— ¿Por qué ha hecho eso? – Preguntó atemorizado poniéndose de pie, pero el otro ni se molesto en responderle, estaba absorto con una maliciosa sonrisa observando el pequeño cuerpo; las prendas totalmente mojadas se le pegaban incómodamente, el pantalón delineaba a la perfección sus delgadas y torneadas piernas mientras la camisa hacia lo propio en su cintura y torso, el ojiverde podía incluso ver el par de pezones que estaban orgullosamente erguidos y rosados como un par de fresas.

Le recorrió sin decencia y el escrutinio horrorizó a Harry, al segundo y antes que fuese demasiado tarde decidió retirarse de allí, después podría volver con John.

Pero ¡que mal había calculado!; el mayor al ver que su objeto de deseo se le podría escurrir, lo tomó con rudeza de los hombros y lo estampó contra la pared; Harry soltó un pequeño gemido de dolor.

— ¿A dónde crees que vas? – Preguntó con voz rasposa mirando a centímetros su rostro. Con uno de sus dedos delineó la mejilla de Harry, recorriéndole hasta llegar a los labios escarlatas – Dioses, si que eres un calienta braguetas, quiero hundirme en ti – Harry le empujó con todas sus fuerzas, pero solo logró moverlo un poco y entre el pequeño espacio que se generó se escabulló, sin embargo, el otro le agarró de los rizados cabellos y le regresó volviéndole a estampar contra la fría pared.

— Por favor...— Rogó ya desesperado, volteando hacia la entrada del pasillo, pero este, seguía desierto. El hombre simplemente sonrió.

— No me obligues a putearte, mejor coopera y te aseguro que hasta lo disfrutaras – Le sugirió y rompió la distancia entre ambos, robándole un beso. Apretó de su cintura sin cuidado y le pegó su ya despierta hombría en su estómago. Harry sin pensárselo dos veces le mordió crudamente, haciéndole gritar.

El hombre se separó de él y lo miró con rabia limpiándose la sangre de su labio inferior.

— Pequeña puta...— Susurró y le volteó el rostro de un cachetadón.

Harry sólo vio estrellitas y de no ser por el alto rubio habría caído de bruces al suelo. Éste le sujetó por las solapas fuertemente.

Aún mareado por el reciente golpe, sintió un cálido liquido escurrir de la comisura de su boca hacia la mandíbula, extrañado se tocó y observó que se trataba de sangre.

De nuevo se aproximó y Harry ya completamente atemorizado y nervioso trató de detenerlo con sus temblorosas manos sin lograrlo, ya que, fue detenido de un fácil y hasta ridículo agarrón; con una sola mano el mayor le tomó las dos y las colocó por arriba de su cabeza, inmovilizándole.

Lamió la sangre y el pequeño no pudo sentir menos que repulsión e impotencia, inmediatamente vio cómo la cabeza rubia se perdía entre su cuello y sintió los labios y lengua humedeciéndole para después besar con urgencia cada centímetro de piel.

Totalmente perdido en el pánico al pensar que nadie le ayudaría y que terminaría violado por ese hombre comenzó a llorar fuertemente, chillando y gritando que se detuviese.

Poco le importaba que le vieran en ese estado; humillado, lloroso y gritando como vil nena, ¡lo importante era que le escucharan, que alguien interviniera!

A los pocos segundos el ojiverde paró y le miró con superioridad.

Gefängnis (ls)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ