Capítulo II. Las posibles imposibilidades

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Sostenía el ticket junto a mi pecho, estaba muy feliz, guardé en seguida el papel, por ningún motivo quería extraviarlo.
Terminé mi turno y me dispuse a ir a casa. Estaba nerviosa me temblaban las manos ¿debía llamarlo ahora? Diablos, no quería parecer desesperada, pero lo estaba, me moría por llamarlo, aunque no supiera ni qué decirle. Aún dudaba ¿por qué me había dado su número? ¿Sería esto una broma? Tenía que arriesgarme y comprobarlo por mí misma. Respiré profundo y tomé el teléfono. Comenzaba a marcar cuando alguien tocó la puerta, me sobresalté. Me dirigí a la puerta y abrí.

—Hola —dijo un muchacho que se miraba de mi edad—. No quisiera molestar, pero me dijeron que estaban rentando un departamento por este lugar y no sé a quién puedo pedirle informes —dijo disculpándose.

—Oh, claro, es el departamento de arriba. Pero supongo que Mrs. Lucille te puede dar mejor información, ella está en el 001 —concluí.

—Gracias —dijo. Pero no dejó de mirarme ni se fue.

— ¿Puedo brindarte alguna otra información?

— ¿Te importaría acompañarme? Soy nuevo aquí y no conozco a nadie.

—Qué mal momento —pensé.

Justo cuando estaba por llamarle a Alex. Quería negarme y alegar que tenía cosas por hacer, pero él me miro casi suplicante.

—Está bien, supongo. Espera un momento —regresé por mis llaves y salí—. Vamos.

—Muchas gracias, soy Henry, mucho gusto —y extendió su mano.

—Mucho gusto Henry, soy Adriana y no hay de qué.

Lo acompañé hasta el apartamento de  Mrs. Lucille y esperé cortésmente a que hablara con ella, aunque sentía que ya había tardado demasiado. Estaba impaciente.
Al fin salió.

—Oh, muchas gracias por esperar. Ahora seremos vecinos ¿sabes?

—Qué gusto —dije­—. Aquí todo es muy tranquilo.

—Dejaré mis cosas arriba y buscaré un lugar para comer. ¿Te gustaría venir? Así agradezco todas tus atenciones.

—Me encantaría, pero tengo algunos asuntos que atender —respondí un poco frustrada.

—Comprendo, gracias por todo.

Me sentí un poco mal al ver su expresión, la verdad es que lo entendía. Cuando había llegado a Londres todo fue muy difícil, no conocía a nadie ni conocía la ciudad, a pesar de que la gente era gentil, me costó mucho trabajo encajar. Sabía bien que las tareas que tenía que hacer podían esperar, pero me ponía un poco de mal humor postergar mi llamada, era lo único que me importaba en aquel momento. Aún así me arrepentí.
Él avanzaba por el pasillo y corrí para alcanzarlo.

— ¡Espera! —grité—. Creo que mis deberes pueden esperar hasta esta noche, te mostraré el lugar.

Su expresión cambió completamente.

—En verdad te lo agradezco mucho.

—Conozco una cafetería muy buena por aquí, vamos.

—Gracias por tomarte el tiempo —sonrió cálidamente.

—También fue muy difícil para mí adaptarme a Londres

Caminamos hasta la cafetería y buscamos una mesa disponible, el lugar estaba medio vacío, por lo que no fue difícil. La mesera tomó nuestra orden y después de unos minutos regresó con lo solicitado.

— ¿Llegaste hace mucho? —preguntó

—Hace algunos meses solamente

—Yo llegué hace tres días de Jersey. No es muy lejos de aquí pero nunca había estado en Londres y es difícil estar solo —afirmó—. ¿A qué te dedicas?

Everything You've Come to Expect [Alex Turner, TLSP, AM] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora