7. Soledad

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Lee Hyuk Jae:

¿Recuerdas cuando conocí a tu madre? Ella estaba muy feliz porque habías invitado a un amigo a casa. Supongo que ella no lo sabía, porque no dejaba de repetir en cada momento que su pequeño por fin había llevado a un amigo. Aunque supuse que estaría molesta. Al fin de cuentas era por mí que la hacías esperar dentro de su coche sin aire acondicionado cuando las clases terminaban y ella aún iba a recogerte a la salida. Me dijiste que comeríamos en tu casa, pero supongo que tu madre prefirió que comiéramos fuera debido a todas mis alergias con la comida. Le dijiste que no comía carne, ¿cierto? Ella escogió un lindo lugar, y en cuanto entramos comenzó a hacer un sinfín de preguntas. Pero eso no se sentía como una cita siendo invadida por una madre celosa, se sentía como una plática con una madre que quiere conocer más de su hijo a través de un amigo. ¿En qué momento se lo dijiste? La próxima vez que la vi ella ya me odiaba. Era difícil incluso devolverme un saludo amable, le costaba incluso verme y a ti también te miraba diferente; pero esa es otra historia menos agradable. Creo que sobre eso sólo es necesario recordar que esa fue justamente la razón por la cual sólo visité dos veces tu casa, después de la última vez a ninguno de los dos nos quedaron ganas, ¿cierto? Seguro que en la próxima ella hubiera tomado de su escoba especial para pisos de madera pulidos y con toda su fuerza de madre enojada me hubiera golpeado el trasero. Supongo que nunca pensó que su hijo terminaría escapando con otro chico, que no era precisamente su amigo; pero eso es adelantarme a la historia. Creo que hubiera podido vivir sabiendo que no era de su agrado en ese entonces, de hecho nunca lo fui. Pero ahora es realmente insoportable, ahora sé que no importa lo que yo haga o diga, ella nunca va a aceptarme. No después de lo que pasó hace dos años, Hyuk Jae.

Prefiero recordar ese día con tu madre como uno de esos días especiales, aunque ella no estaba enterada estaba siendo muy linda con ambos. Después de regresar en su coche y sentirnos totalmente llenos por la comida y el postre que ella pagó, volvimos a tu casa colorida por dentro y con retratos tuyos por todas partes. Eras totalmente una monada cuando eras bebé, y me sorprende que tengas la misma cara de tu padre y que la hayas conservado a través de los años. Creo que lo único que ha cambiado en tu rostro es lo grande o pequeño de tus mejillas. Nos sentamos sobre el sillón color crema frente al televisor, tu madre fue hacia el mueble debajo y sacó una caja con películas. Nos hizo escoger una y por primera vez en todo el rato con ella te vi sonreír. Pero creo que tu plan falló. Porque no creo que hayas esperado que después de que tu madre volviera de la cocina con una bandeja de palomitas de maíz caseras, se sentara en medio de nosotros con la bandeja sobre sus piernas y nos hiciera ver una película aburrida de acción mal actuada con ella. Tu plan de besarnos en secreto mientras ella regresaba a su habitación no pudo concretarse, pero sin importar lo malos de tus planos siempre nos quedaba tu coche detenido en cada semáforo para darnos un par de besos veloces antes de que alguien pudiera vernos. Tan sólo intenta recordar la cara de felicidad de tu madre esa tarde, ¿no llevaste a un amigo nunca? Entonces yo no fui el único solitario, ¿eh? Justo ese día me di cuenta que había sido engañado. Eras una persona mucho más pura de la que yo creía. Siempre quise imaginar en mi mente tu vida antes de que yo te conociera. Me gustaba pensar un poco en ti antes de dormir y crear historias que probablemente habías vivido. En una de nuestras primeras pláticas por chat hablamos de nuestros amores fallidos, aunque el que se encargó de no escatimar en los detalles fui yo. Tú sólo me dijiste un par de cosas, que estoy seguro es más de lo que a cualquier otra persona hubieras podido confiar. Siempre te pensé como el chico deseado por todas en tu antigua escuela y, ¡vamos!, que tienes todo el perfil para serlo. Y en realidad no dudo que haya sido así. Tu apariencia siempre fue buena y tu personalidad siempre fue enigmática. Creo que, incluso más que esos postulados astronómicos que vimos una y otra vez en la universidad, tú has sido lo más abstracto que he podido conocer. Y además, te volviste tangible para mí desde cierto momento. Tal vez desde ese momento en el que te creí mío.

¿Te imaginas qué hubiera pasado después? ¿Puedes imaginarte dónde estaríamos ahora? No sabes lo que daría por que estuviera yo frente a ti, al momento de que leas está carta, y las anteriores y las demás que restan. Haría lo que fuera porque algún día pudieras leerlas. Tengo total confianza en que una mañana despertarás y al abrir tus ojos pensarás en mí incluso antes que en tu madre. Levantarás un poco la cabeza y mientras tratas de despertar totalmente pensarás "Quiero ver a Donghae". Lo harás, ¿cierto? Aunque es egoísta de mi parte ponerme antes que tu madre en tus pensamientos matutinos. Tal vez deba pedir perdón también por eso, sabes que suelo ser egoísta la mayor parte del tiempo.

¿Recuerdas que antes dije que aún estaba quedándome en casa? Pues ahí sigo. Sobre el colchón aún están algunas marcas de tu cuerpo. Te gustaba dormir sobre tu brazo derecho en el lado izquierdo de la cama. Decías que al despertar podrías verme a mi primero, porque tengo la esperanza de que alguna mañana abrirás tus ojos y me seré lo primero que aparecerá en tu mente. No sé por qué cada mañana tu codo dejaba una marca de hundimiento debajo de ti, ¿Qué posición tan incómoda para dormir es esa? Esa marca todavía sigue; porque yo continuo durmiendo sólo del lado derecho. Pensé que después de dos años esa marca se habría ido, o que tu madre había conseguido la orden para entrar a nuestro hogar y sacarlo todo y venderlo, regalarlo, o quemarlo. Por suerte no pudo hacerlo y ese lugar que hicimos nosotros mismos sólo para nosotros aún continúa ahí. ¿Recuerdas lo pequeño que se veía en un inicio? A pesar de estar tan vacío...

Ahora se siente vacío de nuevo. Sobre todo cuando me siento sobre ese sillón negro donde tantas veces nos quedamos dormidos viendo las serías de media noche que pasaban por el canal local. Es extraño estar sólo todo el tiempo, en un lugar donde nunca te sentiste así. Pero bueno, en dos años tuve suficiente experiencia para acostumbrarme a la soledad de la falta de amigos y de una familia que, aunque de manera callada y discreta, te da la espalda. A mi madre aún le duele mirar hacia mis ojos... Y a mí me duele su dolor. Y me imagino que no puede compararse con el dolor de los demás. Espero que tú no sientas dolor de ningún tipo. No quiero que lo sientas nunca más, ni por culpa ni por la de nadie. Tal vez algún día me convierta en una persona madura y pueda dejarte atrás. Tal vez algún día pueda aprender de mis errores y entender que tal vez no puedas perdonarme nunca, y que crucé esa línea justo en el instante que perdí la cabeza. Tal vez algún día pueda aprender a sentirme feliz al ver tu sonrisa, aun si es para alguien más y no para mí.

Pero por favor, sonríe de nuevo, Hyuk Jae.


Diez cartas a Hyuk JaeWhere stories live. Discover now