Diez cartas a Hyuk Jae

6. No puedes demorar más

Lee Hyuk Jae:

Sólo fuimos juntos al cine algunas tardes. ¿Por qué siempre querías ver películas animadas? A pesar de tu apariencia, siempre has sido como un niño ¿cierto? Recuerdo la banca donde nos sentamos una de esas ocasiones. Ya estaba anocheciendo pero por alguna razón no querías ir aún a casa y tampoco querías que yo fuera a la mía. Creo que nunca te lo dije, al menos no en ese entonces, que mi madre una vez me dijo "si estarás con ese muchacho entonces puedes volver a casa a la hora que sea". Creo que nunca lo dije porque tenía pena, pena de que supieras lo que mi madre sabía. Al final del día, ¿qué madre no conoce mejor a su propio hijo, incluso mejor que él mismo? Juro que en ese momento yo no lo sabía, yo aún no entendía qué pasaba. Por eso mi reacción, después de escuchar tus palabras, fue tan mala. Creo que ese fue una de los primeros errores que cometí contigo, ¿no te hice sentir de una pésima manera? Ya habían pasado muchos minutos de estar sentados sobre una banca de madera barnizada en medio de una plaza. Yo no sabía por qué mirabas tanto alrededor. Tampoco sabía por qué estabas esperando a que la gente viéndonos dejara de pasar frente a nosotros. Lo supe justo en ese instante.

"Creo que me gustas, Donghae"

De verdad lo siento, cuando mis oídos testarudos apenas estaban reaccionando, tú ya habías puesto tus labios sobre los míos. Pero yo no entendía nada, y de inmediato me separé de ti.

"Los amigos no se besan"

No sabes cómo me arrepiento de decir eso. Fue lo primero que vino a mi mente y supongo que eso hizo que me malentendieras. Recuerdo perfectamente tus ojos abiertos, parecía que se te iban a caer por sobresalir tanto de tu rostro. Tú parecías muy seguro todo el tiempo, pero yo aún era como in niño ignorante. Apenas y sabía del amor a un hombre a una mujer y viceversa, esto te lo dije un par de días después. Después de ese par de días en los que no me hablaste ni me buscaste, después de ese mismo par de días en el que corrió el rumor de que habías terminado algo que ni siquiera había existido. En ese momento lo entendía todo. Esos rumores existían porque ese tipo de cosas pasan. Así como un chico puede enamorarse de una chica, un chico también puede enamorarse de otro chico. Cuando llegue a casa esa noche, me tiré sobre mi cama y miré al techo. Mis pensamientos estaban en una lucha constante y mi corazón se sentía dentro de un sitio apretado queriendo explotar. "Los amigos no se besan", te juro que no podía olvidar ese momento, y con él se mantenían fijos en mi mente tus labios diciendo que te gustaba y luego tu beso inesperado. Mamá supo de inmediato que algo ocurría, supongo que lo intuyó después de llamarme para cenar y tener una negativa de mi parte. Ese par de días fueron difíciles, porque extrañaba que me buscaras a la salida o entre clases para charlar un poco. En un arranque te mandé un mensaje de texto e intenté explicarte. Creo que eso tal vez funcionó, tal vez no. Por qué la única respuesta que obtuve fue un "lo siento"

¿Te das cuenta? ¿No es un "lo siento" lo más banal del mundo? Lo es incluso más que cualquier "gracias" vacío dicho sólo por costumbre. Si pienso en eso vuelvo a sentirme mal conmigo mismo. Porque tú te disculpabas por ser sincero, yo debo hacerlo ahora por ser un estúpido que ahora es infeliz y que añora los recuerdos de su pasado, y para el cual no es suficiente hundirse en su pobre melancolía. Quiero hundirte a ti también y hacer que al recordar lo bueno y lo malo te des cuenta del gran camino que hemos recorridos juntos y del gran camino que aún espera por nosotros. Antes dije que no se trataba de mí, sino de ti. Incluso dije que ni siquiera se trataba de nosotros, sino sólo de ti. Pero ahora creo que no es así, ahora me siento un completo egoísta por hacer eso. ¿Cartas? Cartas que sólo me hacen recordar y desear llorar por dentro cuando tengo miedo de que la gente me llame hipócrita al llorar por fuera.