Cap 23.- "Pertenencia"

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— ¿Ya estás más tranquila? —pregunta.

— Sí, gracias, pero ¿Por qué hemos venido aquí?

— Pensé que lo mejor era estar en un lugar público —analizo sus palabras y le miro como no entendiendo, él encorva sus labios en una sonrisa un tanto burlona—. ¿Piensas que no me di cuenta del porque te pusiste así? tú le tienes miedo a ese hombre, no querías ir a tu casa y tampoco a la mía porque temías que él fuera a buscar ahí y se pusiera algo violento. —agacho la mirada dándole la razón—. ¿Por qué le tienes tanto miedo? ¿Te ha lastimado? —vuelvo a mirarle, ¿Cómo responder esa pregunta? As me ha lastimado en tantas maneras...

— No es eso —digo jugando con mis manos—. Temí que pudiera hacerte algo a ti.

— Soy experto en artes marciales, no cualquiera logra tocarme, así que no tengas miedo por mí. Aunque saber que te preocupo me pone feliz, no quiero que sigas preocupada.

— Es imposible no estarlo.

— ¿Tan peligroso es? —pregunta con un poco de burla, hago una mueca, no me gusta hablar de As de esta manera.

— Dejemos a Dominik de lado.

— Dominik, con que así se llama.

— Sí, pero no necesitamos hablar de él. Quiero disfrutar de este momento contigo —digo logrando hacer una sonrisa. Adam asiente y comenzamos a hablar solo de nosotros, intentando conocernos un poco más.

Adam me cuenta que su madre se fue cuando él era muy pequeño ya que su padre la golpeaba, así que en su primera oportunidad se fue, abandonándolo a él con su monstruoso padre con quien nunca se llevó bien. Su padre volvió a casarse y ahora tiene una media hermana a la cual casi nunca ve. Él se fue de su casa tras cumplir la mayoría de edad y no volvió más, por lo que tiene muy poco contacto con su padre o la familia de este.

— Me vi obligado a madurar desde chico y a ser independiente, la verdad lo agradezco ya que no hay nada que me guste más que ser dueño de mi mismo.

— Entiendo —digo y pienso en el hecho de que yo nunca pude decidir en ser independiente, fui obligada a serlo y desde que conocí a As dejé de sentirme dueña de mi misma.

— ¿Y tú, cuál es tu historia?

— Mis padres murieron cuando tenía dieciséis, ahora solo vivo con mi hermana menor.

— Tienes una hermana, que bien.

— Sí, supongo que ella se convirtió en mi razón de ser cuando lo perdí todo.

— Espero conocerla pronto.

— Es una chica en verdad increíble.

— Si es tu hermana debe serlo —sonrío y después bostezo, llevo muchas horas despierta.

— Debes dormir o te enfermarás —dice y asiento, pero no estoy segura de ir a casa, tengo la seguridad de que ahí estará As—. No te llevaré a tu casa —dice Adam leyendo mis pensamientos, se pone de pie y estira su mano hacia mí—. Ven conmigo Aisa, te llevaré a donde puedas descansar a gusto.

Tomo su mano y después de pagar la cuenta salimos del pequeño establecimiento. Subo a su auto y cierro los ojos relajándome a tal grado que en cuestión de segundos me quedo dormida.

Me percato de cuando Adam toma con delicadeza mi cuerpo acunándolo en sus fuertes brazos. Me recargo en su pecho y mantengo los ojos cerrados mientras él me lleva hacia el interior de alguna casa, lo único que escucho es el canto de los pajarillos lo que me hace saber que estamos algo lejos de la ciudad. Adam sube unas escaleras y después abre una puerta, sonrío al ver la ternura y cuidado que pone a la hora de dejarme sobre una cama. Cuando sus manos han dejado por completo mi cuerpo abro los ojos. Él ya me está mirando fijo. No decimos nada solo continuamos mirándonos por largos segundos. Él acaricia mi mejilla y juega con un mechón que se ha escapado, lo enreda en su lardo dedo y después lo deja ir para volver a hacer lo mismo.

Beso Letal (18+)Where stories live. Discover now