6. Peny

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Hoy era el día libre de la manada. No había instituto, no había ninguna amenaza y Andy y Scott habían decidido reunir toda la manada en la casa de campo de los Hale para pasar un buen día y estrechar amistades entre ambas manadas. Todos habían estado de acuerdo de inmediato, decir que se llevaban bien era quedarse corto. Era como si ya se conocieran de toda la vida.

Andy observaba con un vaso de zumo de manzana en la mano como Peter hacía la carne en la parrilla, aprovechando también para memorizar cada rasgo del mayor que de vez en cuando le devolvía la mirada por sentirse muy observado por el alfa.

- ¿Te gusta cocinar? -la repentina pregunta del alfa, le hace apartar la mirada de las chuletas, recibiendo una mirada dorada brillando con pura curiosidad.

- Podría decirse que es mi pasatiempo favorito.

- A mi me encanta comer -sonríe-, me encantaría comer algo cocinado por ti algún día.

- Vas a comer carne asada por mí ¿no es eso lo mismo? -el alfa niega con el ceño fruncido.

- No es lo mismo, quiero comer tu especialidad, asar comida es algo fácil.

- En realidad no es tan fácil, deben estar en su punto perfecto para que no sepa a quemado ni que esté demasiado crudo, también hay que echarle la cantidad exacta de sal para que no sepa ni muy salado ni muy soso, no es tan fácil como crees.

Andy escucha cada una de sus palabras con curiosidad, preguntándose como podía hacerlo para que sonar sonara tan complicado y delicado. Si cocinar era así, definitivamente cocinar no era lo suyo.

- ¿Cuál es tu especialidad?

- La lasagna de carne, creo -mira el cielo pensativo-. Aunque se me da bastante bien hacer pasteles y galletas, a mi sobrino le gusta bastante mi tarta de chocolate casera, dice que no se compara con ninguna otra.

- Me están entrando ganas de probarla -susurra Andy con la boca hecha agua, imaginándose el buen aspecto de aquella delicia.

- Si lo hubiera sabido, hubiera traído una.

Peter sonríe, algo extrañado por la repentina sinceridad de sus palabras. Nadie que no fuera de su familia sabía que le gustaba cocinar, y a pesar de ello, les había costado sacárselo. Con Andy había sido a penas unos días de conocerse y ya le estaba contando su pasatiempo secreto.

- Amo el deporte -habla Andy después de unos segundos en silencio-. Me encanta la sensación de que tu mente se despeje después de una buena sesión de correr por el bosque, de olvidarte de toda la mierda que te rodea por un rato y cansarte hasta que tus músculo no puedan más, son en esos momentos en los que me siento realmente libre.

Peter mira con sorpresa a Andy, algo cohibido por las profundas palabras del adolescente. Algo le decía que ser el alfa de sus hermanos no había sido nada fácil, sobre todo con un zorro oscuro que podía salirse de control en cualquier momento y un mago que era más poderoso de lo que parecía.

- ¿Cuál es tu historia? -se atreve a preguntar, recibiendo una mirada algo sorprendida del ojimiel.

- Mi madre murió protegiendo a Edward -comienza-, era el más pequeño y el más débil de mis hermanos, tenía muy pocas probabilidades de sobrevivir una semana más a no ser que ocurriera algún milagro. Mi madre estaba desesperada, no iba a dejar que uno de sus amados hijos muriera de aquella manera, teniendo tanto por vivir, así que decidió buscar su propio milagro -suspira-, encontró una manera de que mi hermano viviera sin complicaciones, aunque esa manera fuera un oscura y radical. Las probabilidades que mi hermano sobreviviera era un 50% pero no había nada que perder, si aquello no funcionara, moriría de todas maneras.

- No tienes por qué contarlo si no quieres.

- Está bien, eres mi pareja después de todo, tenemos que saber todo del uno del otro si queremos que funcione -sonríe con tristeza-. El método era sencillo, haría un pacto con un demonio, daría su vida a cambio de darle a mi hermano el poder necesario para sobrevivir.

- ¿Tú padre lo sabía?

- Mi padre no sabía absolutamente nada, había comenzado a asumir la pérdida de su tercer hijo. Una noche de luna llena, unos dos días antes de que supuestamente mi hermano muriera, mi madre dibujó un pentagrama en el suelo, invocando a un demonio poderoso. Y justo cuando había aceptado el trato, mi padre la encontró, siendo asesinada por el demonio.

- Debió ser horrible.

- Lo fue. Mi hermano sobrevivió gracias a mi madre, pero por culpa de eso mi padre lo odiaba con toda su alma. Siempre lo golpeaba cuando llegaba a casa o le decía cosas horribles, le echaba la culpa de haber hecho que mi madre se viera obligada a realizar ese trato.

- Debió haberlo pasado mal.

- No solo él, Stiles y yo siempre saltábamos a defenderlo y eso provocaba peleas bastante feas entre nosotros, la relación padre e hijos se destruyó en cuanto nos dimos cuenta de lo que mi padre le hacía a Ed.

- Te admiro, pudiste haberle dado de lado a tu hermano pero en vez de eso lo has apoyado, como buen hermano y buen alfa.

- Sólo hice lo que tenía que hacer, nada más.

- Eres buen alfa, pareja -dice Peter con una sonrisa orgullosa, inclinándose hacia delante y dejando un casto beso en sus labios- El destino no podría darme a una persona mejor.

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Un poco de ternura para suavizar la cosa :'v

Lo sé, se que dije maratón pero ultimemamente me encuentro extraña y no tengo ganas de hacer las cosas que me gustan,  los estudios me saturan cada vez más y mi vida personal no mejora. Ojalá fuera esto una típica excusa para intentar justificar mi ausencia, pero es cierto.

Tengo el siguiente a medio terminar, si consigo terminarlo en unos días lo subo.

Nos leemos pronto.

Anónima.

Los trillizos StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora