Capítulo 9. El fantasma de la enfermería

2.1K 154 31
                                    

Desperté en la enfermería. Todavía sentía que me ahogaba, así que me incorporé y comencé a toser y respirar con dificultad.

La nueva enfermera, pues Madame Pomfrey se había jubilado en marzo del año pasado, la señorita Conners, me agarró por los hombros.

— Respira lentamente.— me dijo muy flojo.— Concéntrate en el sonido de mi voz.— hizo una pausa.— Y respira.— le hice caso cerrando mis ojos y noté como volvía a tumbarme.

— ¿Cómo he llagado hasta aquí? ¿Qué me ha pasado?

— James Potter te trajo corriendo durante la ceremonia de elección. Has sufrido, lo que los muggles llaman, un ataque de ansiedad. Para solucionar esto, necesitamos llegar a lo que te ha hecho llegar a este estado.

— Mi hermano es el campeón de Hogwarts, mi mejor amigo el de Dumstrang y voy a quedarme sola porque todos prefieren a Manon Clés.— dije y mi respiración comenzó a alterarse de nuevo.

— Tranquila. Vuelve a respirar como antes.- le hice casi.— Es solo una chica, no tienes por qué sentirte inferior.— dijo ella centrándose en lo último, lo otro seguro que no tenía forma de hacérmelo ver bonito.

— Es guapa, alta, atlética, un año mayor, buena en conjuros y...— iba a decirle lo que me dijo James, pero preferiría callarme.

— ¿Y? Continúa, por favor.

— Y se ha besado con varios chicos y dicen que besa bien.— dije esto último sin mirarla y poniéndome roja.

—Sanders, no tienes por qué infravalorarte. No todas las personas son iguales, por lo que no todas las personas buscan la misma compañía. No te vas a quedar sola, te lo prometo.

— Usted no es profesora de Adivinación, no puede prometer eso.— le dije yo.

— Samantha.— como odiaba que me llamasen así...— Te hablo no desde una experiencia laboral, sino desde una experiencia personal.

— Pero usted pasa mucho tiempo aquí, ¿cómo va...—- no acabé la pregunta.

— A veces encontramos el amor en los lugares que menos sospechamos.— me dijo ella.— Tienes que pasar la noche aquí.— me dijo ella y la miré con cara de fastidio.— no quiero que aflore otra vez esa cosa tan fea que te da. Tienes a gente de visita, les voy a dejar pasar, pero sólo diez minutos, no más.— yo asentí con la cabeza.

Mis cinco hermanos entraron a verme.

— ¿Tantos celos tenías que querías quitarme mi momento?— preguntó Ken.

Mi mirada y mi mente querían matarlo, pero no sucedió.

— ¿Estás mejor?— me preguntó Harry.

— La señora Conners dice que he tenido algo raro, ya ni me acuerdo lo que es. Pero , sí, estoy mejor. Gracias, Harry.— le dije con una sonrisa.

— Le preguntaré ahora a la enfermera y les mandaré una carta a papá y a mamá para que se queden tranquilos.— me dijo Charlie.

— No se te olvide mencionarles lo de Ken.—le dije todavía mirándole con odio.

— Deberías descansar. Eres muy pequeña para que te den ataques de ansiedad.— me dijo Jack.

— Solo eres dos años mayor que yo.— le dije.

— Dos años más estresado que tú.— me dijo él.

Luke se limitó a cogerme la mano y dibujar círculos con su pulgar, supongo que era su manera de apoyarme y de pedirme disculpas sin tener que pegarse con los demás ahora.

Eh, Potter!Onde histórias criam vida. Descubra agora