Capítulo 4 | Segunda Parte.

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La chica me observa con una sonrisa de oreja a oreja

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La chica me observa con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡Cuanto has cambiado! —suelta con voz alegre.

La miro descolócala, ¿de dónde salió esta loca?

— ¿Disculpa?

No sé porque, pero volteo a ver a sus amigos en busca de ayuda o alguna explicación coherente a la reacción de su amiga, ellos observan la escena igual de confundidos que yo.

— ¿No me recuerdas? —interroga—. Soy Lea, Lea Schneider.

Mi memoria funciona de manera extraña, deja algunos sucesos que cree importantes y borra los que considera insignificantes, por lo cual me cuesta recordar muchas cosas y no, no se trata de lagunas metales.

— ¿De qué nos conocemos? —pregunto, evidentemente curiosa.

— Vivo cerca de la casa de tus tíos —dice con obviedad, esperando que algo en mi expresión cambie, no lo consigue—. Jugábamos juntas de pequeñas con tu prima Amelia.

— Amélie —corrijo.

— Amélie —se corrige—. Oí hablar de una recién llegada, no creí que se tratara de ti —alza las cejas como si aún estuviera impresionada—. Tu padre si ha sabido mantenerte lejos de aquí por mucho tiempo, eh.

La observo con más detenimiento tiene los ojos verdes y muchas pecas en el rostro que no intenta ocultar, su cabello lo lleva corto hasta los hombros e inclusive lleva un flequillo.

Si, su rostro me es familiar.

— De alguna manera u otra tenía que volver, ¿no? —emito como respuesta, encogiéndome ligeramente de hombros.

Ella asiente.

— ¿No nos presentaras a tu nueva amiga? —inquiere uno de los chicos con una sonrisa de burla, el del cabello negro, ¿Ernest? creo que ese es su nombre, la rubia de nombre Dominik, le da un codazo en el estómago—. Auchhh.

Ella le murmura algo que hace que deje de sonreír.

— Lea, ¿vienes? —dice impaciente el rubio que ya ha dejado de verme—. No tenemos tiempo.

Su voz es ronca, cargada de hastío y enfado.

— ¡Ya voy! —le grita Lea al chico, luego se dirige a mi—. Fue un gusto volver a verte, cualquier cosa que necesites puedes buscarme en la biblioteca —señala una ruta, a nuestra izquierda—. Espero verte pronto, Chiara.

La Princesa De Los Cuervos Where stories live. Discover now