Capítulo 11. La primera prueba

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Pensé que Krum iba a ser mucho más soso y antipático. Me equivocaba. Fue muy amable y gracioso y me acompañó hasta la entrada de Gryffindor. Al entrar oí a alguien quejarse, Tina, como no, pero decidí ignorarla para poder ir a dormir bien a la cama.

No recuerdo haberme puesto el pijama, ni decirle buenas noches a nadie, simplemente caí rendida al sueño.

Al día siguiente quise que mis amigas se vinieran conmigo, pero Alice quería pasar tiempo con Luke, así que se separó de nosotras.

Veía a James muy apegado a ellos dos, pero por lo menos no estaba conmigo. Veo que le quedó clara la cosa.

Por fin era viernes y tocaba entrenamiento, estaba deseando salir a volar y despejarme de toda la semana. Además al día siguiente, que ya erq mediados de octubre, comenzaría la primera prueba del torneo, Ken e Isaac participarán ahí. Solo esperqba que no fueran dragones.

Mara se veía feliz con la gente de Dumstrang, al igual que yo. Y entonces entendí el sentido de este Torneo, hacer amigos internacionalmente.

Nos fuimos a clase y ellos a las suyas. No se me había ocurrido preguntarles como lo hacían, pero no era algo fácil de preguntar, ¿no?

Las clases del viernes eran las que menos me gustaban, siempre se me hacían las horas eternas. Además de eso, siempre ponían muchos deberes y debía hacerlos ese día, porque al día siguiente no pensaba perderme nada.

Nada más salir de la última clase, literalmente, corrí a la biblioteca a hacer cosas. Mara se excusó porque tenía que ir a hablar con Longbottom sobre el temario que entraría en el examen y Alice se fue con Luke. Qué par de empalagosos eran.

— Mira, mi amiga.— escuché decir. Era Krum, que me llamaba para sentarme con él, que estaba solo.

Estuvimos estudiando juntos hasta que me tuve que ir. Era buena compañía y me caía bien.

El entrenamiento... Madre del amor hermoso... Fue horrible, bueno, para mí lo fue. Fue exigente, pero lo peor de todo fue que el estúpido de James se metió de repente en mi trayectoria y me tiró de la escoba, haciendo que me rompiera mi brazo izquierdo.

Otra vez a la enfermería... En menos de dos semanas.

— Otra vez tú por aquí.—me dijo la señora Conners.— ¿Qué fue esta vez?

— Un compañero y yo hemos chocado y he caído de la escoba.

— No sé como os dejan seguir entrenando, si este año nada más se van a jugar amistosos.—primera noticia que tenía sobre esto, mi mandíbula se abrió de par en par, como la de Jack, que fue quien me había traído.

— Edgar no nos ha dicho nada.— le dije a Jack y él sólo asintió.

Tenía cara de cabreo, pero de lo estaba comiendo.

— A ver, veamos ese brazo.— dijo toqueteando mi brazo hasta me dolió y chillé.— Si, está roto. Te lo soldaré pero no podrás jugar en dos semanas. ¿Eres zurda?— me preguntó. Es curioso que sólo un 13% de la población mundial sea zurda y que yo entré en ese pequeño porcentaje. Asentí.— Tendré que escribirte un permiso para no escribir en clase. Esperemos que te apañes con la varita en la derecha.

Soldar huesos es doloroso, me dolía mucho, pero no chillé, en cambio me mordí el labio y casi me hago sangre.

— Quédate esta noche.— me dijo, pero luego se me acercó más y susurró.— Pero esta vez, por favor, sin compañía.— dijo refiriéndose a James.

— Le informaré de esto a Longbottom y a Edgar.

— Patéale el culo de mi parte, hermano.

— Lo haré.— me dio un beso en la mejilla.— Mañana vendré a recogerte para ir a ver a Ken. Le diré a Mara o a Alice que me den ropa para ti. Descansa pequeña zanahoria.

Eh, Potter!Where stories live. Discover now