13.- LA EXISTENCIA DE DIOS

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UN DEBATE ENTRE BERTRAND RUSSELL Y EL PADRE F.C. COPLESTON, S.J. 20



COPLESTON: Como vamos a discutir aquí la existencia de Dios, quizás sería conveniente llegar a un acuerdo provisional en cuanto a lo que entendemos por el término «Dios». Presumo que entendemos un ser personal supremo, distinto del mundo y creador del mundo. ¿Está de acuerdo, al menos provisionalmente, en aceptar esta declaración como el significado de la palabra «Dios»?


RUSSELL: Sí, acepto esa definición.


COPLESTON: Bien, mi posición es la posición afirmativa de que tal ser existe realmente y que Su existencia puede ser probada filosóficamente. Quizás podría decirme si su posición es la del agnosticismo o el ateísmo. ¿Quiero decir, cree que puede probarse la no existencia de Dios?


RUSSELL: No, yo no digo eso: mi posición es agnóstica.


COPLESTON: ¿Está de acuerdo conmigo en que el problema de Dios es un problema de gran importancia? Por ejemplo, ¿está de acuerdo en que si Dios no existe, los seres humanos y la historia humana pueden no tener otro fin que el fin que ellos decidan elegir, lo cual, en la práctica, significaría el fin que impusieran los que tienen el poder de imponerlo?


RUSSELL: Hablando en sentido general sí, aunque tendría que poner alguna limitación en su última cláusula.


COPLESTON: ¿Cree que si no hay Dios, si no hay un Ser absoluto, puede haber valores absolutos? Quiero decir, ¿cree que, si no hay un bien absoluto, el resultado es la relatividad de los valores?


RUSSELL: No, creo que esas cuestiones son lógicamente distintas. Tome, por ejemplo, la obra de G. E. Moore, Principia Ethica, donde sostiene que hay una distinción entre el bien y el mal, que ambas cosas son conceptos definidos. Pero no trae la idea de Dios en apoyo de su afirmación.


COPLESTON: Bueno, dejemos para más tarde la cuestión del bien, hasta que lleguemos al argumento moral, y antes daré un argumento metafísico. Querría destacar principalmente el argumento metafísico basado en el argumento de Leibniz de la «Contingencia», y luego discutiremos el argumento moral. ¿Quiere que haga una breve declaración sobre el argumento metafísico, y luego pasemos a discutirlo?


RUSSELL: Ese me parece un plan muy bueno.




EL ARGUMENTO DE LA CONTINGENCIA




COPLESTON: Bien, para aclarar, dividiré el argumento en fases distintas. Primeramente, diría, sabemos que hay, al menos, ciertos seres en el mundo que no contienen en sí mismos la razón de su existencia. Por ejemplo, yo dependo de mis padres, y ahora del aire, del

20 Este debate fue transmitido originalmente en 1948 en el Tercer Programa de la B.B.C. Fue publicado en

Humanitas en el otoño de 194S y ha sido reproducido aquí gracias al permiso del Padre Copleston.

¿Por qué no soy cristiano? Bertrand Rusell Where stories live. Discover now