo masajes a su clítoris sin prisas. Las manos de Camila descansaban sobre las sábanas blancas, sus mejillas rojas y caí en una corta y pesada respiración.

- Dime, quieres más? - Le susurré.

Camila asintió rápidamente, sin decir absolutamente nada.

- Habla! Dime lo que quieres.

La morena me miró, sus ojos eran oscuros y ardientes. Por algunos instantes ella me recordaba a Karla. Pero yo no pensaría en ella ahora, Camila estaba allí.

- Dime! - Deje escapar un pequeño soplo de aire en su palpitante sexo.

- Oh, Dios, hazme tuya Lauren! Por favor..

Se me escapó una sonrisa involuntaria, al oír estas palabras de una boca tan dulce, era como entrar en caminos diferentes. Camila Cabello podría ser tan atractiva como Karla. Pasé los dedos, que se sumergen en el centro húmedo, para después ir a su clítoris hinchado donde masajee con un poco de presión, no sería suficiente para hacerla llegar. Vi su agonía, su desesperación por llegar a la cima, no la torturaría más. Metí mi dedo índice y medio dentro de esa mujer quien abrió la boca en una perfecta "O" cuando ella me sintió dentro de ella.

The Stripper (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora