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Ryeowook comía una tostada mientras terminaba de estudiar las formulas químicas de una enciclopedia, si bien ese era el único pasatiempo que tenía. El motivo por el cual estudiaba tanto en los últimos años era por sus padres. El castaño era un joven de 19 años, vivía en Incheon, un pequeño pueblo no muy lejos a la gran ciudad, ¿lo peor? era hijo único.

Para el ser hijo único significaba un sinfín de responsabilidades, era alguien que nunca podía fallar y eso se debía a que odiaba decepcionar a sus progenitores.

- Entonces ¿Estudiaste bien?

- Mama la beca ya está ganada, este examen es solo para asegurarse de que no se hayan equivocado-giro sus ojos y tomo de la taza de café dulce que le había preparado la mujer

- SM academy no es cualquier instituto, quiero que termines allí tus años de preparatoria y luego vayas a la universidad de Seúl

- Sé que no es cualquier academia, yo lo veo más como una jaula

- Ryeowook

- Es cierto, hasta el momento he estudiado en colegios normales, no tenía que quedarme allí día y noche, pero has elegido un internado, aun me pregunto ¿cómo hiciste para que aceptaran la beca en ese instituto?

- Fue fácil, solo tome tu histórico de notas de los últimos dos años y te inscribí vía internet-Wook suspiro resignado

- Se te hará tarde, ve con cuidado-intervino su padre mientras terminaba de leer el periódico

- Eso quisiera, que se me hiciera tarde-murmuro

- ¿Qué dijiste?

- Nada, entonces nos vemos en tres días

Ese era el tiempo que necesitaba para firmar todo el papeleo, hacer unos exámenes básicos y averiguar quién sería su compañero de habitación. En primer lugar para él fue una sorpresa llegar un día de colegio y ver a su madre gritar indicando que lo habían aceptado en aquella academia. Ryeowook estaba cansado de que sus padres decidieran las cosas que debía hacer en la vida, en parte fue su culpa porque nunca fue capaz de decir lo que realmente le molestaba, sin embargo, justo en el momento en que tomo el tren para ir a Seúl se dio cuenta que se dejaba manipular de manera fácil y aquello no sería algo bueno.

Por supuesto que había oído hablar de aquel internado, era uno de los más reconocidos en toda Corea del sur porque ninguno de los que se ha graduado de allí ha tenido un mal futuro. El castaño era consciente de que el no sería bien recibido, porque a diferencia de los hombres que estarían allí él no tenía ni un centavo. Vivía en una casa pequeña y sus padres eran dueños de una floristería en el barrio ¿Qué de maravilloso tiene eso?, no se avergonzaba de sus padres, solo sentía que estaba entrando a un terreno pantanoso y que podría hundirse. Chicos hijos de papi que le echarían en cara cuan ricos eran, Wook soltó un suspiro de ironía, valiente vida la que tendría ahora.

- Llegaremos a Seúl en una hora, por favor no estén de pie a menos que sea necesario, se avecina una tormenta. Les pedimos abrigarse bien cuando lleguemos al destino, muchas gracias y les deseamos el mejor de los viajes.

Wook se puso cómodo mientras dejaba el libro que estaba tratando de leer, su ánimo estaba por el piso.

Pensando de esa manera se quedó dormido hasta llegar a la capital.

***

Jong Woon tiro la pila de naipes ganando una vez más la ronda de apuestas. Heechul se quejó mientras el dinero le era arrebatado de su lado

Painful LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora