15- Fin.

4.9K 507 34
                                    


Bajaba las escaleras con prisa, debía irme de ese departamento lo más rápido posible. Saliendo de ahí, quedé helada, no creía lo que veía.
—¡Vaya!, Linda—se acercó lentamente a mí con un cigarro en la mano—¿por qué tan desaparecida?
—¿Zacarias?—dije con total asombro.
—Así es, guapa. ¿Y mí jefe?, ¿dónde está?—se acercó a mí con una mirada amenazante.
—Já, ¿tu jefe?—dije molesta, ¿acaso todo este tiempo me había engañado?
—Sí—dijo con una risa burlona en su rostro—Linda, ¿Creíste qué en serio quería ayudarte? Que ingenua.
—Eres un infeliz—seguí caminando realmente molesta, pero Zacarias me tomo fuerte del brazo.
—¿Dónde está mí jefe?—parecía muy preocupado.
—Lo maté—dejé ver una gran sonrisa.
—¡Wow! Lo hiciste, Linda—no parecía molestó, más bien, me miraba con admiración. Estaba muy confundida.
—¿Qué? ¿Dijiste qué era tu jefe?.
—Lo era—me guiño el ojo—esperaba el momento para traicionarlo, él necesitaba un socio con dinero, y bueno, yo era un socio perfecto, ¿no?.
—Tú también sabes hacer tus jugadas—dije sonriendo.
—Pero siempre te adelantas— sonreímos juntos. Lo miré a los ojos, a sus ojos negros.
—Fue un gusto conocerte Zacarias, fuiste un buen socio.
—¿Y ahora qué harás?—dijo mientras encendía otro cigarrillo.
—Deja de fumar, te estás matando Zacarias.
—De algo me voy a morir, Já.
—Me iré, comenzaré de cero. Quiero olvidar todo ésto. Quiero ser libre.
—Sí, te entiendo, ambos necesitamos un descanso. Ya no tengo enemigos,  gracias a ti. Quiero viajar, vivir en las montañas.
—Increíble, me parece bien Zacarias. Espero que ambos podamos olvidar todo esto.
—Lo haremos, Linda. Tan sólo será una pesadilla... me dio gusto conocerte Linda, sigue adelante.
—Igual tú—le dí un fuerte abrazo, tal vez no lo volveré a ver jamás.

Me quede viendo como se iba en su auto. De pronto recordé que había un cuerpo en mi departamento, y seguí alejándome de ahí.

—Hola...—dije con pena.
—¡Oh por Dios, Linda!—se levantó de un salto y vino hacia a mí, dándome un gran y cálido abrazo—¿Cómo has estado?, ¿Por qué desapareciste?, ¿Te encuentras bien?, Dios Linda, ¿Dónde te habías metido? Estaba preocupado.
—Lo lamentó tanto Joseth, pero tenía que desaparecer de ésto, necesitaba tener mí vida. Me dí cuenta que asesinar esos hombres sólo me convertían en alguien que no quería ser...
—Lo comprendo, Linda. Si tan sólo me hubieras dicho eso, te habría acompañado y apoyado en tu decisión —se acercó a mí y me dio otro fuerte abrazo. Lo necesitaba tanto, sentía ganas de llorar, explotar, eran tantas emociones dentro de mí que no me dejaban en paz.
—Te quiero, Joseth—lo dije a su oído mientras me abrazaba—que estúpida he sido todo este tiempo, usandote para cumplir mis sádicos caprichos.
—No digas eso, yo también estaba de acuerdo en ellos, yo hubiera podido parar todo ésto, pero no lo hice Linda. Yo podía sentir tu sed de venganza, se podía ver el daño tan perverso que te habían hecho, te destrozaron y eso lo podía ver. Linda, ellos se merecían cada tortura que les hiciste, merecían morir. Tú evitaste que los infelices siguieran esclavizando a más chicas, destrozando más vidas y sueños... Linda, mírame—me tomo del mentón y lo levantó lentamente hasta que lo vi a los ojos. Mis ojos estaban hundidos en lágrimas, podía sentir mis mejillas ruborizarse—te admiró, eres una mujer valiente, fuerte, poderosa, hermosa y valiosa. Linda, no te arrepientas de lo que hiciste, porqué sólo dejaste salir la rabia acumulada dentro de ti y ¡mírate!— dejó ver una gran sonrisa—pareces otra, tus ojos no tienen ese sentimiento de profunda tristeza, te estás recuperando de ese horrible pasado...
—Sí—dije susurrando. Apenas y podía hablar, estaba ahogada en lágrimas— gracias Joseth, gracias—le dije mientras lo miraba a los ojos.
—Gracias a ti, Linda. Me enseñaste muchas cosas; tantas que no tienes idea—acercaba lentamente su rostro a mí, mientras yo me perdía en esos ojos claros, esos ojos que me habían cautivado desde el primer día. Puse mis brazos sobre sus hombros y el acariciaba lentamente mi mejilla secando las lágrimas que había derramado, plantó un fugaz beso en mis labios, un beso corto, pero el más hermoso que me habían dado.

—Hay que salir de esto juntos, Linda. Hay que escribir nuestra historia juntos.
—Llámame Evangeline—sonreí—es mi nombre—lo miré a los ojos—Linda es y será un pasado oscuro.
—Bueno, mi hermosa, Evangeline, hay que escribir nuestra vida juntos.
—Una nueva vida para ambos—dije sin dejar de ver sus hermosos ojos color miel. 

¡Espero les haya gustado mi historia!
Ahora, la historia estará en edición, ya que hay faltas ortográficas que son necesarias corregir.

Espero que hayan disfrutado la lectura de esta pequeña historia tanto como yo disfrute escribirla.
¡Muchas gracias! :3♡

Belleza Asesina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora