— ¿Qué es esto? – Preguntó arrancándole la cadena que Zayn le había obsequiado, Los ojos esmeraldas parecieron salirse de orbita.

— ¡No! – Le gritó angustiado — ¡Regrésamela! – Exigió, el otro se limitó a sonreír.

— Bueno, pero a cambio tendrás que hacerme un favorcito – Comunicó haciéndose el interesante – Me la mamarás como todo un profesional – Dijo oscilando de la resplandeciente cadena mientras Harry aún removía su cuerpo tratando de escapar.

Pero, en ese momento ambos no se percataron que un par de sombras emergían desde el fondo del pasillo y se acercaban con peligrosidad.

Una voz bien conocida por Harry retumbó en cada rincón del pasillo, más fría de lo habitual, peligrosa y demandante, y de haber estado libre habría dado saltos de felicidad.

— Oh Geert, no te preocupes, para cuando acabe contigo, no quedará nada que mamar – La expresión del aludido fue digna de enmarcarse, soltó de inmediato a Harry observando a los recién llegados.

El de ojos esmeraldas aprovechó la vacilación de Geert y salió disparado hacia William.

Lejos del raciocinio sólo atinó a complacer lo que su corazón pedía a gritos; abrazó al moreno con fuerza deseando quedarse así por largos minutos mientras hundía la cabeza en el fuerte pecho hipando sin control.

Su aroma varonil le llenó por completo y anheló perderse en él. Kim al igual que el moreno disimularon su desconcierto, sin embargo Geert los escudriñó con asco.

En aquel minuto olvidó las claras y concisas advertencias de John, abandonó su mente, en ese preciso instante William se había convertido en su salvador y no había nada más que refutar.

Éste lo apartó secamente y Harry le miró confundido.

Hasta entonces se percató del estado del pequeño rizado que temblaba como una hoja movida por un gran vendaval. Su cuerpo se encontraba totalmente mojado y si hubiese sido en otra ocasión hasta lo disfrutaría, su mejilla izquierda colorada contrastaba con su pálida piel y sus ojos...

Aquellas lagunas verdes le observaban con sufrimiento, enmarcando aún más el sentimiento por las largas y tupidas cortinas de pestañas.

Fue cuando una oleada de rabia golpeó en su interior, apenas percatándose de los magullados y rotos labios.

— Encárgate de él – Le ordenó al japonés entregándole a Harry como si se tratase de una muñeca rota, Kim por un lapso quedó extrañado, pero inmediatamente obedeció y se llevó a Harry lejos de allí.

— ¿Qué piensas hacer Tomlinson?, ¡¿matarme por que toqué a tu putita?! – Exclamó con voz temerosa pero matizada de burla, Tomlinson que sabía reconocerlas muy bien fue su turno de sonreír con el mismo deseen, el de él, puro.

— ¿A quién te crees que engañas?...ambos sabemos que te estás cagando de miedo – Geert entrecerró los ojos furioso pero impotente – Todos estaban avisados, lo que es de mi propiedad no se toca...pero tú, imbécil, quisiste hacerte el rebelde, ahora pagaras las consecuencias... — William sacó una filosa navaja de una de sus mangas y maniobró con ella, sonriendo cínicamente.

Gefängnis (ls)Where stories live. Discover now