El niño y el misterio del tiempo

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[Cuando tenía diecisiete, les dije a mis papás que quería ir a algún taller literario. Escribía desde los doce pero eran todas novelas juveniles y no se las mostraba a nadie más que un par de amigas. Mis papás aceptaron y entonces coordiné con una profesora que vino a mi casa por cinco encuentros. En el primero, escribí mi primer cuento corto fuera del colegio. Un año después, ganó el primer premio centenario Cortázar.

Hay algo de las primeras veces que siempre viaja con algo de nostalgia.]


El cielo está con sol y mis amigos juegan, ríen y gritan mientras yo estoy encerrado adentro de mi habitación por que no me gusta mi cumpleaños. Hoy cumplo diez años y ya no quiero cumplir más. Intento esconder mi cabeza abajo de la almohada para no escuchar a mis amigos divertirse en la plaza pero todavía escucho el viento que se mete por algún hueco de mi ventana que está cerrada. Suenan tres golpes seguidos y cortos en la puerta. No respondo y después de unos segundos siento la puerta abrirse. Mamá se acerca y me dice al oído 'Feliz cumpleaños Nico'. No le respondo y se va haciendo el mismo camino que hizo para entrar, pero al revés y más rápido.

  Después de unos segundos saco la mano de abajo del acolchado y acaricio a mi perro que se acaba de despertar. Él empieza a ladrar y agita la cola ocho veces. Cuatro para un lado y cuatro para el otro.

  Miro alrededor del cuarto y veo una bolsa de papel de ese que parece de cartón, con un papel brillante y púrpura saliendo de parte de arriba. Suspiro y me acerco al paquete. Tiene algo escrito con marcador negro 'Feliz cumpleaños Nico'. Lo miro por un rato mientras mi perro salta a mi alrededor pidiéndome que lo abra. La letra es igual a la de Papá Noel. Negra medio desprolija y cursiva, siempre en la parte de arriba y al costado.

  Agarro la bolsa y la abro rompiendo un poco el papel brillante. Lo saco y adentro encuentro una cajita de madera. Tiro los papeles lejos pero caen cerca. De repente la puerta se abre dejando entrar mucho viento. Ahora escucho un tic-tac que molesta el silencio que había. El tic-tac no para y parece mas fuerte ahora que antes. Trato de olvidármelo como hago siempre que me voy a dormir y abro la cajita de madera. Adentro hay un reloj igual a todos los demás. El sonido se hace cada vez más fuerte y el viento entra con más fuerza. Veo por la ventana y ya no se ven a mis amigos jugando y el cielo ya no está mas con sol porque ahora hay rayos y truenos.

Me quedo mirando el reloj y después lo trato de tirar o romper, lo que sea para frenar el tic-tac que me hace doler los oídos. Lo golpeo con fuerza contra el piso y ahora está roto. Ya no suena mas. Miro afuera y veo que el cielo tiene mas relámpagos y truenos y ahora llueve muchísimo como en las películas que mira mamá a la mañana antes de salir de casa para ver que se pone. Miro mi reloj azul, el que tengo enganchado en la mano y son las nueve y veintiuno pero las agujas están quietas. No se mueven. Escucho tres golpes en mi puerta, cortos y rápidos y después veo a mi mamá asomarse. Intento hablarle. Trato de decirle algo o gritarle pero no me sale la voz. Mamá se me acerca y me dice 'Feliz cumpleaños Nico'. No le respondo y deja el mismo paquete con papel brillante púrpura dentro de la habitación como había hecho antes. Hace lo mismo como veinte veces hasta que mi cuarto está lleno de regalos de cumpleaños, todos con relojes adentro. Grito fuertísimo y cierro los ojos. Después de un tiempo cortito los vuelvo a abrir.

Estoy en mi cuarto. El cielo está con sol y los demás chicos juegan, ríen y gritan mientras yo estoy adentro y asustado y no se muy bien por qué. Mi perro duerme al costado de mi cama y escucho tres golpes en la puerta, rápidos y cortos. Corro hacia mamá y la abrazo con fuerza por que sigo teniendo un poco de miedo y ella me dice 'Feliz cumpleaños Nico'. Me da otro abrazo, un beso en el cachete de esos medio largos con ruido y me da un paquete rojo con forma medio de rectángulo. Lo abro con ganas mientras me acuerdo del otro paquete, el de mis sueños. Tiro el papel en el piso y adentro hay un libro que se llama El niño y el misterio del tiempo.

Me acuerdo de repente de mi sueño pero ya no tengo miedo por que cumplí diez y soy grande...además ahora no suena un tic-tac de fondo, hay silencio.

Manifiesto absurdo de un presente que no existeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora