Te odio con todo mi ser

2K 135 63
                                    


Licorice había escuchado un extraño ruido en la habitacion de su madre, era de noche, hacia mucho frio a pesar de estar en el mundo de las llamas, se levantó rápidamente al escuchar el estruendo del vidrio romperse, un grito desgarrador resonaba por todo el pasillo y una risa que conocía bastante bien se mezclaba con éste, era uno de los ataques de ese estúpido diablo contra su madre, tenía que llegar pronto, tomó su forma adulta para llegar lo más rápido posible, sin embargo no fue capaz de llegar a tiempo, ese tipo se lo había llevado a la fuerza para su mundo, si tan solo supiera hacer portales podría ir a rescatarlo, se sentía tan triste, tan frustrado ¿qué le esperaría a su pobre madre? Licorice volvió a ser pequeño y se puso a llorar sus esfuerzos habían sido en vano, Rieta que estaba ahí desde unos instantes antes que el menor también estaba frustrada y solo abrazó al pequeño haciéndose la fuerte, sin embargo se podía notar como sus brazos temblaban y su corazón saltaba de tan preocupada que se encontraba –espero vuelva- dijo triste la mujer, Poemi llegó después y lo único que hizo fue llorar, Emalf miraba al suelo, está bien, su señor no le agradaba del todo, pero no merecía tales tratos por parte de Satanick, después de todo era un buen diablo.

Pasaron unas horas, el amanecer llegó, nadie en el castillo había podido dormir, su diablo aun no llegaba, pasaron unas cuantas horas más, ya eran aproximadamente las 9 am y fue cuando Ivlis apareció, calló al suelo y no paraba de llorar de dolor, tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, el cuerpo magullado lleno de hematomas, rasguños, raspones, y sangre por todos lados, su ropa no estaba, solo traía sus zapatos y sus pantalones a medio abrochar, sus manos y pies sangraban demasiado y tenía hoyos en ellos, pero lo que más lo hacía sufrir eran sus manos, no era capaz de levantarlas, estaba botado en el suelo llorando con sus manos heridas sin poderlas mover de tanto dolor que sentía, Rieta fue la primera en encontrar a su señor en medio de la sala, quedó atónita, no le salía el habla, solo quería llorar, llorar con él por lo horrible que le habían hecho, en eso llegó Licorice que casi se murió de pena de ver a su madre en ese estado – Ma... Mamá... - dijo llorando con un gran dolor, corrió hasta él y lo miró por todas partes- ¿qué le pasó a tus manitos mamá?... mami ¿estás bien? – Ivlis negó con la cabeza, llegaba a tiritar del dolor que sentía, la tortura había durado horas, la golpiza había dolido pero que le sacaran todas las escamas de los brazos había sido un verdadero infierno, irónico ya que él es un diablo.

Rieta corrió por agua y colocó los brazos de su señor en él recipiente para que el dolor no fuese tan penetrante, Poemi no paraba de llorar cuando vio la escena, Rieta la consoló y corrió por un médico que ayudara, pero no había mucho tiempo se notaba que Ivlis había perdido mucha sangre, por lo que ella misma lo curó como pudo, siempre lo había hecho, siempre lo había protegido. Ivlis tiritaba, parecía que realmente esto era lo que había rebalsado el baso en cuanto a las torturas de Satanick, Licorice lo abrazó cálidamente, mientras pensaba con una cara de total odio que jamás le perdonaría esto a esa mierda de Satanick, JAMAS, porque él lo odiaba con todas las fuerzas de su ser.

--------------------------------------------


comentario: PUTO SATANICK!!! yo lo amaba, hasta que vi que le sacó las escamas de los brazos a Ivlis y ahora tengo ganas de dejarlo esteril de una patada en la entrepierna, una tan fuerte que ojalá le quede inservible >___>  

Los celos de Licorice - DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora